I

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Cuando Lee Felix se encontró con Christopher, no fue de la mejor manera a su parecer. Ojalá lo hubiera sido, porque así la historia sería un poco más sencilla de afrontar.

Y es que Lee sólo estaba en las afueras del colegio, apoyado en su motocicleta negra cobrizo, fumando uno de aquellos cigarros caros que se compró de camino a casa; cuando descubrió que no tenía mucho ánimo de asistir a clases ese día en especial.

Chris llegó corriendo a clases, y Felix lo recuerda claramente por la manera tan curiosa en la que su mochila se golpeaba contra su espalda y su cabello estaba tan despeinado como su ropa desarreglada (chistoso, porque los alfas que conocía no acostumbraban a correr o mejor aún; no sudaban).

Era como sí todo fuera en cámara lenta, tan estúpidamente cómo se imagino que sería ver a un nerd correr y caerse; porque no se le ocurría otra forma de nombrarlo a él.

La diferencia principal y fundamental, radicaba en el hecho de que el nerd era jodidamente caliente y Felix casi quiso convertirse en el suelo para poder tenerlo encima de él, apareciendo directamente aquellos labios y aroma a alfa (porque era claro que era alfa y demonios, claro que Felix lo sabía).

Inhaló profundamente de su cigarro, antes de tirarlo al pavimento y aplastarlo con su bota (cuidando de no quemarla).

Casi podía escuchar los insultos que tiraba el muchacho en el suelo mientras recogía aquél montón de papeles del suelo. Tan cliché. Pudo sentirse como el protagonista de aquellas novelas románticas que estaban atrapando a los adolescentes.

Felix todavía recuerda el aroma que lo golpeó ese día, haciéndolo sentir inquieto y fugazmente lo torturó (después de todo, era muy difícil sentirlo de lejos a tenerlo frente a él), causando algo así como un cortocircuito en sus neuronas y volviendo todo su mundo un montón de colores rojos y pasionales en donde él era cruelmente devorado por aquellos brazos cálidos tan fugazmente y sin compasión.

Todo ello rondaba por su jodida mente mientras su andar era menos para encontrarse con aquel muchacho que, según él, no tenía idea de su existencia.

Fue cómica la manera en la que el chico se levantó rápidamente del suelo y su mirada topó drásticamente con la suya, viéndolo sorprendido y al mismo tiempo; apenado.

Felix casi pudo imaginarse que aquello era producto de la vergüenza típica de ¿Has visto cómo me he caído? ¡Que pena!

Sin embargo, no se dió el lujo de preguntarle cómo estaba, porque tan rápido cómo estuvo cerca, se apresuró a soltar el comentario más estúpido acerca de sí tenía prisa para entrar a clases.

El chico de cabello café, sólo asintió (Felix no quería decir su nombre en su mente porque eso denotaría la clara debilidad que sentía por él y lo acosador que podría ser saber cosas acerca de su persona), mirándolo por momentos y por otros, devolviendo su mirada a la escuela. Felix dedujo que sí, definitivamente era un alfa muy atractivo.

Pero, ¿acaso no los alfas eran los primeros en faltar a clases?

Raro, cruzó por su mente, oh sí. Muy raro. Tan delicioso.

Se permitió comerse con la mirada a aquel alfa que, a pesar de llevar ropa holgada y un aspecto desordenado; parecía ser tan exquisito.

Tan de su gusto, era todo lo que Felix jamás esperó encontrarse en ese colegio (al menos no directamente). Aunque tampoco era como sí ese muchacho estuviera en su mismo salón de clases y, aunque así fuera, Felix mayormente estaba más entretenido en otros asuntos como entenderle a las clases, comer, coquetear o simplemente quedarse dormido y soñar.

[PROCESO DE CORRECCIÓN] Hey baby, I'll make you my lover [Chanlix]Where stories live. Discover now