Episodio 87

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Lalisa gruñó cuando Jisoo inadvertidamente acarició la mordida sobre su pecho. El moretón era exquisitamente tierno y todo lo que ella quería era que Jennie enterrara sus caninos.

– Abre mi camisa. – Temblando, Jisoo obedeció.

Los músculos del pecho y el abdomen de Lisa se destacaban como si fueran grabados en piedra y fueran tan duros. Con un pequeño gemido, Jisoo pasó las puntas de sus dedos por el centro del torso de Lisa, el dorso de sus dedos rozando la curva interior del pecho de Lisa. Un polvo fino de plata marcaba un camino hasta la parte superior de sus pantalones y sería más gruesa dentro, enmarcando su sexo.

– ¿Aún crees que tengo el control? – gruñó Lisa.

– Lo haces. – dijo Jisoo, frotando el estómago de Lisa. – Si no lo hicieras, ya me habrías tomado aquí ahora.– Gimiendo, Lisa tiró a Jisoo en sus brazos y acunó la cabeza de Jisoo en su hombro. Se frotó la barbilla con el cabello de Jisoo, respirándola, apoyándose en la Manada y familia. Su agonía no era culpa de Jisoo, ni la carga de Jisoo para aliviar.

– Lo siento. – dijo Lisa.

– No hace falta. – Jisoo acarició el cuello de Lisa.

– Pero tienes que aparearte. No puedes seguir así.

– Mi lobo quiere un compañero. – dijo Lisa. - Yo no.– Jisoo respiró hondo.

— Al menos necesitas alejarte de Jennie. Ella te está conduciendo demasiado...

– ¿Crees que no lo sé? – gruñó Lisa.

– ¿Crees que quiero forzar esto en ella?

– Entonces déjame sacarla del Compuesto. – Lisa se apoderó de los hombros de Jisoo y retrocedió, bajando la cabeza hasta que estaban de rodillas.

– No la tocarás. ¿Lo entiendes?

– Sí, Alfa.– dijo Jisoo. Después de un momento, Lalisa la soltó y volvió a su escritorio. Ella se sentó y despiadadamente enjauló a su lobo furioso. Luego tomó una pluma y tiró de una carpeta de archivos delante de ella.

– Envía a los Consejeros.– Un momento después, Michael Jauregui entró con la Reina Fae a su lado.

Scarlett Johansson era una rubia con enormes ojos verdes, una cara delicada, una boca pecaminosa y una mente rápida y calculadora. En su traje de Prada, se veía cada centímetro del CEO de la quinta potencia de marketing de la avenida que era. Cuando ella se sentó en el trono Fae cambió en sus trajes de diseñador por los vestidos de gasa o cueros elegantes, que abrazaban su cuerpo. Lalisa no estaba segura del alcance total del poder de Scarlett, pero la había visto reducir a un traidor llevado ante su corte a una masa irreconocible de gelatina trémula, literalmente, con un movimiento indiferente de su mano. Como todos los monarcas absolutos, Scarlett ansiaba el poder y lo guardaba celosamente.

– Scarlett, pensé que estabas en Washington. – Lisa hizo un gesto hacia las sillas frente a su escritorio. – Por favor. Siéntense.

Una vez caballero, Michael, el señor, esperó a que Scarlett se sentara antes de sentarse. Llevaba su Armani, dando la apariencia de un ladron corporativo moderno. Lo cual era. Se inclinó hacia adelante con una sonrisa untuosa.

– Perdona esta visita imprevista, Alfa. Como Scarlett llegó inesperadamente por negocios, parecía una oportunidad perfecta para reunirse contigo en privado. – Scarlett cruzó las piernas y dobló sus preciosas manos bien cuidadas en su regazo.

– Especialmente porque pareces demasiado ocupada para programar el tiempo para la junta de coalición.

– La próxima reunión no será hasta finales del mes que viene. – señaló Lisa, preguntándose qué haría Michael si ella lo llevaba abajo con los dientes en el cuello, lo que había tenido ganas de hacer desde que entró en la habitación.

– Es cierto. – dijo Scarlett sonriendo mientras sus ojos se deslizaban sobre el rostro de Lisa.

— Pero a la luz de los acontecimientos recientes...

– ¿Acontecimientos recientes? – Dijo Lisa.

– El retraso en la remoción del SM-616 del comité de Weston tiene algunos de nosotros preocupados. – dijo Michael. – El proyecto de ley tiene importantes repercusiones económicas y hasta que podamos asegurar a nuestros accionistas que nuestras corporaciones son sólidas y seguras, nuestros márgenes están en riesgo. – Lalisa entrecerró los ojos y apenas reprimió un gruñido.

– No sabía que el objetivo principal de la legislación era preservar tu cartera. Todos los días recibimos reportes de ataques a Liliums, incluyendo homicidios, porque los humanos no temen ser procesados.

– Por supuesto, – dijo Scarlett. – esas cosas son importantes también, pero sin una ventaja económica, será mucho más difícil para nosotros convencer a los humanos de que es importante reconocer nuestro lugar en la estructura del comercio mundial.

– ¿Y la santidad de nuestros territorios, la protección de nuestros jóvenes, nuestro derecho a gobernar la autonomía? – replicó Lisa.

– No necesitamos la ayuda de los humanos para preservar nuestras sociedades.

Empire I ( Metamorphosis ) [ Finalizada ]Where stories live. Discover now