Entre Reyes y Sailor

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Pasada algunas horas llegaron los reyes correspondientes a Urano seguidos por los de Plutón curiosamente acompañados por la princesa del Planeta del tiempo, esto si era un gran acontecimiento por lo visto el asunto era más delicado de lo que parecía, el Rey Hitoshi pidió hablar un momento a solas con el Rey Kantaro.

Amigo mío... por lo que me entere la situación es delicada... quiero saber si mi hija está bien –pregunto preocupado.

Ella está bien... por un momento creí que se transformaría en Sailor Uranus, más no lo hizo cuido de mi hija en su posición de guardián—comento Kantaro aun sorprendido por la acción de la joven—Me sorprende que ella se tome en serio su deber.

Siempre ha sido así... primero es su misión antes que su propia vida por eso creo que como sucesora al trono es digna –suspiro—Pero me preocupa... la reacción de todos en caso que se descubra que ella es Uranus –miro momentáneamente hacia el salón de baile—Esto debe tenerla incomoda después de todo fue su propia decisión alejarse de todo esto.

Tengo una duda amigo... por que su hija nunca se ha presentado como la descendiente del viento, es decir, como Sailor Uranus –pregunto con curiosidad—La única vez que se presento fue cuando comenzaron los entrenamientos.

Mi hija... desde pequeña siempre fue distinta a los demás, mi esposa y yo nos dedicamos a darle solo nuestro amor y demostrarle que no importa lo que haga mientras este decidido con su corazón todo estaría bien y eso fue lo que la llevo a la decisión de no presentarse en las reuniones de aristocracia, es más ella fue a buscar a la Reina Serenity después de su cambio de apariencia y le dijo lo que ella deseaba no se los detalles de aquella conversación pero la Reina acepto su petición –miro a su amigo cruzándose de brazos—Haruka es princesa a su manera y eso es lo que la hace realmente feliz... más no se le puede pedir.

Si creo en lo que dices amigo... desde que ella está aquí muchas cosas han cambiando en especial a las que tiene que ver con Michiru –sonrió viéndolo—No sabes lo agradecido que estoy contigo por mandar a tu hija, ella ha sido capaz de demostrarle a Michiru que el mundo no es como ella creía, la ha cambiando bastante.

No me sorprende viniendo de Haruka... ella tiene algo que hace que la quieras de inmediato –se rio un poco—Es muy parecida a su madre... por eso estoy seguro que será una gran Reina algún día.

Te apoyo en lo que dices amigo –se le acerco—Sera mejor que regresemos a la reunión –ambos monarcas se dirigiendo donde estaba sus respectivas esposas.

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Por otro lado en la habitación de Haruka para ser más exactos, ambas chicas se encontraban descansado curiosamente ahora Michiru tenía puesta en una de sus muñecas la cinta que antes usara para amarrar a la rubia quien estaba recostada sobre su pecho, ambas intentado de normalizar el ritmo de sus respiraciones.

Esta cansada –pregunto la rubia colocándose encima de ella.

No aun no –le contesto acariciándole el rostro – Te has vuelto mi droga... Haruka

Y tú la mía Michiru –la rubia se acerco a su rostro besándola bajando sus manos por el cuerpo de la aguamarina.

Hazme tuya... Haruka –correspondió el beso apasionadamente sintiendo como la rubia la amarraba a la cama—No me digas que te vas a desquitar conmigo.

Así es pero lo hare más interesante –amarro una muñeca de Michiru a la cama y lo mismo hizo con una de las suyas—La regla es que con solo una mano tendremos que llevar a la otra al cielo.

El Guardián del MarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora