Shest'

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Advertencia: Este capitulo contiene escenas sexuales explícitas, lenguaje inapropiado, contenido homófobo, están avisados


Will se cuestionó.

¿Él realmente quería seguir viviendo solo, aislado de los demás solo con sus perros? En la otra habitación estaba la persona que podría cambiar todo eso con solo decir unas simples palabras.

¿Importaba la opinión de los demás y la de su padre?

Aquella persona que lo hizo reprimir estos sentimientos durante todo este tiempo, su verdadera sexualidad. Will frunció el ceño y haciéndose ovillo en la cama, pensó y pensó por horas y, dispuesto a corregir su error. Se levantó de su cama y se dirigió primero al baño, después de salir se dirigió al cuarto continuó, encontrándose a un Hannibal con sus lentes puestos y un libro en mano.

— Hola, buenos días, William. —dice con aquella voz ronca y su acento marcado.

— Buenos días, Hannibal. —tomando bocanadas de aire fijo sus pensamientos, pero qué pasaría si Hannibal lo rechazaba, por ser tan indeciso. Will no contempló ese pensamiento por mucho tiempo— Quiero pasar la noche contigo.

Hannibal parpadeó y, sin saber si había oído bien o no, torció levemente el cuello y preguntó:

— ¿Qué has dicho?

Sin moverse aún de la puerta, Will sonrió, verlo desconcertado le dio cierta gracia. Esto también lo colocaba nervioso. Así que repitió:

— Pasa la noche conmigo o, mejor —dijo enseñándole la ventana— la mañana. te quiero. Quiero que estés conmigo y ser feliz, no quiero volverme a esconder... No de ti.

Hannibal se quitó los lentes y junto a su libro los dejo aun lado, en la mesita de noche para levantarse y tomar a Will por los costados para besarlo con pasión, Will enredó los dedos en el cabello de Hannibal y él, lo agarra, lo mira, lo aprieta contra sí y lo besa.

— Ay, Diosito. —murmuró Will.

Jamás había sido un hombre de fe, pero comprendió porque la gente decía esas palabras siempre, porque con solo un beso había rozado el cielo, pero este hombre lo hacía sentir un mar de cosas. Él agradece haber tomado esta ruta, porque si no lo hacía se habría arrepentido por toda su vida.

El beso se prolonga, se intensifica, mientras que las manos de Hannibal pasean por la espalda de este hasta que lo coge en brazos y lo lleva hasta la cama.

Will sintiéndose completamente acalorado se deja. Hannibal estaba emocionado por la entrega que le demostraba. Con delirio y deseo, comenzaron a quitarse la ropa mientras cientos de besos les calentaban el alma y el corazón. Una vez que quedaron sin sus camisas, se sentaron sobre la cama, Will se sentó a horcajadas sobre él y, ambos están excitados, sin lugar a duda, su excitación lo excita también a él.

Sin hablar, se besan. Se tocan. Se tientan.

La boca de Hannibal vuelve a buscar la de Will y mordiendo el labio inferior mientras tomando ambos miembros entre sus manos comienza a bombear arriba y abajo y le da lo que este tanto ansío.

Will disfruta... disfruta y disfruta, y al mismo tiempo se agarró de sus hombros y permitió que le mueva a su antojo, que le dé todo el placer del mundo.

Fue en el momento que con un jadeo de insatisfacción salió desde lo profundo de la garganta de Will cuando ambos se separaron, mirando a Hannibal con el ceño fruncido lo ve sonreír.

— Tienes que ser un niño más calmado, William.

— Hannibal, si me sigues tratando de este modo, desarrollare un complejo de papá.

La Danza Del Diablo - HannigramWhere stories live. Discover now