Perfidia » DKi.

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Taehyung negó con visible molestia mientras veía a los hombres de YoonGi cuidar la puerta de su habitación. Estaba ciertamente sorprendido que no lo dejaran pasar, después de YoonGi, él tenía la mayor responsabilidad en aquella organización, por lo tanto, la cuerda de imbéciles que estaban frente a él debían obedecerle. 

— Me sorprende su valentía al negarme la entrada. — Mencionó con un tono de voz tosco. — Al igual que Min, soy jefe de ustedes. — Les recordó con sorna al ver la tensión en los rostros de aquellos hombres. — Y si yo quiero, puedo correrlos ahora mismo.

— El señor Min está ocupado ahora y no quiere que nadie lo interrumpa.

— Yo no soy nadie, soy Kim Taehyung, su hermanastro. 

— El señor Min dio órdenes claras que no quería que nadie entrara en la habitación, puedo poner mi trabajo en fuego por negarle la entrada, pero no pondré mi vida en las manos del jefe. — Mencionó de forma dura. Taehyung chasqueó la lengua con molestia, pero a la misma vez, estaba orgulloso del grupo de personas que rodeaban a YoonGi. 

Todos eran leales, sabía que ninguno lo traicionaría.

— Entonces iré con la putita de Kitty. — Mencionó encogiéndose de hombros. Los hombres al frente de él volvieron a tensarse y aquello molestó de gran manera al menor. — ¿Tampoco puedo ir a desquitarme con ese cabrón? 

— El rehén se encuentra en estos momentos con el señor Min. — La sola mención de aquello hizo que una furia inmensa recorriera con fuerza todo el torrente sanguíneo del menor. 

Había llegado demasiado tarde.

— Abre la puta puerta. — Demandó volviendo a la misma actitud fría que solía usar cuando le tocaba trabajar. El hombre negó, molestándose nuevamente. — Te di una orden.

— Y soy libre de negarme porque mi jefe directo no es usted. — Gruñó. Taehyung abrió los ojos de forma abrupta, perplejo ante la valentía del hombre.

— ¿Cuál es tu nombre? — Preguntó con evidente interés. El hombre frente a él negó.

— Me conocen como D.O. — Mencionó de forma vaga mientras volvía a plantar en su cara un semblante serio y distante. — Confórmese con eso, cuando el jefe Min esté de acuerdo en que usted entre en la habitación, le mandaré a notificar, ahora por favor retírese que está entorpeciendo mi labor y me está generando un puto dolor de cabeza. El más alto de los dos asintió a regañadientes mientras veía con molestia aquella puerta que lo separaba de YoonGi.

Jodida mierda.

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Jimin se sentó en la cama, ignorando la pequeña incomodidad que sentía, YoonGi le observó en silencio mientras sentía miles de remordimientos pasar por su mente, su cabeza dolía y estaba seguro que podía explotar en cualquier momento.

— Parece que ya se fue. — Comentó Jimin con simpleza mientras veía con temor la puerta de la habitación.

Si Vante pasaba por ahí, estaba seguro que su oportunidad de explicar las cosas se iría a la mierda. 

— No le agradaste nunca, supongo que tendré que estar más pendiente sobre las cosas que opina, así nos hubiésemos evitado este puto problema. 

— Lo siento. — Susurró el peli-rosado de forma repentina, esquivando la fría mirada del mayor frente a él.

— Un lo siento no soluciona las cosas. — Mencionó el mayor serio. — La jodiste tan bien Jimin, parecías quererme de verdad...