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*Omnisciente*




Ya descansado y con más ánimos, Adam se viste con ropa deportiva y checa que su billetera esté resuelta con su tarjeta de crédito y algunos billetes, tiene en mente pasar por alguna tienda, y así comprar algo de ropa cómoda para Samantha, será difícil adivinar su talla, no obstante, eso no quita que no tenga una idea de cual podría ser, de cualquier forma en las tiendas siempre hay alguien pendiente de lo que haces, y no perderá la oportunidad de pedir ayuda.

***

Samantha al despertar lo hace sobresaltada y con la respiración agitada como si hubiese corrido un maratón para llegar hasta la camilla.

Mira la habitación con aburrimiento sintiendo cada neurona de su cerebro trabajar en busca de respuestas.

Mañana será dada de alta, por lo que no puede evitar preocuparse, al no saber que hará. No tiene a dónde ir, a su casa no irá, ni loca, ese lugar está maldito para el resto de su vida, siente tristeza al saber que sus padres no vinieron en ningún momento a verla, sin embargo, no deja que esa tristeza gobierne su tranquilidad.

Es una nueva oportunidad.

La vida le brindo una oportunidad que no desaprovechará.

¿Dónde estará él?

¿Qué pasará ahora que ella ya está bien y recuerda todo?

Él, quizás ya no sienta la necesidad de cuidarla, todo volverá a ser como antes.

El sonido de la puerta siendo abierta llama su atención, posa su mirada hasta ese lugar. Sus ojos brillan inmediatamente y su corazón late con rapidez al ver al culpable de su locura y que su corazón se vuelva del mismo modo, Adam.

Esta completamente embelesada con su persona, ese hombre se ha metido en cada poro de su cuerpo descontrolando cada célula provocando una atracción extraña.

"Acosadora. Eso has sido para él desde el primer momento en que lo viste"

Si.

Definitivamente si lo es. Pero no se arrepiente de nada, conocerlo a él fue una maravillosa oportunidad y ahora que su vida tomara un rumbo distinto al que estaba destinado, no piensa desaprovechar el intentar que él sepa que lo que siente por él es verdadero y sincero.

-Hola...

Saluda con dulzura, él entrando por completo a la habitación. En sus manos lleva tres bolsas y un ramo de rosas blancas, las bolsas parecen ser de alguna tienda por lo que las mira con curiosidad.

-Hola.

Al ingresar por completo a la habitación deja las bolsas sobre la silla a un lado de la cama y con nerviosismo mira las rosas para luego mirar a los hipnóticos ojos de ella.

Ella ya se encuentra sentada observándolo con curiosidad. Al dejar las bolsas se gira y con una sonrisa le tiende él tiende el ramo de flores, las cuales se le es fácil tomar, en el proceso sus manos se rozan, enciendo una corriente eléctrica muy suave entre ambos cuerpos.

-Son hermosas y huelen delicioso. No tenías porque traerme un detalle, el solo hecho de que has estado aquí conmigo todos estos días, valen muchísimo.

Comenta con voz cantarina y sincera, sintiendo cosquillas en su estomago, él cada vez que esta cerca la hace sentir extraña como si pequeños seres hicieran cosquillas en su estómago y su corazón se intentará reponer de algún susto.

La sonrisa de Adam es la más hermosa que ella haya visto, se forman dos adorables hoyuelos y sus facciones se ven relajadas.

-Los buenos detalles dibujan hermosas sonrisas, así que si vale la pena traerlos. Ya te he dicho que no tengo problema con eso, ayudo a tus padr...

-No tienes porque mentir, he recordado todo...

Al escuchar esas palabras, la calma la pierde por completo y casi se avienta sobre la cama.

Por un par de segundos Samantha se asusta por el gesto, pero se relaja de inmediato al sentir como la abraza, rodeando su pequeño cuerpo con el suyo estrechándola cariñosamente, con una sonrisa que no cabe en sus labios, ella también lo abraza sintiéndose por fin feliz. Es tan difícil de creer que ambos se encuentren de esta manera. Él cuerpo de él irradia calor, uno muy suave.

-Pensé que te había perdido. ¡Dios! Me has dado el peor susto de mi vida, verte en esa camilla cubierta por una sabana blanca me destruyo.

Escucharlo hace que su corazón se achicopales. Su tono de voz es triste y en cada palabra trasmite vulnerabilidad.

-No pienses en eso. Ya todo paso la vida me ha brindado otra oportunidad y ¿sabes qué? -se separan con suavidad quedando uno frente al otro, ella un poco más pequeña que él, le duele mucho ver sus hermosos ojos triste, ella no quería hacerle daño. Él niega ante su pregunta y lleva su mano derecha al rostro de ella, pasando sus dedos por cada punto de el, Samantha cierra sus ojos ante el toque suave y delicado, delinea sus labios sin dejar de mirarla, ella abre sus ojos disfrutando de las sensaciones que eso provoca en su ser-. No pienso desperdiciar ni un segundo más, actúe como una demente todo este tiempo, fui un verdadero dolor de cabeza en tu vida, muchas veces pase la raya, pero jamás me voy a arrepentir de ello. Desde el primer momento en que te vi sentí una revolución dentro de mi y mi corazón no ha dejado de acelerarse con sólo escuchar tu voz, creo que me enamoré como una loca. Yo te persigue como loca, y te voy a seguir persiguiendo hasta que decidas alejarme y decirme que no sientes más que fastidio por mí

Por largos segundos se quedaron mirándose fijamente, ella sintiendo miedo a las palabras que él pueda pronunciar.

Adam, puede sentir el nerviosismo que recorre el cuerpo de ella, por lo que acaricia sus brazos en un intento de brindarle seguridad.

Si ahora la vida le da una segunda oportunidad a ella, ¿por qué no ser parte de ella?

Para él Samantha dejó de ser un fastidio hace mucho tiempo, sólo que jamás se atrevió a decirlo en voz alta. Esa pequeña acosadora se metió en cada rincón de su alma, invadiendo sus pensamientos y hasta sus sueños.

Imposible negar que siente algo por ella.

Por muy loco que sonora, Adam siente más que atracción por su Acosadora.

Samantha, ahora es parte de su vida y no cree que pueda estar sin ella, no después descubrir que el amor puede nacer de pequeños momentos y hasta de problemas, como lo fue tener a una pequeña acosadora.

-¿Es decir que Ella aún me Persigue?

-¿De qué hablas?

Pregunta confundida, no eran esas las palabras que esperaba escuchar.

"Ella aún me persigue, y tengo una corazonada de que será por un tiempo muy largo, muy, muy largo"

-Jamás serás un fastidio para mí. Mi pequeña acosadora, si, pero un fastidio jamás.

Sin poder aguantar más, toma posesión de su dulces labios, se sintió como si millones de juegos artificiales estallará a su alrededor, era tan dulce, un beso lleno de amor y el anhelo de ambos...






Ella Me Persigue: ConociéndoteHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin