Capítulo 6 'Reyna Ramírez'

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Will siempre pensó que había visto todo tipo de cicatrizes de guerra y heridas de batalla; aquellas por la que muchos de los semidioses habían muerto en las misiones, pero al igual que Nico, estaba muy equivocado.
Como cada día siguiente de la batalla contra la Madre Tierra, llegaba la hora de revisar que todo estuviera en orden con Leo y la peliazul, quienes todavía seguían inconscientes en sus respectivas camillas al fondo de la enfermería.

Leo parecía estar sano y a salvo; no tenía heridas graves y respiraba con normalidad, como si estuviera dormido. Will pensaba que despertaría pronto.
En cambio, la situación de aquella chica era algo complicada.
Will tenía que cambiarle las vendas cada día, una que tenía en la cabeza y otra en el pecho, rodeando el área donde estaba su pulmón derecho.
Una pequeña gasa recorría de su pómulo a su mejilla, y tenía vendado el brazo izquierdo y la pierna derecha. Era todo un desastre.

Cada vez que checaba su estado con ayuda de una de sus hermanas para que le ayudara a desvestirla, no podía evitar fijarse en las heridas que abarcaban todo su tonificado cuerpo; desde pequeñas cortadas hasta la más grande y grotesca cicatriz. No eran muy agradables a la vista, y se lograba observar que eran cicatrizes hechas con el pasar de años y años de pelea tras pelea.

Will, al momento de cambiarle la venda de la cabeza podía sentir pequeñas cicatrizes en su craneo, ya cerradas, pero se encontraban latentes en ella.
Se preguntaba internamente qué tantas peleas había librado la chica para terminar con el cuerpo así de magullado: cuántas veces habrá quedado inconsciente o a punto de morir.
No se veían a simple vista, puesto que la gabardina que tenía puesta hace unos días atrás le habían logrado esconder muy bien sus heridas, aún así, Will recordaba haber visto la destreza a la hora que se enfrentaba a los monstruos, y le había sorprendido la manera en la que luchaba.
No había visto su estilo de lucha antes, o más bien, era una combinación de muchas artes a través de los años. Lo hacía ver tan natural que le parecía antinatural.

En el momento que llegó a su brazo izquierdo, retirándole su venda para aplicarle la medicina y volverla a vendar, se quedó viendo un pequeño tatuaje de una ala de color azúl que estaba posado en su hombro. Éste estaba ligeramente magullado por el fuego de la explosión, pues la gabardina no había podido protegerla en esa pequeña parte.
Debajo de ésta se encontraba una herida cicatrizada, que Will supo que había sido de hace años por la forma en la que se marcaba de manera fina desde el final de la última pluma del ala hasta la parte interna del codo, pasándole por todo el brazo como un rayo desfigurado.

Era hasta envidiable de cierta manera. Haber peleado tantas veces, tener toda esa experiencia... Will quería ser algo como eso, desgraciadamente en lo único para lo que era bueno era en la medicina y en chiflar fuerte.

«¿Será por toda esa experiencia, el que haya decidido atar la capa de Octavio a la catapulta?»

Aunque todavía no entendía por completo qué es lo que había pasado en ese momento, de cierta manera se sentía agradecida con la chica: les había liberado de Octavio, había salvado a Leo, y al parecer tenía todas las de vivir. Se recuperaba más rápido de lo que esperaba, pues su herida de la cabeza ya se encontraba mucho mejor. Tanta era su mejora que Will pensaba que despertaría antes de lo esperado.

«¿De cuál deidad será hija?»

Will le había implementado medicamentos que solamente un semidios podría sostener, pues su estado realmente lo ameritaba: estaba al borde de la muerte y el colapso. Había estado respondiendo positivamente a sus cuidados, por lo que supo de inmediato que ella era una semidiosa, o al menos algo parecido a esto.
Will no sabía ni tenía la más mínima idea de cuál podría ser su padre o madre divino, puesto que no había una señal clara de estereotipo.

Ꮮꭺ Ꮋꮖꭻꭺ Ꭰꭼ Ꮓꭼꮜꮪ [Nꮖꮯꮻ ꭰꮖ Ꭺnꮐꭼꮮꮻ] Where stories live. Discover now