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Me marché de la ciudad, necesitaba un respiro y está fue mi oportunidad.

Fuí con mi madre a recoger los papeles para cambiar de escuela, y la primera persona con la que me encontré, fuiste tú, me tome mi tiempo para analizarte, temía no volver, temía no recordarte.

∆∆∆

Las primeras semanas en mi nuevo hogar fueron terribles, no conocía a nadie, extrañaba todo, me puse sensible, de alguna manera todo me recordaba a mi antigua ciudad.
Por otro lado mi padres se sentían a gusto, todo les parecía fascinante, ellos no se daban cuenta de lo mal que la pasaba; no podía comunicarme con ninguno de mis compañeros, y se me hacía demaciado complicado hacer nuevos amigos pues faltaban 3 meses para acabar el año, todos ya se conocían y la única extraña... Era yo.

En casa todo era aburrido, no tenía nada que hacer, el día se pasaba lento, y mis pensamientos no eran la excepción.
Con el tiempo descubrí que en el lugar donde me alojaba había una pequeña biblioteca, en ese entonces no me interesaba leer, pero decidí darle una oportunidad a los libros; El primer libro que leí fue almas de hielo, y la esperanza volvió, deseé tener un amor tan fuerte que perdonará el más terrible error.

Se sentía bien salir de la realidad y encontrarse con un universo lleno de magia y cosas extraordinarias.
Pero por más libros que leyera, por más ocupada que se mantuviera mi mente, yo no dejaba de extrañarte.

En esos tres meses me di cuenta de dos cosas:

1- Ni la distancia podría opacar el amor que sentía por ti.

2- Uno siempre vuelve donde fue feliz.

TEXTOS PERDIDOS (Editando)Where stories live. Discover now