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N/A:Dulce Renuncia sólo está en Wattpad hasta el capítulo 10.


-Que David tiene novia?! -exclamó Stacy, una castaña de ojos café tal vez con exceso de maquillaje en el rostro. Se cruzó de brazos haciendo pucheros y recostándose en el espaldar de su silla. Ella, Gwen y Michaela eran amigas desde que ésta última se vino a vivir a la zona con su hermano. Estudiaban juntas, vivían cerca. Si no hablaban por teléfono, seguro lo hacían por el Facebook. Cada una tenía su historia, y a su manera, se querían.

-Acaso no te enteraste? -preguntó Gwen con impaciencia y agitando su melena rojiza y rizada-. La llevó anoche a la fiesta de Maurice.

-Entonces esa rubia era su novia? Esa flacucha? Y no sabía que le gustaban rubias.

-No le gustan rubias -contestó Michaela mirándose las uñas-. Le gusta Marissa. De todos modos, por qué dicen ese tipo de cosas? "Me gustan rubias; me gustan morenas". No es más importante la personalidad?

-Esa tontería de la personalidad se la inventaron los feos -dijo Stacy sonriendo. Gwen blanqueó sacudiendo de nuevo su cabeza.

-Son las inclinaciones de las personas -contestó Gwen a la pregunta que había lanzado Michaela-. Es un patrón de conducta.

-Tú sí que ya tienes el repertorio de un psicólogo -se burló Stacy, y de repente, borró su sonrisa-. Mi David tiene novia!

-No es tu David, aterriza -la regañó Michaela-. Y nunca de los nunca te habría aceptado como cuñada.

-Qué mala eres. Pero es que, mírenme; acaso soy fea? Por qué ningún chico se fija en mí?

-No eres fea -respondió Gwen, siempre cruel-, sólo te maquillas demasiado y envías el mensaje equivocado. Hay chicos a los que les gustan más las chicas al natural. Mira a Peter, enamorado hasta la médula de Michaela, y ella no se pone sino el brillo labial... y eso, cuando se acuerda.

-Peter no está enamorado de mí -rezongó Michaela.

-Claro que sí -rebatieron Stacy y Gwen a la vez.

-Nunca me ha dicho nada -insistió Michaela.

-No tiene que decirlo. Por la manera en que te mira... Dios, es demasiado tímido.

-Tal vez no se acerca por David -rió Stacy-. Él le rompería los dientes sin dudarlo. Te lo imaginas?

-Es muy fácil imaginárselo -la secundó Gwen.

-Ah, yo quisiera que alguien me mirara así. No importa si es alguien como Peter.

-No digas ese tipo de cosas -dijo Gwen-. Peter... puede que no parezca muy interesante, pero he oído decir que es un crack en la informática.

-Es verdad -dijo Michaela-, es él el que arregla el pc de mi hermano cada vez que se estropea. Pero pensé que los frikis de la informática eran gordos y granudos. Peter no lo es.

-Porque Juega basquetbol. Es de los raros.

-Pues con esa nueva información -suspiró Stacy-, he decidido que Peter me gusta. Ya no lloraré por David.

-No llorarías ni por tu madre -murmuró Gwen, y Michaela se echó a reír-. Además -insistió Gwen, cada vez más ponzoñosa-, no te prestará atención. Está enamorado de Michaela, y los estudios dicen que los amores de la adolescencia nunca se olvidan.

-Qué tontería. Yo ya he olvidado a todos mis ex novios.

-Mentirosa! -exclamaron Michaela y Gwen al tiempo, y acto seguido, se echaron a reír. En el momento, un hombre que había estado sentado en la mesa más próxima, se levantó de su silla dejando caer su cartera. Las chicas se dieron cuenta, pero a pesar de que lo llamaron, el hombre no atendió. Michaela se puso en pie y recogió la cartera del suelo.

Dulce Renuncia (Saga Dulce No. 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora