|| ¿Me Recuerdas? : Truewos : FINALIZADA : ✅✅ ||

🍂 [08] 🍂

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🌿 Valentín 🌿

Me encuentro de camino a la casa de mi novio, mis labios formaban una sonrisa y no es para menos, hoy será un gran día, eso lo tengo más que seguro.

Luego de mi primer y a la vez exitoso acercamiento con Mateo, mis esperanzas y expectativas de que vuelvas hacer el mismo de antes se han incrementado.

Aunque se que aun no puedo celebrar antes de tiempo, pero tratare de que sus recuerdos regresen lo antes posible.

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Cuando por fin llegó, no dudo en estacionarme rápidamente, para salir lo antes posible. Al estar enfrente de la puerta, arreglo un poco mi ropa, sintiéndome un tanto ridículo y estupido, ya que se supone que soy alguien maduro, pero en estos instantes me estoy comportando y sintiendo como una jodida colegiala hormonal, que esta a punto de tener su primera cita.

Una vez "listo", tocó en repetidas ocasiones, hasta que por fin la puerta es abierta, Pedro es quien sale a recibirme.

—Eu, Valentín. — me saluda con alegría.

—Pedro. — respondo de la misma manera. —Y Mateo, ¿ya está listo? — preguntó con ansias.

—Si, pasa. — dice, haciéndose a un lado, dándome paso libre.

Sin dudarlo mucho entro, dirigiéndome a la sala donde imaginó que está, siendo esto correcto.

—Hola Matu, ¿estás listo para la cita? — recalcó la última palabra, tratando de no ser tan obvio.

—Si. — dice aguardando su celular entre su ropa.

Y tengo que admitir que se ve re lindo, lleva puesto una remera de mangas cortas con unos shorts de mezclilla y unas zapatillas blancas.

—Entonces, ¿querés que te cargue? — preguntó, pero él niega.

—No es necesario. — comenta, tomando un par de muletas que están a su lado, las cuales no había visto.

"¿Dónde carajos consiguió eso?", Me pregunto.

—¿Seguro?, porque no tengo problemas en llevarte en mis brazos. — digo, pero él niega nuevamente.

—Estoy seguro. — comenta, mientras sonríe una vez que pudo ponerse de pie y mantenerse con ayuda de las muletas.

Creo que voy a comenzar a odiar esas cosas, mi idea era cargarlo como ayer y poder sentir su piel de nuevo.

—¿Entonces nos vamos? — me pregunta.

—Si, nos vamos. — respondo, un poco molesto.