-Capítulo II

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*Desde que nos conocimos, yo sentí algo por ella, era un chico muy callado, no tenía ganas de hablar con nadie, mis padres decidieron inscribirme en el colegio para poder estar cerca de mi primo, la verdad yo no tenía ganas de entrar a esa escuela, es más, yo no tenía ganas de entrar a ninguna escuela, solo quería estar solo. El primer día de escuela, llegue un poco tarde, así que no pude entrar a la primera hora, tuve que esperar a que el segundo maestro entrara, la vi parada en la mesa del profesor, tenía una libreta y se notaba algo temerosa, su cabello oscuro recorría su cuello y una pequeña trenza de colores colgaba de su cabello, cuando entre seis personas la rodeaban entre ellas estaba mi primo, sin pensarlo me acerque e intente unirme a la conversación, (aunque no tenía ni la mas mínima idea de lo que estaban hablando)

-Por favor Nicolás, no te cambies, a mí también meda miedo, no me quiero quedar sola, por favor- Dijo Paola a mi primo

-No, estás loca, yo no me quedare adelante contigo, ese maestro meda mucho miedo, y no quiero que me pregunte cosas, menos cosas de su materia….- contesto un poco alterado mi primo.

- Por favor- insistía Paola, desde ese momento note algo especial en ella, sus ojos eran hermosos aunque en ese momento reflejaban miedo, un profundo e interesante miedo.

-No, es mas ya me voy a cambiar antes que venga,- lo dijo mientras tomaba su mochila y se dirigía a una de las butacas de atrás, dejando bacía la butaca que estaba al lado de Paola.

Note la cara de Paola algo triste, solo miraba a la ventana, se dio la vuelta y con una mirada caída se dirigió a su butaca, ¿Qué tan malo era ese maestro? Todos tenían cara de pánico, mi primo me vio y me  hizo señas de sentarme a su lado, en la parte de atrás, intente caminar por el pasillo, justo cuando el maestro “más malo del mundo” (bueno eso era lo que comentaban) entro.

-¿Adónde vas?, no te vayas, aquí nada mas siéntate, no muerdo tranquilo-dijo el profesor en un tono bromista, me senté en una butaca rayada, avía dibujos de profesores, y corazones con el nombre de Alex, el profesor comenzó su clase, en ese momento entendí porque era el maestro más malo del mundo, su voz era una especie de altavoz, se podía escuchar hasta el otro lado de la calle (bueno creo que exagere en eso),hombre fuerte, de una altura promedio, moreno y ojos claros, lo curioso de él era que su cabello lo tenía teñido de rubio, mis teorías en ese momento fueron que el maestro se equivoco de tinte, o simplemente le gustaba ese color,  lo único bueno era que a mi lado estaba Paola, su cabello algo ondulado color negro, cubría una parte de su rostro, ella tenía su mirada fija al pizarrón, y prestaba atención a  todos los movimientos del maestro, inclusive cuando el maestro la volteaba a ver, ella no volteaba a ningún lado, solo lo miraba fijamente, a pesar de que a ella le daba  miedo, no dejaba que él lo notara. El salón era grande, pero sentía que se encogía en ese momento, Yo solo la miraba a ella, de repente note su mirada enfocada en la mía, ella me estaba mirando, ese momento fue muy especial, hasta que me hizo una seña con sus ojos, los volteaba de un lado a otro como dándome una señal, que no pude notar a tiempo:

-¿Puedes prestar más atención a la clase?, haber dime ¿de qué tema estábamos hablando? – me dijo el profesor mirando con unos ojos saltones, que daban risa, y con una voz, firme y fuerte, todo el tiempo le preste atención a Paola, y no preste atención a la clase.

-¿Alguien quiere ayudarle a su compañero mientras aterriza en la tierra?- dijo el maestro mientras se dirigía a la puerta.

-Hablábamos sobre los anticonceptivos, y las enfermedades de transmisión sexual profesor,- contesto Paola, con su mano en el aire como pidiendo la palabra.

-muy bien Paola, por favor pon más atención o te retirare del salón la próxima vez- me advirtió el profesor, justo en eso la campana sonó, y el profesor se tenía que retirar, pidió que formáramos equipos de 2 para una exposición, el profesor salió y el prefecto entro avisando que el maestro de química avía faltado, por ese motivo podíamos salir antes al recreo, la mayoría de mis compañeros salieron, mi primo salió corriendo en busca de su novia una chica  de segundo que era un año mayor que él, pero se veía que eran muy felices, ya ven lo que dicen “en el amor no hay edades”.

-Hola, me llamo Paola, lamento mucho que el maestro te llamara la atención, el es un poco estricto, tienes que poner más atención en su clase, dicen que es algo malo con nosotros los de nuevo ingreso, pero supuestamente va cambiando conforme pasan los días, todos aquí esperamos un cambio. – me dijo con una voz angelical.

-Gracias- conteste,

-¿tu primo es Nicolás, cierto? –  

- sí, es mi primo, aunque se comporte como un tonto algunas veces-

-Si ya lo he notado, si quieres puedo ayudarte con la materia del profesor, si tu quieres podemos estar en el mismo equipo para la exposición.-

-claro, muchas gracias, me ayudaras mucho, sabes tengo hambre ¿quieres comer algo?

-No gracias, no tengo hambre come tu.

Una emoción muy grande recorría por mi cuerpo, ella me avía hablado y no tuve miedo de contestarle, con forme pasaban las clases, ella se notaba  atenta y por nada del mundo se interesaba en oír el chisme que contaban, o en escuchar música como algunos asían escondiendo los audífonos del profesor, ni siquiera se interesaba en el chico que todos decían que era el más guapo de la escuela, ella solo prestaba atención a lo debía prestar atención en ese momento, sus clases.

El recreo paso, las clases terminaron al salir de la escuela ella me voltio a ver y me dio un beso en la mejilla en mi mano derecha me dio una hojita donde escribió su número telefónico y me dijo que la llamara para quedar de acuerdo en la exposición. Todo el día me la pase pensando en ella, en su cara, en su sonrisa, en sus ojos, en su cuerpo, en todo lo que tuviera que ver con ella, tenía el pretexto perfecto para llamarla y aun así no podía tomar el teléfono y decirle un simple –Hola, ¿como estas? – Nunca avía sentido algo así, era algo mágico especial, mi cabeza solo pensaba en ella, y en la exposición, nunca en mi vida avía expuesto, con mucho trabajo hablo, sin embargo, cuando Paola me hablo yo le conteste sin ningún problema, ella era capaz de hacerme hablar, tenía que armarme de valor y solo por ella tenía que ser capaz de hablar durante una hora seguida de cualquier tema que me pidiera, me arme de valor, y la llame…….*

 

“Tus brazos son el oxigeno de mi mundo, un abrazo es como un eclipsé, simple mente la unión de tu corazón y el mío. Cuando me abrazas es como si nuestros cuerpos se prometieran amor por siempre y para siempre.

Te amo Paola”

 

Ella entro al parque, me diviso con su hermosa mirada y me dirigió una hermosa sonrisa, ella traía en su mano una cajita con un globito, ella corrió a mis brazos, tan rápido que mi globo se soltó y por poco se nos escapaba.

-Te amo, feliz aniversario bebe- me dijo con sus ojitos llenos de alegría.

-Si mi vida y por los muchos años que nos queda por vivir, Te amo.- le decía mientras le entregaba el globo, la rosa blanca y la carta. Ella amaba que  leyera las cartas que le escribía así que nos sentamos y comencé a leer:

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⏰ Última actualización: Nov 18, 2014 ⏰

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"Mi última carta a  Paola"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora