Volviéndome loca (3/3)

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Todo pasó en un abrir y cerrar de ojos.

Me dieron el alta en el hospital, volvimos a mi apartanento, hice la maleta con mis cosas esenciales, cerré con llave y Danielle condujo mi coche hacia mi trabajo. Danielle habló con John, mi jefe, mientras yo tomaba un café en la barra y la mirada perdida.
Escuché que John le decía que me tomara todo el tiempo que necesitara, que mi presencia allí no era esencial ya que habían más trabajadores y que cuando volviera a Boston podría retomar el trabajo sin ningún problema. Lo cierto era que no quería volver.
Las cinco horas hasta Filadelfia pasaron volando, o Danielle condució demasiado rápido o mi mente estaba en un estado de shock.
Cuando entramos a Filadelfia todos mis amigos me esperaban frente la casa de Danielle.

Bajé del coche con los ojos cristalinos, y cuando sentí el cálido abrazo de Justin me derrumbé en su pecho.
Acariciaba mi pelo como si fuera una niña pequeña. Hacia medio año que no le veía...
Le siguió Marie, y sus únicas palabras fueron "Lo siento, lo siento, lo siento." en repetición. Probablemente odiaba a su padre tanto como yo, ese hombre era la única persona que podria matar con mis propias manos y no sentir remordimiento alguno.

Diego también me abrazó, y no dejaba de darme besos en la coronilla.

Me sentí enferma, me sentí débil y sin alma, sentí que era una preocupación más en la vida de esas personas y por primera vez quise olvidar a Billie y el dolor que dejaron mis padres al irse, para volver a ser yo.

Conocí a Noah, la prometida de Diego. Aunque no hablé mucho con ella, conocía muy bien su mirada cuando miraba a Diego, era la misma que tenía yo cuando miraba a Billie. Ella estaba enamorada hasta las trancas de él y eso me hizo sonreir un poco. Me alegraba por Diego.
Danielle se independizó el año pasado, en una pequeña casa a dos manzanas de donde vivía antes. Trabajaba en la recepción del hotel The Windsor Suites en el centro de la ciudad, y cuando ahorró bastante dinero pudo independizarse.
Justin y Marie vivían juntos en el apartamento de toda la vida de Justin, y les iba genial.
Danielle pasaba de los chicos porque decía que era mejor el sexo sin compromiso, la antigua _____ Woods habría brindado por eso.
Extrañaba a mi antigua yo, esa que vivía a base de carreras nocturnas, la que construyó una barrera infranqueable en su corazón cuando mis padres murieron, la que no sentía nada hacia nadie, sólo hacia los suyos, la que era capaz de desvestir a una mujer sin ponerse a llorar al recordar el cuerpo de su ex, extrañaba ser Wolf, la fuerte y rebelde Wolf.

-Cómete esto y duerme, podrás dormir hasta el medio día si quieres. -me dijo Danielle poniendo frente a mi un plato de sopa.

Nuestros amigos se habían ido hace rato, y mientras Dani preparaba la cena yo bebía una cerveza en la mesa.
Me lo comí en silencio, con la mente en otro sitio.

Sentí la mano de Danielle posarse sobre la mía y me hizo salir de mi mundo, levanté la mirada y conecté con la suya preocupada.

-Dos años he tardado para darme cuenta de tu depresión y de tu comportamiento, me disculpo por eso. -negué con la cabeza. -Eras buena ocultando tus sentimientos... pero la burbuja en la que te metías ha estallado y quiero que sepas que estaré a tu lado y que no me iré.

Mi labio tembló, iba a llorar otra vez. Me había convertido en una blandengue.

-Justin, Diego, Marie y yo, incluso Noah que te conoce muy bien porque hablamos mucho de ti, estamos a tu lado, _____. No nos iremos, ¿entiendes? -asentí, reprimiendo mis lágrimas.

-Te... te qu... quiero. -esas palabras fueron difíciles de pronunciar, pues hacía tiempo que no se lo decía a nadie.

-Y yo a ti, Woods. -apretó mi mano y seguimos comiendo la humeante sopa.

***

El sueño que tuve por la noche hizo que me despertara a las cinco de la mañana y no pude dormir más.

-Me has hundido la vida Woods, así que me he encargado yo de hundir la tuya también. -Marcus sonrió maliciosamente.

-Por tu culpa Billie se fué de mi lado. -contesté apretando las rejas que me separaban de ese hombre.

-Ahora entiendes lo que se siente cuando pierdes al amor de tu vida, ¿verdad? Debes sufrir por ello. Te mereces todo ese dolor, te mereces la muerte de tus padres. -apreté aún más las rejas de su celda y apreté mi mandíbula.

-Me engañaste _____... yo ya no te amo. -me giré y vi a Billie detrás de mi. Su voz, su ropa ancha, sus ojos azules mirándome con desprecio...

Comencé a llorar.

-Billie... -me acerqué a ella levantando mi mano para tocar su rostro, pero cuando estaba por acariciar su mejilla, desapareció.

-Ella no te ama. -escuché que decía el hombre detrás de mi, mientras yo me dejaba caer de rodillas al suelo.

-¡Cállate! -grité tapando con rabia mis oídos, pero seguía escuchando su voz. - ¡Yo la amo! ¡Tú me tendiste una trampa!

Queria despertar, necesitaba salir de ahí con urgencia pero no podía despertar. Sentí una mano posarse en mi hombro, abrí mis ojos y alcé la vista.

-Mamá... -era ella, tal y como la recordaba. Vestía su ropa favorita, un vestido blanco ceñido al cuerpo con una fina chaqueta negra y sus tacones de aguja negros. Ella me sonreía, estaba conmigo.

-Despierta hija, despierta... -acarició mi mejilla. -Te amo, te amamos. -se hizo a un lado y se acercó mi padre, arrodillándose enfrente de mi.

-Sé fuerte. -su voz comenzó a sentirse muy lejos. -Debes ser fuerte, debes ser una Woods. Te amamos angelito.

Angelito... así me llamaban cuando era pequeña.

Abrí mis ojos y me encontré empapada en un sudor frío, temblando y respirando entrecortadamente.

Mamá... papá... Billie...

Me estaba volviendo loca, quería que todo ese dolor desapareciera o acabaría conmigo.

Decidí limpiar y recoger el apartamento de Danielle, ya que me quedaría allí temporalmente debía agradecérselo de alguna forma y aparte mientras limpiaba mi mente estaba ocupada.
Pero fuí idiota, yo misma me provocaba el dolor muchas veces... pero esa canción fué mi favorita durante un mes entero y lo seguía siendo ahora.
Pero cuando Finneas me la envió, a principios de ese diciembre, mis oídos parecieron conectar con el paraíso y repetía la canción siempre que podía.

Ocean eyes...

Sus ojos oceánicos, su profundo mar azul, su voz aguda y perfecta, fina y delicada...
Ahora mismo me encontraba en el fondo del océano y me ahogaba, no podría salir de allí yo sola y por primera vez me pareció correcto visitar a un psicólogo.

Me ayudaría a soportar el dolor de la muerte de mis padres, podría olvidar a Billie pero...

¿Realmente quería olvidarla?

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La segunda parte de The deepest ocean.
¿Cómo la véis? A mi me gusta mucho a decir verdad.

El amor no siempre es felicidad, y muchas veces se sufre muchisimo, y si ya estabas jodido mucho antes de sufrir por amor, tu mente puede dar un giro y no volver a ser la misma persona.

Poco a poco veremos como evoluciona _____, qué pasa con Billie, cómo llegó a ser famosa, qué ha sido de su vida estos dos años, etc.

Espero que la sigáis y que os guste tanto como a mi.

¡Nos leemos!❤️

In the deep ocean | Billie Eilish Donde viven las historias. Descúbrelo ahora