Primer dia.

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Me quedo embobada mirándome al espejo, parezco otra persona con el uniforme de este instituto, camisa blanca, pajarita de color rojo y una falda corta de color azul marino, me pongo mis botas militares blancas. Y que quedo pensado lo ridícula que me veo con este uniforme, cosa que hace que me ponga mas nerviosa por mi primer día de instituto, no me puedo creer que haya conseguido entrar aquí, llevaba desde que era pequeña soñando con esto. He conseguido entrar al instituto de Madrid que tiene más prestigio en el baile y en todos los deportes en general. 

 Estoy muy contenta aunque llena de miedos porque voy a tener que ser muy fuerte. El cambio que he hecho; he dejado a mi madre, a mi padre y a todos mis amigos atrás, por lo menos mi hermano va a la universidad en esta ciudad y sé que puedo contar con el para lo que haga falta, aunque vivimos un poco lejos el uno del otro, esta ciudad es enorme. 

Yo me instalé en esta casa hace una semana y comparto piso con dos chicas. Melisa de 27 años que es como mi madre, muy atenta, simpática y cariñosa, es una persona muy tranquila. Se dedica a la escritura, así que pasa la mayor parte del tiempo en casa con una libreta siempre en la mano, por si le viene la inspiración. Es una persona muy bonita, tiene los ojos castaños miel, y el pelo largo y pelirrojo, una cara fina llena de pecas, parece mucho más joven de lo que realmente es. 

Miro la hora, mierda ya son y las 8 y 20 me tengo que dar prisa en desayunar o no llegaré al instituto, salgo de la habitación y me encuentro con Sara, la mejor amiga de Melisa y no me lo puedo creer porque son la noche y el día. Sara tiene 23 años, estudia historia en la universidad, es una chica muy libre y que tiene una personalidad muy fuerte, le gusta mucho salir de fiesta, es un completo desastre, tiene el pelo negro corto, con unos ojos muy oscuros prácticamente negros.

- Buenos días Sara.-Le digo mientras pongo un trozo de pan bimbo en la tostadora.

Se gira asustada, no se esperaba que saliera de la habitación. -Buenos días moco, ¿nerviosa? 

Me rió por el apelativo que me ha puesto -Enserio, ¿moco? - veo que a ella también le hace gracia, nos reímos las dos unos segundos, cojo la tostada le hecho aceite. -Pues la verdad es que un poco, me da miedo no saber lo que me puedo encontrar ¿sabes?

- Ya, no sabes si vas a encontrarte con mucho capullo en clase no? -Asiento, mientras le pego un sorbo al café. -Bueno en el instituto, ya sois mas mayores, la gente normalmente tiene la mente un poco más abierta y no suelen ser unos cazurros, por supuesto siempre hay excepciones pero dales una buena patada en el culo a las excepciones.

Nos reímos las dos a carcajadas después de lo que acaba de decir. Levanto la vista un segundo y veo la hora que es. -Mierda, se me ha hecho tarde, me voy. -Me termino la tostada en dos bocados y salgo corriendo de casa. 

- Adiós moco, no atropelles a nadie! -Oigo como me grita Sara mientras yo estoy bajando las escaleras de dos en dos. Cojo la bicicleta, me subo en ella y pedaleo hacia el instituto.

El camino hacia el instituto he de admitir que es precioso, esta lleno de cerezos que están en flor, no pasan muchos coches, me recuerda un poco a mi pueblo, y me tranquiliza mucho, noto mi pelo castaño lleno de ondulaciones como se lo lleva el viento y pienso como me gusta estar aquí.

Tardo unos diez minutos en bicicleta hasta que empiezo a ver gente con el mismo uniforme que yo y la tripa empieza a sentirse nerviosa, la calle ya empieza  a estar llena de coches y de estudiantes, así que decido bajarme de la bicicleta e ir andando. Llego a la puerta del instituto y paso con la bici, busco algún sitio para poder dejar la bicicleta y no encuentro nada. Decido preguntar a las primeras personas que se cruzan a mi paso. 

-Disculpad.- se giran dos chicos. Se gira un chico que tiene unos ojos azules hermosos con una mirada muy intensa, con el pelo negro prácticamente rapado, tengo que obligarme a apartar la vista de sus ojos y fijarme en el otro chico también. Un chico de cabello castaño rizado con una mirada muy inocente y pura.

Me contesta el chico de pelo castaño rizado, que está claro que es el más simpático de los dos. - Sí, dinos, que ocurre?. -Veo que el chico de pelo negro prácticamente rapado no para de analizarme de arriba a abajo, me siento intimidada pero no voy a dejar que él lo sepa. 

Le dedico una sonrisa al del pelo castaño rizado.- Bueno soy nueva aquí, y no se donde puedo dejar la bicicleta, sabéis donde puedo dejarla?.

- No te preocupes, a mí los primeros días me paso lo mismo, en la parte de atrás del insti hay una construcción preparada para dejar bicis, ve allí. -Me contesta el chico de pelo rizado simpático, y el de pelo negro sigue sin parar de analizarme con esos enormes ojos verdes, ¿qué le pasa?.

Me río, al ver que es un chico realmente simpático. -Genial, pues voy para allá, muchas gracias. -Y ya estoy de camino a la parte detrás del instituto, despidiéndome de mi salvador con una mano. 

Veo que se me quedan mirando, mi salvador sonriendo y el otro analizándome. 

Juego de miradasWhere stories live. Discover now