O12

2.9K 437 42
                                    

Maratón 2/5.

Ya había pasado la noche y tanto Mina (Que se había enterado de la triste noticia) como la joven madre estaban con los ojos llorosos contemplando a la niña recostada en una gran cama de hospital, todos esos cables conectados le daban ansiedad a Chaeyoung así que vomitaba cada dos por tres mientras seguía gritando internamente el nombre de su pequeña.

No le podía estar pasando eso a su pequeña Nayeon, la niña más dulce e inteligente del mundo, su milagro y su fuerza. Sí ella la perdía... perdía todo en ésta vida.

Ya no le quedaría nada.

—Se lo tenemos que contar a Nayeon —Dijo Mina con sus cejas fruncidas— Debe estar lista para el futuro...

—¡No quiero!— Gritó tirando una pequeña mesa que estaba por ahí, haciendo que la niña despertara un poco.

Mina la tomó de la cintura haciendo que Chaeyoung parara de tirar cosas. 

—Cálmate por favor, sé fuerte por tu hija. No te desesperes, de todas formas se va a enterar de lo que sucede, es inteligente— Resopló— Hay que decirle ahora, es el momento– Agregó.

—Prefiero esperar Mina... prefiero que siga siendo feliz por lo que queda de tiempo.

—¿Tiempo?— Preguntó una pequeña voz, esa era Nayeon que se había despertado— ¿De qué hablas mami?.

—De que no tenemos tiempo para dormir porque estamos por preparar tu fiesta de cumpleaños...— Dijo nerviosa Chaeyoung.

—Eso, eso— Agregó Mina haciendo muecas graciosas para hacer reír un poco a la niña.

—Pero faltan semanas aún, no quiero fiesta de cumpleaños.

—¿Por qué pequeña princesa?.

—Por que el hospital es aburrido. Además tú y mi mami no creo que puedan hacer una fiesta aquí— Comentó con tristeza— No quiero fiesta de cumpleaños.

Tanto Chaeyoung como Mina, con miradas tristes, miraban a la niña rechazar su fiesta de cumpleaños. Todo niño ama las fiestas de cumpleaños pero ellas se ponían en el lugar de Nayeon y comprendían.

De pronto a Mina se le ocurrió una idea.

—Tu mamá y yo debemos salir, ya volvemos— Tomó a Chaeyoung lo más rápido posible y la sacó de la habitación.

Ya afuera habló.

—¿Qué tal si le traemos muchos patos para que sea feliz el día de su cumpleaños?— Preguntó sonriente.

—No creo que sea posible que llevemos muchos patos a una habitación de hospital, yo pensaba en...

—No creo que sea posible que llevemos muchos patos a una habitación de hospital, yo pensaba en

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Mami... ¡Quiero una mamá! | Michaeng (Completa) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora