↬ᴅᴀʀᴀ ᴅᴇɪs♡ [ᴋᴏᴏᴋᴊɪɴ]

ᴇɪɢʜᴛ

Sé que hay un lugar donde encontrar otro camino aunque sea sin ti.
Que me hechizará para olvidar que nunca supe cuidar de un amor.

Después de cuatro años, por fin tenía la preciosa vista del castaño frente a sus ojos, lo veía más radiante, más vivo, tenía un sutil brillo en sus ojos, se veían salvajes y sumado a esa sonrisa de superioridad que iba dirigida solamente a él, hizo que el cuerpo de JungKook se estremeciera, una sensación que no había sentido desde su divorcio.

Detalló ese rostro perfecto, sus ojos estaban delineados luciéndolos más expresivos, en sus exquisitos labios había bálsamo haciéndolos ver más apetitosos, su cabello castaño estaba peinado de forma que dejaba ver su frente, se veía tan jodidamente imponente que el pelinegro sintió sus rodillas flaquear, de repente se sintió caliente y una punzada en su miembro lo hizo caer en cuenta que su cuerpo reaccionaba con la sola presencia de su ex esposo, estaba jodido.

— ¿Qué sucede, Kook?, ¿te dejé mudo por la impresión? –Preguntó burlón mientras se ponía de pie y dejaba ver su glorioso cuerpo.

Llevaba puesta una camisa de seda color rosa pastel, bastante ajustada, unos pantalones vaqueros color negro que hacían notar su cintura pequeña, apretaban sus piernas y resaltaban su trasero respingón, el contraste era explosivo, sumado al andar tan elegante que lo caracterizaba, JungKook sintió no sólo a su corazón palpitar acelerado por la felicidad. Seguía sin mencionar palabra, es que no sabía cómo actuar ante la presencia de su amado, se sentía tan nervioso y estúpido, como cuando le pidió matrimonio y temió ser rechazado.

SeokJin se acercó al pelinegro, tal cual un felino lo hace hacia su presa, silencioso y con la profunda mirada clavada en los orbes de Kook, detalló sus rasgos, más maduros y jodidamente más guapo, su fuerte cuerpo encerrado en ese traje hecho a medida que le quedaba espectacular, su cabello como siempre peinado hacia un lado, sus ojos levemente irritados debido al llanto anterior lo hacían ver tierno, sin perder de vista algo, lo rodeó, detallando sus brazos, su ancha espalda, sus largas y poderosas piernas, su trasero musculoso, su cabello bien recortado, y ese pequeño tatuaje de una rosa adornando su exquisito cuello.

El castaño sabía el enorme efecto que causaba en JungKook, así que decidió jugar con él un rato, pues le haría recordar las razones por las cuales ellos habían sido tan felices desde su noviazgo adolescente.

El mayor seguía sin mencionar palabra, éste no había movido un músculo, estaba tan tieso como una estatua sin saber qué hacer ante el escrutinio que el castaño hacía sobre él, se sintió vulnerable.

Después de unos segundos, el menor llevó una de sus finas manos a la espalda del más alto, sintió como los músculos se tensaron bajo su tacto, así que lentamente la movió hacia abajo, y volvió a subirla, la respiración del pelinegro se volvió desigual, y el castaño estaba disfrutando esa reacción.

Con gracia, se acercó por detrás y posó sus manos en el pecho del pelinegro, paseándolas lentamente por todo su torso mientras su aliento golpeaba sobre la oreja de su ex.

—Dime Kookie… ¿Me extrañaste?

Su voz era un susurro tan sensual que el pene del mayor se puso duro como una roca, iba a responder pero se calló debido a que ahogó un gemido cuando la lengua del castaño delineó desde su mandíbula hasta su oreja, tan caliente y suave que hizo sus manos hechas puño para soportar esa deliciosa tortura.

Cerró sus ojos y se dejó caer en la red de la seducción, SeokJin repartía besos en su cuello, sus manos acariciaban su pecho lentamente, rozando por momentos la punta de sus dedos sobre el cierre del pantalón haciéndolo jadear, estaba volviéndose loco debido al placer, tenía unos deseos feroces de girarse y plantarle un beso que le robara hasta el alma, pero prefirió dejar que el menor hiciera lo que quisiera con él, además, reconocía que no estaba en posición de exigir así que solamente disfrutaba del calor que el menor le daba, sintiendo la perfección de sus cuerpos acoplarse de forma natural, como si hubiesen sido hechos para pertenecerse mutuamente.