El Espejo Del Yo Mismo

Capítulo II

Cada minuto de mi día recordaba a esa chica alocada que me defendió la cual solo me dio su tarjeta y se marchó sin más. ¿Debería llamarla?, me pregunté varias veces mientras daba pequeños golpecitos en la tarjeta, tal vez ya era hora de afrontar la situación y llamarla para saber más de ella.

Marqué al número al reverso en la tarjeta y esperé a que alguien contestara, debía agradecer lo que ella hizo y dejar de tener vergüenza.

-Hola - dije con voz temblosa.

-Hola ¿quién es? - respondió una voz agitada, - estoy en medio de algo ahora - replico.

Corté de inmediato, no quería molestar, guarde la tarjeta en mi bolsillo y caminé hasta la cocina, tantas preguntas surgían en mi cabeza las cuales le encontraba la manera de responder cuando de repente mi celular comienza a vibrar y el número desconocido logro visualizar. Tomo mi celular y respondo confusa esperando que no sea una broma como ya las había pasado antes.

-Hola - respondí 

-Hola, ¿eres Keith?

-Sí, soy yo, ¿y tú eres?

-Soy Luisa, tú me llamaste hace un momento pero no respondí apropiadamente por qué estaba en algo.

-No te preocupes, solo quería agradecerte por lo del otro día, por haberme ayudado, tú sabes.

-No hay de qué, esos chicos no deben de molestarte por ser como eres o sentirte como te sientes.

Un pequeño escalofrió paso por mi cuerpo, ¿cómo ella sabía como me sentía y cómo soy realmente? ¿acaso alguien le contó mi secreto?, muchas preguntas me hacía de nuevo.

-¿Quieres salir algún día? - preguntó Luisa

-Claro, el sábado no tengo nada que hacer - respondí

-Nos vemos el sábado en la cafetería de Doña Sofí.

-Ahí estaré ¿a qué hora?.

-A las diez a.m estará bien.

Ya tenía una cita para el sábado con una chica nueva y desconocida, no sé si hice bien aceptar la salida con una desconocida pero necesitaba agradecerle y conocer más de ella.