Capítulo 19. Bienvenidos a Nueva York. Otra vez

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Lisardo había insistido por más de dos semanas de una y mil maneras. Pero el hecho de que tuviera que ensayar para su presentación en Rose the life fue definitivo para convencerla, aunque no felizmente habían ido a Nueva York otravez, pero con la condición de que seria algo muy temporal y apenas terminara aquél concierto en abril regresarían de inmediato a Whitehorse. Parecía definitivo para Lisardo que de ahora en adelante viviría junto a Lizzy así que al llegar a Nueva York no se mudaron a su casa en Upper Side  si no a la casa de Kimberly aunque en realidad era la casa donde siempre había vivido Lizzy en Estados Unidos. Carolina no lo había tomado nada bien, pero tuvo que aceptarlo, ella esperaba que su hijo viviera en su casa junto a ella y sus hijas incluso aunque tuviera que soportar a Lizzy pero no contaba con que la decisión final era de esta última y aunque insistió ante su hijo no se daba cuenta que estaba intentando disuadir a la persona incorrecta.

Lisardo había comenzado a buscar una casa en Nueva York, sin que Lizzy lo supiera. Aunque había pasado una hermosa temporada junto a ella en Whitehorse, no tenía intenciones de radicar por siempre allá, por el contrario, el era un hombre de ciudad, le gustaban los viajes y conocer el mundo, pero sabía que no se acostumbraria a los pueblos pequeños y rústicos. En sus planes futuros no estaba abandonar Nueva York; era su ciudad favorita para vivir, le gustaban las calles, la gente, el ruido, lo moderno. Solo tenía que buscar una casa linda y convencer a Lizzy para vivir ahí. En cambio Lizzy no soportaba despertar cada día en aquel lugar. Cada vez se sentía más asfixiada y se enojaba mas consigo misma por haber sucumbido ante la decisión de ir ahí, alguna vez se había jurado que no haría nada que no le agradara pero ese siempre había sido el problema con Lisardo, terminaba haciendo lo que el quería y eso no le gustaba.
Lo único agradable de vivir en la casa de su hermana era que volvía a tener su propia recámara y no tenía que compartirla con Lisardo, así cuando no deseaba verlo sólo se encerraba ahí. Pero Lisardo ya no pasaba todo el tiempo a su lado, desde las 9 am hasta antes de las 6 pm, estaba fuera de casa asistiendo a sus ensayos para el festival. Al principio Lizzy se había comenzado a sentir muy sola pero conforme pasaron los días se habia acostumbrado a eso se añadía el hecho de que Luisiana y Philip se habían mudado, Eric también estaba en Nueva York, así que ellos la visitaban o a veces también ella.
Lizzy prefería no salir casi a las calles de Nueva York.

Estaba en la mesa del jardín bebiendo un te, cuando vio ingresar un taxi en la residencia, se detuvo al estar cerca de la puerta principal y de él descendieron Adam, Christian y Roger. Lizzy no pudo ocultar su sorpresa.
Algunos empleados se acercaron a ellos


-lleven el equipaje y preparen tres habitaciones-dijo Adam
Después ambos se acercaron a Lizzy,

-hermana, que bueno verte-Lizzy abrazo a su hermano y después extendió su mano a Christian y Roger

-que sorpresa tenerlos aquí-

Lizzy no pudo evadir la mirada de Roger que parecía hablarle

-tenemos problemas con la sede de Obston Corp NY, por eso estamos aquí-

-¿Graves?-pregunto Lizzy

-nada que no pueda resolver nuestro querido Roger-dijo Adam dándole una palmadita en la espalda

-pero, ¿Tú qué haces aquí?-preguntó Adam

-estamos aquí temporalmente por trabajo-

-¿Los Rokers darán concierto en NY?-

-no- Lizzy se puso nerviosa- Lisardo dará un concierto en Rose the Life-

-vaya, que bien-

Los tres lo sabían pero se hicieron los sorprendidos. Roger la miró pero intento fingir no estar molesto, en verdad Obston Corp tenía problemas en su sede de NY pero no eran tan graves para ameritar su presencia ahí. Pero Roger venía por ella por que la amaba y si se trataba de pelear el siempre iba luchar por ella.

La reina de la lluvia. El príncipe de Lorf y la turcaWhere stories live. Discover now