Capitulo III

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En tanto Albert, al escuchar a Candy decirle a Terry que aceptaba, se había llenado de coraje, decepción y muchos sentimientos encontrados, no entendía como Candy le había permitido a Terry que nuevamente la rebajara poniendo una condición ofensiva y ridícula, porque según él ya había sido humillada al ser reemplazada por Susana. Jamás creyó que su pequeña cediera tan fácilmente al chantaje del que había sido objeto, pero también estaba consciente que ella nunca podría amar a nadie más que no fuera el otrora actor y ahora Senador Terrence Grandchester.

Candy – le preguntó – ¿Por qué haces esto? – ¿hacer qué? – dijo ella – pues todo esto – respondió Albert – aceptar el chantaje de Terry; sabes muy bien que no es necesario que lo hagas si no quieres; mis abogados se encargaran de todo este asunto, no creas que no tengo algo de influencias para hacerle frente al senador sin que tu tengas que involucrarte, será difícil lo sé, pero no tendré que ir a la cárcel ni nada por el estilo, solamente perderé algo de dinero y tiempo.

Ella se quedó un momento mirando hacia el jardín y contestó – no lo hago por eso Albert, sé muy bien que tú puedes hacerle frente a Terry, sino que lo hago por mí, por nosotros, porque yo soy la culpable de que Terry sea ahora este tipo de persona, pues le hice mucho daño al dejarlo solo y alejarme de él, pero ahora lo sé y creo que tengo la oportunidad de resarcirlo del daño que le cause, ¿no lo entiendes? Debo... no, no debo... quiero hacerlo por él, por mí, por nosotros y nuestro amor, tengo que ayudarle a sanar su corazón, a que sea el joven generoso que conocí y eso solo se logra con amor, y ¿cómo crees que puedo hacerlo si no estoy cerca? Y la única manera de acercarme a él es siendo su esposa, sería lo más natural del mundo que lo ame y se lo demuestre ante todos. Me comprendes ¿verdad amigo? Si Candy – dijo Albert, suspirando – claro que te comprendo, tú lo amas todavía ¿no es cierto? - ella asintió –. Descuida mi pequeña yo te ayudare a restaurar el corazón de Terry.

Susana fue dada de alta nuevamente una semana más tarde, de que Terry fuera a ver a Albert, pero el doctor después de muchos estudios, había recomendado una terapia para ella, y Terry inmediatamente la había mandado a Florida acompañada de su madre para que diera inicio la terapia, pues era ahí donde se encontraba el especialista que debía tratarla por espacio de 6 a 8 meses. ¿Vendrás con nosotras? Preguntó Susana. Es imposible – le contestó él – ya que apenas inicio en mi nuevo cargo, pero en cuanto pueda iré a verlas. Y así, evadiendo la responsabilidad que querían imponerle de que las acompañara, Terry se había librado de ellas.

Por otro lado, había presentado su proyecto de ley que consistía en permitir que los señores de la elite de su país, pudieran contraer matrimonio dos veces: uno eclesiástico y civil si se deseaba y el otro solo civil con otra dama, mientras cada una tuviera su hogar y ambas o al menos una de ellas, "consintiera" dicha situación ya fuera por conveniencia de mantener su matrimonio o "por amor".

De todas formas, ya es una práctica común en la sociedad – había dicho el senador – únicamente la estaríamos legalizando. Muchos de los ahí presentes mantenían relaciones ocultas con damas que no eran sus esposas y hasta tenían otro hogar ilícito y ¿qué mejor que aprobar la ley para sacar a la luz sus amoríos ocultos? Y así en el lapso de un mes, la ley propuesta por el senador Grandchester, fue aprobada por mayoría de votos.

Tres semanas después de la aprobación de la ley, Terry se presentó a las Industrias Ardley y pidió hablar con el dueño y magnate el Señor William. George llegó hasta donde se encontraba Terry y le dijo que debía acompañarlo a la mansión, ya que el Señor William lo vería allí.

Juntos se montaron al coche de Terry y partieron al domicilio mencionado. Cuando llegaron George lo llevó al despacho y pidió un servicio de té para tres personas, puesto que él también estaría presente en dicha reunión. Albert llegó casi de inmediato y se dispusieron a tratar el asunto como si fuese un negocio muy importante.

EL PERFECTO PLAN DE TERRY Por Loren CornwellDonde viven las historias. Descúbrelo ahora