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Eran las nueve de la noche cuando la familia se sentó a cenar.
—Yo creo que Santa Claus esta en África —mencionó Valentín a Ethan y Miles, Romeo le hizo segundas—. Por eso aún no llega aquí.
—África queda muy lejos —Stella llevo sus manos a su boca—. Mamá, ¿Santa Claus si llegara aquí antes de que acabe Navidad?
—Santa Claus tiene poderes que lo hacen muy rápido —Romeo mantenía su mirada en su plato—. Como quicksilver.
—Sería más como Flash —Ethan lo miro—. Porqué es rojo.
—Pero Flash no es de Marvel —Ethan frunció el ceño confundido.
— ¿Y eso que tiene que ver? —inquirio Miles curioso.
—Que no podemos hablar de DC porque papá es de Marvel.
Alessandra rió al oír las ocurrencias de sus hijos y sobrinos.
El teléfono de Chris llamo su atención—. Es Megan, debo atender —la castaña rodó los ojos al oír el nombre de la publicista de su esposo.
No era un secreto que Alessandra y toda la familia Evans no soportara a esa mujer.
—Aún no pierdo las esperanzas de que Chris se deshaga de ella y consiga un publicista mejor —Scott mencionó.
Ale miro a las primas de Chris sonriente.
—Kate, Grace —las llamo—. Chris me comento que irían de vacaciones a Los Ángeles.
Ambas chicas asintieron eufóricas.
—Papá y mamá por fin nos dejaron viajar solas —exclamo Grace emocionada.
—Mamá —llamó Romeo—. ¿Cuándo Valentín, Maxi y yo seamos mayores tu y papá nos dejaran viajar solos?
La italiana llevo su mano a su mentón pensativa—. Puede ser —hizo una mueca—. Probablemente cuando cumplan cincuenta años.
— ¡Mamá! —los adultos rieron.
Minutos después, Chris regreso a la mesa con cara de pocos amigos.
— ¿Ocurrió alto malo? —pregunto Carly al verlo comer seriamente.
—No —se limitó a contestar.
Alessandra suspiro, sabia que habían tenido una pelea. Acarició la espalda de su esposo y beso su mejilla. Realmente esperaba que todo se solucionara pronto.
