CAPÍTULO 5

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Finalmente había llegado el día tan esperado por Ruben. Se encontraba en su casa mirándose al espejo, peinaba su cabello, algo indeciso y volvía a peinarse. Tomó la rasuradora y se sacó los poquillos pelos que le crecían en la barbilla. Se miraba al espejo, notando las imperfecciones de su cara -Por qué leches justo hoy me aparece un puto grano- pensó. Miraba sus propios labios y comenzó a hacer miradas ''sexys'' según él. -¿Hey, vamos hoy a la casa de Miguel a hacer cosillas?......¿Qué? ¿que te gusto? Bueno, era de esperarse... No, qué va, cómo, Dios, cómo le hablo a este tío..... Hey qué pasa chaval, todo bien? todo correcto? y yo que me alegro..... No, menuda mierda de saludo, quién coño en su sano juicio hablaría así.....- Así estuvo por casi media hora frente al espejo, cuando se dio cuenta de que aún estaba en toalla y no se había vestido, tenía media hora para llegar a clases. se colocó su camisa, la corbata ya se la haría allá. se puso los pantalones, su sudadera gris, zapatillas y volvió al espejo y se miró por ultima vez. -Vale... Hey Raúl- Dijo por ultima vez con cara de seductor. Se echó perfume en el cuello y finalmente fue a tomar el bus.


[...]


Ya en el instituto comenzaban las clases, Raúl como prometió a Mangel, se sentó junto a él, a pesar del miedo de que Lolito le golpeara o algo recorría su espalda. Para su sorpresa, Lolito volvió a faltar y Mangel se veía algo mejor que los otros dos días, sin embargo, muy por dentro tenía una estaca clavada en su corazón. Si bien la relación que tenía con Lolito era tóxica, Mangel estaba enamorado, le amaba, era todo para él. Con miles de dudas en su cabeza, se pasaba la hora pensando -¿Y si cometí un error?- Tenía las ganas de tomar el celular y llamarle, decirle que no importaba nada, que le daría otra oportunidad. Pero para eso estaba Raúl, para controlarlo y que no cometiera locuras.

Por otra parte, Ruben yacía en su puesto, con el codo apoyado en la mesa y su cabeza apoyada en su mano, miraba como un enamorado a Raúl, aunque claro, sólo le veía la espalda, pero con eso, era suficiente para él. A su lado sólo se encontraba Abraham, quien muy aburrido de que Ruben no le prestara atención, se dispuso a jugar con su celular escondido totalmente del profesor. 

Y finalmente Ismael, quien miraba con odio a Ruben, pues no sólo estaba colado por SU Raúl, sino que además le hizo mucho daño a Joaquin el día anterior. Miró a su lado, un asiento vacío. Miro al otro, Cajal, quien como era de esperarse, estaba muy atento a lo que decía el maestro, tomando apuntes y todo. -Vaya que me hace falta Joaquin- Pensó.


Narra Miguel (MangelRogel)

-Lo extraño- Dije sin más, ¿para qué mentir? Me acomodé en la mesa, miraba esa pizarra, llena de números, ecuaciones, cosas que no entiendo y que la verdad no me interesan

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-Lo extraño- Dije sin más, ¿para qué mentir? Me acomodé en la mesa, miraba esa pizarra, llena de números, ecuaciones, cosas que no entiendo y que la verdad no me interesan. Tenía frío. Se sentía todo muy frío estos días. Vacío, todo era muy vacío estos días. -Hombre, lo sé, a mi pasó lo mismo con Isma, pero mírame ahora, estoy más feliz que nunca, sin ataduras y sin ningún calvo tóxico que me moleste- Raúl me sonrió y golpeó levemente mi espalda. Tio, qué daría yo por no sentirme así, no es como si quisiera sentirme así. -Ah... supongo que tienes razón.- Fue lo único que me animé a decir.

Instituto del Karma (EDITANDO) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora