Hayami, Kakashi, Naruto y Sai se encontraban sentados sobre una manta mientras que Yamato construía habitaciones para cada uno
Habían terminado la misión de rastreo y prefirieron quedarse a descansar para poder volver a la aldea al mediodía
— Kakashi-sensei
— ¿Qué pasa Naruto? —dirigió su vista hacia su alumno ya que se encontraba leyendo su típico libro
— ¿Usted y Hayami-neechan están saliendo? —apenas el rubio dijo eso la Yukimaru escupió el refresco que estaba tomando
— No Naruto, solo somos compañeros —el Hatake volvió su vista a su libro mientras que la chica sentía como su corazón se rompía
— Así es Naruto, solo somos compañeros —Hayami puso una sonrisa que más bien parecía una mueca
— Que raro, realmente parecen una pareja —Sai se había incluido en la conversación
— Bueno Sai —la castaña miró a Kakashi y siguió —Para que dos personas salgan deben gustarse y enamorarse del uno del otro —ahora miraba al pálido
— ¿Eh? ¿Ustedes no se gustan? —Naruto los miró confundido — Todo el mundo piensa que están enamorados
— La gente piensa mal Naruto, no gusto de Hayami —él la miró y notó que su aura divertida había desaparecido por lo que frunció un poco el ceño — Y ella no gusta de-
— ¡Las habitaciones están listas! —Hayami lo interrumpió y se dirigió hacia Yamato — Gracias Tenzou, te debemos una
— Por favor Hayami-senpai no me llame así
— Lo siento, es lindo verte sonrojado —le sonrió al castaño — Bien iré a dormir, llego a encontrar a alguno de ustedes dos —se dirigió a los mayores — cerca de mi habitación y terminaran peor que el ninja de esta tarde — ¡Hasta mañana Naruto-kun! ¡Hasta mañana Sai! —la chica cerró la puerta con fuerza haciendo que se rompa un poco
— Creo que alguien está enojada —Naruto soltó un suspiro
— No lo creas, realmente lo está —Kakashi miró la pieza de Hayami — Bueno, yo vigilaré primero, vayan a dormir —los tres chicos le hicieron caso y se fueron a sus respectivos cuartos mientras que él siguió mirando la puerta de la chica
Mientras que ella se encontraba boca arriba con los ojitos acuosos tratando de no llorar
— ¿Qué es lo que hice mal Obito-kun? Realmente intenté de todo y él sigue alejandome, creo que ya es hora de darme por vencida —cerró sus ojos y puso su chaleco ninja en su cara
— Esa no es la Hayami que conozco —ella se sobresaltó levantándose haciendo que el chaleco cayera y aún con los ojos cerrados formó un puño y lanzó el golpe hacia donde provenía esa voz provocando un gran quejido del dueño de esta