Capitulo I

15 1 0
                                    

Los gritos de mi madre lograron despertarme así que me levanté de mi cama y me dirigí al baño. Me mire al espejo esperando que aquel reflejo me mostrara quien soy en realidad pero era en vano solo veía una chica de pie a cabeza. Lave mis dientes y regrese a la recámara a vestirme; no podía faltar mi sudadera favorita, azul con bordados verdes. Baje a desayunar y así silenciar los gritos de mi madre. 

- Buen día dormilón - dijo mi hermano

 - Dormilona - le corrigió mi madre

 - Debes entender de una vez

- Ella es mi princesa

 - Pero tú princesa no sueña con príncipes azules ni vestidos elegantes

 - ¡ELLA ES MI PRINCESA! 

- mi madre golpeó con fuerza la mesa, aún le cuesta aceptar que su princesa no quiere ser princesa. Yo me quedé sentada terminando mi desayuno con la cabeza gacha sin emitir ni una sola vocal, solo quería desaparecer de ese lugar, pero aunque deseaba con todas mis fuerzas hacerlo era imposible. El despertador del celular sonó indicando que las ocho de la mañana y que era la hora para ir a clases; tomé el autobús con destino a mí escuela, me senté sola en el fondo, siempre sola, la rara sin amigos. Llegué a la escuela, apenas baje del autobús cuando Christian Dennis me hizo tropezar, caí al suelo mientras una gran multitud reía y aprobaba la acción de Chris. Me sentía una basura, una carga, todo iba mal conmigo, mi cuerpo no era el indicado, la rara sin amigos,la burla y diversión de unos cuantos pulbertos. Me dirigí a mí salón, me senté en el fondo como todos los días, abrí mi cuaderno y comencé a dibujar, creaba historias en papel, era mi mundo ideal, mi fantasía, mi escape de la realidad la cual vivía. Ese día decidí ir caminado a casa, pero a unas pocas cuadras Chris y sus amigos me esperaban para atormentar mi día.

- Miren ahí, viene la rara 

- comentó Chris.Me detuvieron y me rodearon, comenzaron a provocarme.

 - ¿Qué sucede? ¿Tienes miedo acaso, rarita? 

- Déjame Chris, no te he hecho nada.

- Dice que no me ha hecho nada la rarita, ¿La escucharon? - con un movimiento veloz y brusco me lanzó al suelo. Creí que sería mi fin si en ese momento una chica no se hubiera metido.

- ¿Qué sucede aquí? - pregunto la misteriosa chica.

- Mejor vete, no es de tu incumbencia. 

- Si no la dejas te patearé tan fuerte que necesitarás cirugía para encontrar tus bolas - amenazó la chica, golpeando con su índice el hombro de Chris.

- Mejor vámonos, otro día nos encargamos de la rarita - mandó Chris a sus amigos. 

Se fueron, sin mirar atrás, la misteriosa chica me ayudó a levantarme del suelo.

- Muchas gracias - agradecí

 - ¿Te encuentras bien? ¿Quién eran esos?

- Es mi compañero Chris y sus amigos, suelen molestarme siempre.

- ¿Eso a qué se debe? - preguntó con curiosidad.

- Es que soy la rara de la escuela, bueno, creo que del todo el vecindario.

- ¿Cómo que rara? - Este, digamos que, no soy del toda femenina.

- Eres un chico Trans - aseguró sin miedo.

- Eso creo, pero mamá dice que es una fase. 

Me quedó mirando en silencio por unos segundos, luego llevó su mano hasta su bolsillo de la chaqueta y sacó una tarjeta. 

- Toma, cuando necesites hablar con alguien, o estés en apuro solo llámame.

Agradecí con un ligero movimiento de cabeza. La chica misteriosa, o Luisa Cooper cómo se visualizaba en su tarjeta se subió a su motoneta y se marchó sin más.

Caminé hacía mi casa.

El Espejo Del Yo MismoWhere stories live. Discover now