OO2

5K 687 401
                                    

Como era de esperarse, Nayeon, al salir del hospital se dirigió a la cafetería. Al entrar allí no había nadie, bueno en realidad sí había alguién, estaba la mujer del gran traje.

Nayeon, curiosa, se le acercó.

—¿Por qué utiliza ese gran traje? — Preguntó la niña muy curiosa— ¿Acaso no le molesta?.

La mujer, que estaba de espaldas, se dió la vuelta y dejó ver su cara.

La mujer, no tan mujer, tenía el ceño fruncido y su tez estaba muy pálida.

(Con no tan mujer me refiero en cuanto a edad).

—¿Qué sucede?— Preguntó la chica amablemente.

—Me preguntaba si su traje pesaba o no.

—No, sólo es tela...— Respondió dudosa— ¿Por qué estás aquí sola niña?.

—Estoy esperando a mi mami que vuelva... ¿Por qué lo está usted?.

—¿Qué estoy qué?.

—Que usted está sola igual que yo. ¿No quiere colorear?.

—¿Colorear?.

—Será divertido, vamos señorita.

—Okay...?.

—Por cierto, me llamo Nayeon, se..

—Mina, un gusto pequeña dama — La niña sólo rió y tomó la gran mano de la chica de traje para guiarla a una mesa.

Al llegar a la mesa, Mina observó como la niña se quitaba su pequeño sombrero de patos y dejaba ver su poco cabello, se dió cuenta que ella seguramente venía del hospital del frente.

Nayeon sacó de su pequeña mochila, también de patos amarillos; Un gran libro y muchos lápices de colores.

Durante toda la tarde, Mina y Nayeon se la pasaron coloreando animales.

—¿Usted es soltera? — Preguntó de repente la niña mientras aceptaba una malteada por parte de Mina.

—¿A qué viene la pregunta señorita? —Preguntó divertida mientras se enfocaba en pintar un elefante morado.

—Por curiosidad.

—Si es así le responderé... Si, estoy soltera.

—Oh... Perfecto —Murmuró.

—¿Nayeon?— Preguntó una voz chillona pero hermosa, algo que hizo voltear a Mina, pero a Nayeon no le había sorprendido ya que era su madre.

—¡Oh mamá! Llegaste temprano.

Nayeon, de todas formas fué a abrazar a su joven madre. —¿Con quién estabas? —Preguntó mientras enfocaba su vista en la mujer pálida.

—Estaba conmigo... Un gusto, soy Myoui Mina, Nayeon y yo estuvimos coloreando elefantes y jirafas.

—Nayeon—Dijo Chaeyoung en un tono fuerte —¿Qué te dije sobre los extraños?.

—No es un extraña, es la mujer del traje pesado y de manos grandes.

—Uff, como sea. Lo siento por tanto señorita Myoui, lo siento por el comportamiento de mí pequeña hija.

—No importa, me alegró mucho pasar la tarde con ella, espero volver a pasar otra tarde con ella.

La niña, de inmediato, hizo que su madre bajara la cabeza para que ella le hablara al oído.

—Mami, ella es soltera... Acepta que me cuide todas las tardes, no me pasará nada, te lo juro.

Chaeyoung, obviamente no quería aceptar, pero los preciosos ojos de su hija la hicieron cambiar de opinión.

—¿Señorita?— Preguntó nerviosa — ¿Sería mucho pedirle algo?.

—No, diga.

—¿Podría cuidar a Nayeon todas las tardes aquí en el café? Prometo pagarle.

—Acepto —Respondió feliz por dentro, Mina siempre había querido ser una madre o al menos tener hijos a su cargo; Ese sueño era como un pequeño secreto que se guardaba durante mucho tiempo. Desde que se había casado con su difunta esposa, ella y Sana habían querido hijos, pero el destino le había jugado una mala jugada, Sana murió gracias al cáncer — No me tiene que pagar, yo me encargaré de ella.

—Ay muchas gracias, mi mami te va a amar y tú también lo harás. Van a casarse y tener hijos.

—Nos tenemos que ir, vámonos Nayeon — Dijo nerviosa.

—Adiós Mina.

—Adiós Nayeon.

—Adiós señorita Myoui...

Mami... ¡Quiero una mamá! | Michaeng (Completa) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora