Ella creció entre algodón y oro, en una familia perfecta y teniendo todos sus caprichos con un chasquido de dedos. No conocía el significado de la palabra «esfuerzo».
Él creció en una familia disfuncional y pasando hambre a fin de mes, teniendo que...
Tras el maravilloso sexo sobre el escritorio y junto a la ventana, habíamos ido a la casa de Klaus y habíamos seguido con nuestra ardiente declaración de guerra.
Nada más cruzar la puerta principal, Klaus me pegó a la pared bruscamente y mordió mis labios levantando mi blusa. Lo besé igual de ruda y arranqué su camisa mandando al carajo sus botones.
Su sonrisa ladeada me excitaba demasiado a la par que me irritaba.
Cuando me cargó para ir a su habitación besé su cuello dejando pequeños mordiscos y me froté contra su bulto.
Rápidamente me deshice de toda su ropa y él se deshizo de la mía al posarme en la cama. Ambos estábamos ansiosos por comernos y sentirnos.
Gemí arqueándome cuando entró de golpe en mí. Él besó mi cuello y pechos mientras se movía profundo y salvaje, haciendo que llegara a ver las mismas estrellas.
Tras dejar nuestro destrozo en su mesa y en el pequeño sofá, ambos caímos rendidos en la cama y me dejé llevar por los brazos de Morfeo, sin importarme el brazo de Klaus que rodeaba mi cintura.
Horas después el sonido de mi móvil me alertó. Me removí leve gruñendo y parpadeé leve al chocar con un cálido pecho. Alcé la vista y miré medio embobada a Klaus observándome divertido. Dejaba caricias suaves en mi cintura y me observaba como si fuera algo interesante.
—Buenos días, amor—parpadeé un par de veces más y al recordar todo me moví alejándome y traté de levantarme, pero él tomó mi brazo—Oye, ¿por qué tanta prisa?
Me giré y le di una sonrisa algo forzada.
—Yo, am...
—¿No disfrutaste? Por lo que observé creo que sí—sentí mis mejillas ponerse de un rojo intenso y negué leve.
—No, yo...Sí disfruté, es solo que...—otro sonido de mi móvil me salvó. Nunca había amado tanto ese desagradable sonido—Es importante—miré el móvil y abrí los ojos, me levanté a trompicones ignorando la mirada lasciva de Klaus y busqué rápido mi ropa.
—¿Te llevo a algún lado?—se levantó vistiéndose. Solo asentí y recogí rápidamente mis cosas.
Afortunadamente la conversación incómoda iba a tardar más de lo esperado.
•••
POV Damon
Sentí un rayo de luz impactarme en la cara haciéndome parpadear levemente. Me acomodé con cuidado y seguí observando a Elena, quien seguía durmiendo a mi lado como un bebé.
La sábana la cubría hasta el vientre, dejándome maravillosas vistas. Su cabello revuelto esparcido por la almohada y parte de su cara, el sol impactando en su espalda dándole un aura de ángel; simplemente era hermosa.
No pude evitarlo y pasé un dedo delicadamente por su mejilla.
Un pequeño quejido salió de su garganta y se removió pegándose a mí. Sonreí sin dejar de verla.
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