𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 3

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Vamos rumbo a, en realidad no lo sé, pero dentro de poco tendremos que parar en alguna isla. Estoy sentada en un estremo de la montura de Appa, mirando el mar. No puedo parar de pensar en lo que pasó apenas unas horas. Cuando caí inconsciente vi al espiritu que se me aparece en sueños, y esta vez ss me hacía extrañamente conocido. En ese trance, había sentido el dolor de Aang, había visto su vida pasar por delante de mis ojos, como si fuera yo la que la había vivido. No les he dicho nada de eso ni a mis hermamos ni al maestro aire, y no sé si deberia hacerlo. Cuando miro a Aabg siento una extraña conexión, pero no se si el también. Decido comptobarlo. Me acerco hasta el, que está mas alante y me siento a su lado. Le miro a los ojos y el me mira, los dos sonreimos, y cuando se da cuemta de que no aparto los ojos me sigue el juego. Entonces nuestras manos que estaban apoyadas en el suelo se rozan y los dos sentimos un leve calambre, entonces aparto la mirada para saber que acababa de pasar cuando oigo a Aang exclamar.
-Ja, perdiste la pelea de miradas- me dice como un niño pequeño y yo le saco la lengua. Está claro que el tambien lo sintió pero, ¿Qué es eso? Despejo la mente de mis preguntas existenciales y le sonrío, siento que le conozco desde antes.
-ZUUUUU- Me llama Sokka desde el lugar en el que está acurrucado con una manta, se acostó a dormir hace tres horas diciendo que confiaba que que Aang podría defendernos.
-Dime Sokka- le digo mientras me acerco.
-¿Me alcanzas la botella de agua?- me pregunta.
-Pero si la tienes a 20 cm de ti- le reclamo.
-Pero tu estas de pie- me dice que una expresión de suficiencia.
-¡Pero si estás al lado!
-Acercamelaaaaa- me dice como un niño chico.
-Dejen sus peleas de hermanos- nos dice Katara como una madre.
-Toma- le digo tendiendo le la botella y ante la peleita que tuvimos Aang se ríe y yo me sonrojo ligeramente.
¿POR QUE ME SONROJE? No entiendo que acaba de pasar, el solo se ha reído, esto no puede ser verdad. Será lo que dice Gran Gran eso de que estoy en la adolescencia y las hormonas se revolucionan, por que la única otra explicación es que me gustara Aang, pero solo le conozco desde hace poco y con eso no me puedo enamorar.
Me pongo a pensar en el amor, en la tribu nunca hubo chicos de mi edad, así que no entiendo muy bien como funciona, pero me acuerdo de la historia que me contaba mi madre, recuerdo su dulce voz contándome aquella historia.
"Un hombre y una mujer se conocieron en la montaña que dividía sus aldeas.
Las aldeas eran enemigas y no podían estar juntos pero su amor era fuerte y encontraron una solución. Los tejones-topo les enseñaron a ser maestros tierra. Fueron los primeros maestros tierra. Construyeron complejos túneles para verse secretamente. Cualquiera que tratara de seguirlos se perdería en el laberinto. Pero un día el hombre no apareció.
El murió en la guerra entre sus dos aldeas. Destrozada, la mujer desplegó todo su poder de maestra tierra. Pudo haberlos matado a todos, pero en vez de eso la mujer paró la guerra. Las aldeas le ayudaron a construir una nueva ciudad donde vivirían juntos y en paz. El nombre de la mujer era Oma, y el se llamaba Shu. La gran ciudad fue nombrada Omashu en honor a su amor".
Sonrío, es de los pocos recuerdos que me quedan de ella, y por supuesto mi historia favorita.
Siento una mirad sobre mi, y se que no es Sokka por que oigo sus leves ronquidos, tampoco es la chica de las trenzas, que utiliza a su hermano como almohada, soportando sus ya mencionados ronquidos. Miro hacia Aang, me está mirando sonriendo, y cuando el miro a los ojos, su expresión cambia a preocupado. Se acerca hasta mi con su aire control y se sienta delante de mi.
-¿Qué te pasa? ¿Estás bien?- me pregunta. Le miro extrañada por no saber a que se refiere. Al darse cuenta me explica- Estas llorando.
Me llevo una mano a la cara, es cierto, estoy llorando. No me había dado ni cuenta.
-No sabía que estaba llorando- le digo avergonzada. El sigue preocupado así que me vuelve a preguntar.
-¿Por qué lloras?- mientras me dice esto me limpia una lágrima con su pulgar. Cierro los ojos ante su tacto.
-Solo recordaba a mi madre- le digo por fin. No parece extrañarse ante la mención de mi progenitora, tal vez Katara le haya contado lo que pasó.
-¿Es un recuerdo bonito?- me pregunta y veo retazos de nostalgia en sus ojos.
-Sí- me río brebemente- pero no recuerdo demasiado.
-Yo recuerdo a los monjes como si hubiera sido ayer la última vez que los ví- me dice con gracia.
-Por que prácticamente lo fue- le digo y los dos reimos- Es duro perder a alguien, pero se puede seguir adelante. Yo no estuve tanto tiempo con mis padres como tú con los monjes, pero te puedo asegurar que con amigos que te apoyen, se puede salir a delante.

Miro hacía mis "hermanos". Así es como los llamo, por que son mi familia.
Intento animarle y creo que ha funcionado , pues le veo sonreír y me abraza. Yo le devuelvo el abrazo. Cuando nos separamos miro hacia el cielo, ahora estrellado, y me siento en calma como nunca antes había estado. Todo lo malo desaparece y lo único que puedo decir, es que me quiero quedar en este momento para siempre. Hasta que me da frío y arruino el perfecto momento. El joven nómada me ve temblar y corriendo me trae una manta. Le agradezco, y entonces me doy cuenta de que el tambien tiene frío. Pero no quedan más mantas ya que Sokka está utilizando tres mantas, como no.
-Ven Aang, siéntate aquí- le digo.
Se acerca y yo lo cubro con la manta también para que el frío no nos engulla.
-Gracias, Zu.
Me resposo sobre su hombro, y por primera vez en mucho tiempo no tengo pesadillas.

Se que este capítulo es mucho más corto pero me había gustado hacer este que es más relajado. Dentro de poco empieza la acción así que vamos a dejarles disfrutar a nuestros protagonistas de este momento. Hasta la próxima.
~🍒

¿Somos Dos?- Avatar La Leyenda De Aang/ AangxOcWhere stories live. Discover now