PROLOGUE ━ sakamaki family

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( 坂巻家 )𝐏𝐑𝐎𝐋𝐎𝐆𝐔𝐄

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( 坂巻家 )
𝐏𝐑𝐎𝐋𝐎𝐆𝐔𝐄

Las risas del rey vampiro resonaban por todo el despacho del dios del Inframundo mientras ambos bebían unas copas, en honor a su reunión luego de tanto tiempo, y a una nueva alianza que se concretaría muy pronto. Hades y Karlheinz eran socios y amigos muy cercanos desde hacía siglos, siendo aliados durante los tiempos más difíciles para las criaturas oscuras.

──¿Más bebida, my lord?── preguntó Sebastian, acercando el whiskey al vampiro, mientras escuchaba atentamente la conversación de ambos hombres, recordando cada mínimo detalle para decírselo a su princesa.

──Te lo agradezco, Sebastian.── Rechazó sutilmente el albino, ya más calmo luego de tanta risa. ──Entonces, mi buen amigo, ¿tenemos un pacto? uno de mis hijos desposara a tu dulce Perséfone y seremos el clan más poderoso de todos, eso ya es seguro.

El mayordomo evitó todo tipo de expresión en su rostro, le disgustaba tener que oír los planes de matrimonio que tenían pensado para la diosa pero por dentro suyo sonreía, sabría que ella siempre le sería leal a él. O al menos eso quería suponer.

──Creo que es muy pronto para hablar de matrimonio, Karl.── Habló el dios, enderezandose en su asiento. ──Te recuerdo que cada vez que intenté obligar a mi dulce princesa a casarse con alguien en contra de su voluntad, ella terminó descuartizandolo en el mejor de los casos.── El vampiro soltó una risa, negando con la cabeza. ──Pero me agrada la idea de unir a los dos clanes, agrandarlos, más teniendo en cuenta como están los tiempos por aquí y los conflictos que se acercan.

──En ese caso, dejemos que tu hija elija a su voluntad, Hades. Claramente sigue siendo un matrimonio arreglado pero que ella escoja a uno de mis hijos. ── propuso Karlheinz, bebiendo lo último que quedaba en su vaso. ──Mientras tú te encargas de los asuntos del Olimpo, ella puede venir conmigo a Japón, además... de esa forma vas a evitar que la atención de tu hermano recaiga sobre Perse y todo pasa desapercibido. ¿No te parece?

Sebastian levantó una ceja, el rey de los vampiros no había perdido aquel toque de persuasión que tanto lo caracterizaba, lo sorprendía. Pero su señor no era tan ingenuo como para entregarle a su hija así como si nada.

──No te voy a mentir, no me agrada la idea de mandar a mi hija sola a una casa con seis vampiros adolescentes, más conociéndote. ── admitió el rey del inframundo con una mueca en el rostro. ──Pero sé que esto es lo mejor, así que te daré a mi dulce pesadilla con algunas condiciones y advertencias sobre ella.

Karl soltó una carcajada, su amigo lo conocía tan bien.

──No te preocupes, amigo, no dejaré que le pongan un dedo encima a nuestra futura reina. Al menos no hasta que llegue el momento.

Hades rió, por muchas advertencias que pudiera darle a su socio, conocía a su primogénita y lamentablemente -para él como padre- tenía la bendición de Afrodita. Desde que ella nació lidia con todos los pretendientes, hombres y mujeres, obsesionados con Perséfone.

──Por Gaia, Sebastian llama a Lilith, por favor.

──Lo que usted diga, mi señor. 

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