capítulo 1.- deseo verla

3 1 0
                                    

No puede ser como es esto posible por qué otra vez la misma rutina del año pasado, por qué tengo que seguir este pololeo si ya no siento nada por ella, se perdió el amor, es la cruel realidad, pero cómo le digo que ya no la amo, que ni siquiera le tengo cariño. Maldita vida, por qué juegas con mi destino, ¿acaso no te das cuenta que todas los desafíos que me pones?, me están matando.
Quiero una nueva vida, quiero dejar al antiguo Mateo atrás, pero cómo si te empeñas en hacerme daño maldita vida.

- Elías Mateo, te busca Ángela - me gritó desde la puerta uno de mis amigos, la verdad no la quería ver, pero cuando me estaba levantando me llevo un mensaje:

"Hola Mateo, ¿cómo estás?
Perdón por no conectarme antes, no tenía internet. Me sorprendí al ver tantos mensajes tuyo, igual te extrañé y espero estés bien, hoy es mi primer día en el liceo, no te imaginas como me hubiese encantado que estuviéramos juntos en el mismo liceo.
❤"

No sé la razón pero ese mensaje me alegró el día, era aquella chica que conocí en las vacaciones gracias a nuestro amigo en común. De primera ni me hablaba pero ahora que la estoy conociendo es súper linda, no solo de físico, si no también de sentimientos. Aunque esté recien entrando a un nuevo instituto ella sigue siendo una guagua, una cabra chica, no ha madurado mucho y eso es lo que me encanta de ella, toda la gente que está su alrededor sonríe. Fernanda es la luz de muchas persona y sobre todo la mía.

- En qué piensas mi amorcito, sabes que te extrañé mucho en las vacaciones. - Me dijo Ángela con una sonrisa de oreja a oreja.

- Supongo que este año no te meterás en problemas, tienes que madurar ya no eres una niña. -
De alguna manera, no desquité mi mirada del celular deseaba hablar con Fernanda, y siendo sincero me tenía harto Ángela y sus problemas que acaso creía que no me molestaba que anduviera en las drogas es un irresponsable.

- Si vas a estar así de pesado mejor me voy a-m-o-r , no sé si recuerdes esa palabra, seguro ya habrás encontrado a otra, pero recuerda que yo soy tu polola ¿okey?- Se fue furiosa pero yo no tenía la culpa, ella fue la que cambió, o sea, tengo que admitir que yo igual cambié, pero por lo menos yo tenía conciencia de lo que hacía.

Fernanda tenía algo diferente, no sé qué es pero ella es única, ya que solo con ver el castaño claro de su pelo, sus ojos verde pardo o su sonrisa de oreja a oreja, y su personalidad que era indescriptible.

Tenía mi mente en otra parte cuando decidí ir a dar una vuelta por el pasillo, había demasiados chicos y chicas nuevas, porque bueno es un nuevo año escolar, obviamente llegaban muchas niñas nuevas, pero nadie me llamaba la atención.

- Miren chicas, ¿quién es él? ...es demasiado lindo. - Dijo una niña de primero medio.

- Se llama Elías Mateo, tiene 15 y va en segundo medio ¿quieren saber algo más de mi novio? -
A qué hora había llegado Ángela, aunque lo que dijo era verdad, pero no andaba de ánimo para sus escenas de celos.

- No empieces Ángela con tus celos absurdos. - Le dije eso, y me fui. No quería ver a ninguna chica que no fuera Fernanda.

Así que volví a la sala, porque tenía gramática, así que me fui al primer asiento. Ya se lo que dirán: 'el promedio perfecto se sienta adelante, para prestar atención', pero no es tan así, pues me sentaba ahí con todos mis amigos ya que a ellos le costaba más, aunque nos sentáramos adelante o atrás era yo quién les ayudaba en las pruebas, y en las guías, al único que no le costaba tanto era a Mauricio, pero para otras cosas era muy porro.

Durante toda la clase hubo un silencio insoportable, solo se escuchaba el tic- tac -tic- tac del reloj, así que si nadie va hablar mejor mátenme.

Se hizo demasiado largo el día lo único que me consolaba es que era la hora de llamar a Fernanda, para saber cómo le había ido en su primer día de clases, en su nuevo liceo, pero no contestó, así que supuse que tal vez estaría ocupada, me fui a la plaza para pensar.

- Dame la plata y tu celular- Me dijeron unos tipos mientras me rodeaban, parece que era mi día de suerte.

- Se creen los valientes porque son más que yo. - No tenía la intención de hacerles caso, pero mi celular era la única forma de comunicarme con Fernanda, ya que ella estudiaba y vivía lejos de mí, no la tenía a mi lado y no iba a permitir que unos niñitos que quieren llamar la atención me robaran.

- Aunque pelearas con uno de nosotros te tragaras tu palabras, nerd.- Respondió uno de los que estaba más atrás

- ¿Quieres comprobarlo? - Creo que era el líder, porque se arremangó para ponerme a prueba.

Eran delincuentes, sus palabras no valía nada. Entre todos empezaron a golpearme, pero no sentía dolor porque lo único que en ese momento ocupaba mi mente era Fernanda, la luz de mi vida.

-Hay, deténganse. ¿Qué hacen, idiotas? -
Era una mujer, esa voz la conocía pero no la pude reconocerla, ya que mi vista estaba borrosa.

- Se creen muy hombrecitos por golpearlo entre todos. - Ella añadió mientras se acercaba a mí.

- El que seas la líder no nos vas a tratar en menos, princesa. - Dijo quién empezó la pelea, pero mientras lo decía no perdía tiempo en golpearme.

- Déjenlo, yo lo conozco, así que si le pasa algo a él, ustedes me van a pagar. - Todos quedaron en silencio.
- ¿Estás bien? - Decía mientras acariciaba mi mejilla, al menos eso vi antes de que todo quedara en negro...

No existe el siempre juntosWhere stories live. Discover now