IV.

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ChanYeol estaba estresado, la omega no se despegaba de él, en las comidas, hablaban en coreano y agradeció que el rey también hablara su lengua, en todo caso no podría entender nada.

Su habitación estaba al lado de la princesa y más de una vez despertó con el aroma a miel, inundando sus fosas nasales y quisiera decir que era agradable, pero al saber que eran producto de una omega que no era su destinado le subía la bilis.

Abria las ventanas y cuando creía que el aroma pasaba volvía a cerrarlas y dormir. Sus ojeras eran muy marcada.

—ChanYeol, ¿Estás durmiendo bien?— la princesa sonrió y ofreció un poco de su comida.

—Sí, es solo que estoy acostumbrado a mi cama y es difícil descansar— mintió.

—Y cuéntanos ChanYeol, ¿Conociste a tu destinado?

—No— mintió.

—Eso es genial, sería horrible romper el corazón a un omega, y más siendo que esté compromiso no se puede romper.

—No se preocupe, tendré ojos para su hija solamente— y volvió a mentir.

—Me gusta escuchar eso, brindemos por la felicidad de nuestros hijos.

El rey alzó las copas y seguidamente los demás presentes copiaron la acción.

—Hemos acordado que Zhìxing viaje con ustedes, sin tiempo definido.

—Será un honor— no había ninguna palabra completamente sincera que saliera de la boca de ChanYeol.

🍒

El avión salió en la noche, ChanYeol agradeció que su padre se sentara frente a él y pidiera a Zhìxing descansar unos asientos más adelante.

El viaje transcurrió en silencio y aprovechó para poder dormir, pasaron varias horas cuando aterrizaron y pudieron llegar a casa, en la salida del aeropuerto los esperaba un auto y Zhìxing miró raro el lugar.

—¿Por qué no aterrizamos en el castillo?

—Oh, nos gusta hacer las cosas un poco comunes.— respondió el príncipe saludando al guardia.

Subieron al auto y ChanYeol cargaba su maleta y sonreía saludando a los niños.

—¿No hay gente que lleve su equipaje?

—Claro que lo hay, pero no debemos hacer sufrir demasiado a nuestros ciudadanos.

Zhìxing se sentía rara en ese país ajeno a ella.

Cuando divisó el reino pudo mostrar una cara sorprendida, era grande y bonito. Y cuando entraron solo pudo sorprenderse más. Era tan hermoso. Los tonos azules, los oscuros, el dorado. Todo era hermoso.

—¡Chan!— una joven apareció y se abrazó al alfa quién la recibió con una sonrisa.

—¿Quién eres?— preguntó cuando el abrazo finalizó.

ChaeYoung la miró raro y mordió su labio, esa sería su cuñada, y no le agradaba. En absoluto:— Park ChaeYoung.

—¿Chae? ¿Ya llegó Chan? ¡Oh luna mía! ¡Chan!— varias personas entraron a la sala y Zhìxing se sentía excluida entre abrazos.

—¿Dónde están mis corazones?— ChanYeol alzó la voz y miró a dos niñas aparecer corriendo a sus brazos. ¡Era papá!

Zhìxing quería su reino.

—Zhìxing te presento a mi familia.

La presentación fue rápida y aunque hubiese sido algo lenta, Zhìxing no podía con tantas personas, y todas ellas vivían en el mismo reino.

—¿La cena está lista?

—Vayan tomen un baño y después vienen a cenar, pedí sushi.

—Eso suena genial, ¡Saw, por favor instala a la joven princesa en una habitación!

Y la joven empleada asintió señalando la salida a la princesa extranjera y se fue dando un último abrazo a ChanYeol.

—ChanYeol...— SeungWoo esperó a ya no tener a la joven princesa ahí— ¿Estás seguro de ésto?— la duda se impregnó en él, claro que no estaba seguro, de lo único que estaba seguro era de que necesitaba a BaekHyun.

—No— ChaeYoung abrazó a su hermano acariciándole— No sé en qué me metí. Pero no puedo dar mi brazo a torcer. Eso no hace un príncipe heredero.

Y aunque quisieron contradecirlo, mantuvieron un silencio. Mismo que fue roto por el teléfono del reino que atendió una empleada.

—Rey, al teléfono está la señora Seol.

Y su padre desapareció por las puertas, al ala izquierdo atendiendo la llamada.

—Cancela el compromiso, puedo hacerlo yo— ChaeYoung miró a su hermano.

—Eres omega— ChanYeol acarició los cabellos de su hermana.

—¿Y? Ellos quieren un príncipe o una princesa, dá lo mismo quien sea, mi destinada está aquí y no hay amor, y la persona que amo, no me corresponde.

—Chae, no. Yo lo haré.

—Pero BaekHyun-- EunHa no dejó que terminara la frase.

—¿BaekHyun qué? BaekHyun se casará. Y yo también.

Y utilizando su voz un poco más fuerte subió las escaleras yendo a su habitación, agradeció al ver a la princesa del lado contrario a su habitación y adelantó su paso.

Una vez dentro de su habitación pudo admirar la foto que estaba enmarcada al lado de su cama, era nueva. Y reciente.

Pero la guardó en un cajón, no podía darse el lujo de tener fotos con su destinado, no cuando no le pertenecía.

🍒

BaekHyun habló a su trabajo como fotógrafo pidiendo tiempo a que se sentía mal. Obviamente le reprocharon, pero ese reproche fue lo último en lo que pensaba, dormía todo el día y cuando despertaba volvía a dormir entre lágrimas. Sentía que todo lo merecía. Pero eso no quitaba que le doliera su pecho y que su lobo mismo le rasguñara hasta lo más profundo de su ser por ser tan idiota.

Su madre como lo hacía diario, le llevó un poco de agua y comida, que no probó. Sentía como sus párpados pesaban. Y fue solo cuando escuchó la voz de su tío que encontró fuerza para poder mantenerlos abiertos y corrió a la planta baja buscando con desesperación a su destinado, pero no lo encontró.
Y nuevamente las lágrimas lo atacaron y como llegó se fue, escondiéndose bajo la cama con cobijas cubriéndole.

Su corazón cada vez tenía menos ganas de latir, no cuando su motivación ya no estaba a su alcance.

ChanYeol ya no estaba a su alcance. Y tal vez nunca lo estuvo. Tal vez y la luna solo lo quiso agarrar de entretenimiento para ver cómo moría de dolor.

Porque aunque admiró a EunHa por salir de la depresión y estar con alguien más que no fuera su destinada, él no se sentía de la misma manera que ella, ni siquiera tenía ganas de seguir viviendo, no si ChanYeol no estaba en sus planes de futuro.

—Vayamos al reino, habla con ChanYeol.

Y solo eso hizo que sus ojitos brillaran y saliera de su escondite.

【Mi tonto príncipe.】「C B」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora