Cumpleaños.

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-Feliz cumpleaños- oyo Kumiko en silencio totalmente con un rostro calmado y también aunque sus manos se encontraban unidas en su habitual forma gracias a la tela parecía que estaba en calma, debajo sus dedos y manos se entrelazaban de nerviosismo, pero mantenía su rostro normal y sonriente, pero estaba llena de vergüenza y ganas de huir eran demasiadas personas y el no estaba acostumbrado a tal gentío de personas.

La fiesta como evento del clan Wang se extendió a todos los lugares cercanos y hasta a los viajeros, había sirvientes de la casa en la carretera para traer a todo viajero si así lo deseaba, la casa Wang no cerraba las puertas a nadie así habia sido por siempre y nunca cambiarían.

Ahora estaban los miembros de la familia, tantos ramas laterales como principales, la población local de los pueblos y ciudades cercanos se encontraban aquí, desde los grandes nobles hasta los vagabundos a ninguno se le negó la entrada, habia manjares en todos lados pero en la entrada se daban una gran cantidad de platos de fideos el cual era parte de la cultura china, para desear una vida larga se comian fideos larguisimos hasta llenar la boca,su padre como su costumbre con todos sus hijos se habia atascado de 5 platos y de un grosor gigantesco, una manera rara pero adorable de desear una laguisima vida a su pequeña hija.

-El poder no se mide por la cantidad de soldados, de riquezas o de honores que tengas...se mide por la cantidad de corazones que tienes a tu lado-dijo su padre tranquilamente, observando que todo fuera perfecto.

La musica se mantenia agradable, tocaban el Liu-chin, el pi-pa, flautas, tambores,un sonido agradable y que era perfecto para combinar canciones rapidas o lentas, tristes o felices, su hija tenia una afinidad por escuchar todo tipo de musica que sonara muy bien, el miraba a su pequeña tan calmada y tranquila, que nobles virtudes tenia su hija tranquila, sosegada, amante de las artes, era una joya comparada a tantas mujeres, miro con amor a su hija, su pequeña princesa.

-Esta preparado-dijo con calma un sirviente

-Perfecto- era momento de tomar a su hija.

Se acerco a su hija que se mantenia resguardada por sus 2 hermanos, era momento de un momento muy importante.

-Hija, puedes acompañarme- llego su padre.

-Claro que si-dijo con calma la pequeña, agradeciendo poder huir de la fiesta, era muy frutrante para ella la presiòn, sus hermanos desaparecieron en la fiesta, el mayor asediado por jovenes chicas, el otro con sus amigos hablando sobre sus artes marciales.

-Y tu guardia-dijo con calma el padre, era inusual no ver a la inseparable guardia de su hija, seguramente estaria comiendo copiosamente, era una de sus debilidades.

Fueron en silencio su hijo suspiro copiosamente, al parecer incluso su hija tenia presiones, pero estaba seguro que lo siguiente seria muy facil.

-Hija mia escoge 5 objetos los que mas te gusten-dijo con calma abriendo una puerta.

Su hija le miro con duda, ¿A que se referia su padre?, ahora estaba abierta una sala gigante con muchas mesas y objetos , entro y le dejaron sola, habia todo tipo de cosas, espada, un abanico, tijeras, alfileres, rollos, plumas, tinta, monedas, incluso comida, flores, hasta un hacha eran todo tipo de objetos, se quedo sorprendida, se suponia que esto se hacia al año de vida no a los 3 años, se le ponian al niño docenas de objetos y de ahi los primeros que iba eligiendo narraban mucho de la personalidad del niño y sus actitudes naturales.

Conociendo a su padre, seria màs una tradiciòn de los Wang hacerlo a esta edad que desde un año, su madre por todo caso...no lo hubiera pensando tanto, no iba a pensar tanto los motivos para hacerlo hasta ahora, pero se tomo su tiempo escogiendo 5 objetos, lo miro todo y despues de pensarlo con mucho cuidado lo tenia en mente.

Los señores de la guerra.,Donde viven las historias. Descúbrelo ahora