Nochebuena

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Candela y María se levantaron muy temprano, a las 6 de la mañana el pavo ya estaba en el horno.
Prepararon el resto de platos y dispusieron la mesa como solo dos expertas en protocolo sabrían hacer.

Una vez que todo el tema de la comida estaba en marcha, se dedicaron a envolver regalos.
Los padres de Candela habían traído detalles para todos para agradecerles el cuidado que daban a su hija, la amistad que le habían brindado y el hecho de que se hubiesen convertido en su familia en Corea.

La cena fue divertida y amena, 
Aunque en un par de ocasiones salió el nombre de Min Ho, todos decidieron que ese no era el día para tratar un tema tan espinoso.
Después de la cena, Candela repartió los regalos que sus padres habían traído para todos desde España, de acuerdo con los gustos de todos ellos, según la información que Candela les había ido facilitando.
Había desde camisetas oficiales de la selección de fútbol, a libros de fotografía o arquitectura, lo que explicaba el exceso de equipaje que habían traído sus padres.
Todos se sorprendieron por los detalles y los agradecieron enormemente.
Alejandro sirvió unas copas y JungKook preparó unos cócteles.

El Coronel se puso en pie dispuesto a dar un pequeño discurso.

-La primera vez que vine a Corea lo hice por amor. Mi adorada María, dijo acariciando con el dorso de su dedo índice el rostro de su mujer,  siempre me decía lo feliz que había sido aquí, y lo mucho que le gustaría volver.
Yo me esforcé por conseguirlo y vinimos.
-Esta es la segunda vez que vengo a este país, y lo he hecho por amor a mi más preciado bien, mi hija ha encontrado aquí no solo un trabajo sino una auténtica familia y un hogar.
Yo no puedo más que agradeceros que cuideis de ella por mi.
Muchísimas gracias, dijo haciendo una profunda reverencia.

Cuando todos pensaban que había terminado, prosiguió, era evidente que le costaba un gran esfuerzo. Tomó un sorbo de la copa que sostenía y respiró hondo.

-Nunca te he agradecido como se merece que salvases a mi hija. No puedo olvidar que acudiste en el momento exacto, y no podré olvidar que lo sigues haciendo.
Kim Taehyung para cualquier cosa que necesites en el momento que sea, no dudes en decírmelo, estoy en deuda contigo.

Y el Coronel hizo otra profunda reverencia esta vez dirigida a Taehyung que se quedó perplejo.

Candela estaba contenta, por fin parecía que su padre empezaba a apreciar a Tae, aunque ahora no fuese muy útil ya que él salía con una actriz.
No había entendido a que se refería con que lo seguía haciendo, pero en lugar de pensar en ello su mente se fue de nuevo a la imagen de Taehyung en la entrega de premios sonriendo a la cámara y caminando con aquella preciosa mujer colgada de su brazo.

Todos empezaron a despedirse, casi eran las 12 de la noche, hacía mucho frío y había nevado, Candela les pidió que se quedaran pero como Taehyung les había explicado que la familia acudía a la misa del Gallo que se celebraba a media noche, ninguno quiso interrumpir su tradición.

-Taehyung puedes quedarte con ellos no es necesario que se vayan podemos continuar la fiesta luego.

-En realidad, me gustaría acompañarte a misa,... como aquella vez.

Candela sonrió ante el recuerdo y dejó de insistir en que se quedara.

Después igual que aquella vez volvieron caminando a pesar del frío. Cómo siempre que estaban juntos y relajados hablaban con facilidad saltando de un tema a otro. Pero hubo un momento que Candela se quedó en silencio pensativa y Taehyung le preguntó qué pensaba:
-Tae ¿Tú por qué me guardas secretos?
-Creo que es lo mejor, de momento...
-Aunque me haga desconfiar de ti.
-Si es el precio que debo pagar...
-Me lo contarás algún día...
-Sí, pero espero que llegue un momento que no sea necesario.
...
...
-No te he dado mi regalo...
-Ni yo el mío
¿Quieres esperar al día de los reyes o a mañana? Le preguntó él.
-No por favor, estoy deseando dártelo. Dijo ella.

I Purple YouWhere stories live. Discover now