¿Trato?

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✨Yo no sé lo qué es dormir u-u✨
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Era una mujer la que emitió aquel saludo nombrándolo.

Era alta, muy alta, tan alta que casi golpeaba su cabeza con el techo. Vestía un vestido largo color blanco escotado con pequeños detalles dorados, era pálida y sus ojos no tenían iris, solo eran totalmente blancos y vacíos, entre tanta blancura lo que más resaltaba era su cabello y labios de un color negro oscuro.

Y entonces comprendió que a quién tenía frente, no era una humana.
Dios se había manifestado en su cabaña, y seguramente no para felicitarlo por su esfuerzo en mejorar.

Es un verdadero honor conocerte en persona, querido. —La mujer se acerco al pecador, este retrocedió unos pasos hasta que sintió como por poco tropezaba con el saco donde estaba por tirar todo su pasado.¿Qué pasa? ¿Acaso no creías en Dios? —Preguntó burlona la mujer.¿No saludaran a tu suegra? —Los ojos de Alastor se abrieron a la par que escuchaba esto último, como si fueran a salirse de su lugar, no entendía bien de que hablaba la mujer frente a él, pero esa palabra le tomo por sorpresa.

¿Q-Qué...?—La voz del castaño se escuchaba temblorosa, tenía miedo, en especial por lo que la mujer podría hacerle.

¿Acaso no lo sabes? —La sonrisa de la mujer se extendió mientras la de El castaño iba desapareciendo, era satisfactorio saber que a pesar de todo, Luzbel había cumplido el no decirle que era un ángel al pecador. —¿Qué? ¿Luzbel no te ha dicho quién es su madre? ¿O quién es él realmente?

N-No... No sé de lo que habla... —Alastor trataba de mantener la postura, por más que la situación le asustaba. Un golpe al piso se escucho, era el golpe de un tacón rematando contra este, era una expresión de enojo por parte de la mayor.

¡No juegues conmigo, asqueroso pecador! —Dios había alzado la voz perdiendo su postura paciente, solo para recuperarla al darse cuenta que asusto al menor, y esa no era del todo su intención. —Cariño, soy Dios. Yo sé todo, no puedes bromear conmigo. —Dijo más tranquila mientras acomodaba algunos hechos de su cabello hacia atrás. —Te puedo ayudar a que tu y Luzbel estén juntos por siempre si lo deseas. —Alastor alzo la vista viendo a la mujer mientras esta sonreía satisfecha, el pecador se miro confundido.

¿De qué habla? —Preguntó esperando una respuesta, la mayor rió delicadamente mientras se acercaba a la mesa que recién Alastor había limpiado.

Querido, ¿No te ha dicho Luzbel porqué esta aquí? —El castaño negó con la cabeza mientras la mujer se sentaba en la mesa, pues la silla era muy pequeña para ella.Yo soy su madre adoptiva. —Se apunto delicadamente a su persona con la mano completa alavandose a sí misma. — Y Luzbel es un Arcángel. —Alastor no podía estar más sorprendido, estaba totalmente en shock, ¿Cómo nunca se dio cuenta? ¿Por eso había plumas cuando le visitaba? —El en realidad venía acá para redimirte a ti. Al parecer lo logro, pero escucha. —Alastor seguía en shock, pero aun así puso atención a Dios. —Yo le di la misión de redimirte porqué pensé que era imposible, la razón es simple; El NO puede volver al paraíso. —La mujer veía como Alastor cambiaba su expresión a una de enojo totalmente.

мι dυlce pecado|//AppleRadio (Cancelada)Where stories live. Discover now