Toxic

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Advertencias:

AU Humano / Violencia / +16 / Relación toxica(?) / Esto no es lindo

Toxic

Los jadeos y gemidos llegaron a sus oídos cuando abrió la puerta del departamento. Alastor sólo rodó los ojos. Entró a su hogar dejando caer su mochila en el sofá de la sala, para después caminar a la cocina y tomar un poco de agua. El día en la estación de radio había sido estresante, su garganta se encontraba adolorida y seca. Estaba cansado.

Su plan era llegar y dormir hasta el tarde el día siguiente, aprovechando que tendría el día libre. El fuerte gemido que venía de su habitación le hizo recordar porque en ese momento no estaba ya en su cama. Alguien estaba cogiendo con su novio en su maldita cama. El disgusto cubrió su rostro.

Regreso a la sala, tomando asiento en el sofá prendió la televisión esperando que lo que estaba sucediendo en su habitación terminara pronto. Con el incremento de los jadeo y gemidos, Alastor cambiaba con más velocidad los canales, sin encontrar nada de interés, eso lo molesto más. Por algo no veía televisión.

Dejo la TV en un canal de noticias, de nuevo habían encontrado el cuerpo de una chica cerca de los pantanos. Mientras el reportero informaba del caso y lo que podía ser un nuevo asesino serial, la puerta de su habitación se abrió, dando paso a un hombre de unos 30 años acomodándose la ropa. Detrás de él un chico con el cabello rubio salió en una bata rosa muy delgada que no dejaba nada a la imaginación.

―Oh, ya llegaste ―el más joven de los dos le dirigió una sonrisa burlona. Alastor lo miró con una sonrisa que no llegaba a sus ojos. El desconocido se mostró sorprendido y avergonzado al ver a Alastor en la sala.

Alastor, aun sonriendo, dirigió su vista al intruso. ―Largo ―y sin esperar alguna advertencia, el hombre salió corriendo del departamento. Ya solos, el de la bata, quien se llamaba Angel, prendió un cigarrillo. Aun miraba con diversión a su novio.

―¿Estás molesto, Alastor? ―Preguntó con burla.

Alastor sonrió más. ―Sabes que no me interesa a quien le vendas tu usado culo, Angel, pero el usar la cama donde duermo para eso es desagradable ―volvió la mirada al televisor―. Límpialo, ahora, necesito descansar.

―Tan aburrido como siempre, amor ―dijo Angel. Alastor no pudo ver como el rostro del rubio se deformaba en una mueca de enojo. Soltando el humo del cigarro que había retenido en sus pulmones, Angel dio media vuelta y regreso a la habitación.

Alastor fingía poner atención a la noticia de que habían recatado a un gatito ese día. La televisión era estúpida.

...

Alastor despertó con los golpes insistentes de la puerta principal. Mirando el reloj que se encontraba en la mesita de noche vio que no pasaban de las 10 de la mañana. A su lado sentía el tibio cuerpo de su pareja, seguía dormido, o fingía dormir para no tener que levantarse y atender la puerta.

El castaño se levantó y camino hacía el baño, quien sea que estuviera tocando podía esperar, tampoco era que le importara mucho. Unos minutos después, mejor arreglado y sin una pizca de sueño en su rostro fue hacía la puerta.

Podía escuchar murmullos de otro lado. Cuando abrió se encontró con una chica rubia y otra de cabello plateado que discutían. Al escuchar la puerta abrirse, ambas voltearon. Alastor siempre mantenía su mejor sonrisa, ese momento no era una excepción.

―Hola, bellas damas, ¿en qué puedo ayudar? ―Alastor esperaba que se fueran pronto, odiaba las visitas.

―¡Hola! Soy Charlie, la nueva vecina del departamento de a lado ―la chica con una gran sonrisa extendió su mano y Alastor la tomó. Por la forma en que sacudió su mano, Alastor pudo inferir que la chica era demasiado alegre, todo el tiempo―. Y ella es Vaggie ―la rubia señalo a la otra chica de piel morena. Esta sólo lo miró con ojos críticos y de desconfianza mientras alzaba la mano en señal de saludo.

You & MeWhere stories live. Discover now