Narra Hinata...
Pensó por un momento si eso había sonado bien. ¿Fue muy rápido y directo que causaba mucha vergüenza ajena? Tal vez, si, en realidad eso había sido del asco.
- bueno Kenma, este fin de semana es mi funeral. Están invitados...- deprimido llevó sus brazos a recostarse en la mesa, usándolos como almohada al ocultar su rostro en ese oscuro hueco. Fingidamente, se puso a sollozar hasta crear un llanto falso como el de un bebé con berrinche - ¿¡por qué soy tan malo en esto!?...ahora si que si que no me tomará en serio.
- ¿cuando te hemos tomado en serio en algo, Hinata? - habló el teñido cruzándose de brazos - eres un poco idiota, bueno, ese poco es harto.
- tu tranquilo, ya verás como ese chico caerá a tus pies. Tienes que ser natural, es todo.
- ¡pero siempre he sido natural!
- siempre estas gritando como si estuvieras en una cancha de Vóley
- tu cuerpo se transforma en una bomba al estar saltando siempre
- tu cara da risa, eres un meme andante
- pe-pero...- ahora entendía porque se llevaban bien esos dos. Sus palabras le caían como palos en la cabeza o mejor dicho a su autoestima -
-sólo se tu mismo y dedícate a conquistarlo, esfuérzate y sé determinado. - acabó por sonreír - ¿si? Ahora ve por el y dale una de tus mejores sonrisas para comenzar, como siempre lo haces
Se tardó en procesar todo lo dicho, su mirada viajaba de un lado a otro para pensar (¿pensaba?). Miró hacía atrás donde el chico de ojos azules zafiro ya venía con la bandeja en mano con sus pedidos y esa atemorizante aura tras su espalda. Esta era su segunda oportunidad de poder hablar con él, al menos unos cuantos segundos más que anteriormente. Y fue así cuando unos platos de loza con lindos pasteles decorados dulcemente y tazas con café humeante fueron puestos sobre la mesa haciendo interrumpir sus pensamientos y fijar otra vez su mirada café en ese rostro tirano. Tenía que dar su mejor esfuerzo y determinación.
Antes de que el chico se retirara lo tomó de la manga de su camisa como en esas típicas series anime Shojo. Estaba nervioso por dentro, sus mejillas ardían y no sabía que cara poner en realidad. Pero respiró hondo, basto 3 segundos en que formulara una buena frase para empezar.
- ...gracias por traerme el pie de limón, s-soy Hinata Shoyo, un placer. - sonrió deslumbrante, acompañado por sus ojos -
Y bastaron unos cuantos minutos para que el muchacho hablara, ahora más tranquilo. Pudo notar un ligero sonrojo en esas mejillas.
- soy Kageyama Tobio...y ¿de nada? - sonrió leve por muy extraño que sonara, la primera sonrisa dedicada a Hinata y se fue de aquella mesa.
Sin embargo, nadie sabía que en ambos corazones, sentirían una inexplicable calidez cuando se sonrieron, y se sintieron vacíos cuando el pelinegro se alejó del otro.
Sintieron un pequeño click, sin duda.
YOU ARE READING
Dulce De Limón
Short Story𝐿𝑜 𝑢́𝑛𝑖𝑐𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑙𝑒 𝑙𝑙𝑎𝑚𝑎𝑏𝑎 𝑙𝑎 𝑎𝑡𝑒𝑛𝑐𝑖𝑜́𝑛 𝑑𝑒 𝑒𝑠𝑎 𝑐𝑎𝑓𝑒𝑡𝑒𝑟𝑖́𝑎 𝑎 𝐻𝑖𝑛𝑎𝑡𝑎 𝑒𝑟𝑎 𝑒𝑙 𝑚𝑒𝑠𝑒𝑟𝑜 𝑑𝑒 𝑙𝑖𝑛𝑑𝑜𝑠 𝑜𝑗𝑜𝑠 𝑎𝑧𝑢𝑙𝑒𝑠. 《𝐾𝑎𝑔𝑒𝒉𝑖𝑛𝑎》