C A P I T U L O 1

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***


Un fuerte sonido me hizo salir brucamente de mi dulce sueño, solté un gruñido al darme cuenta que ya tenía que irme.

No quería verle, no quería saber que existía.

Bueno este es mi caso, desde que llegué a aquel maldito bar, me tope con quién me iba a quitar el sueño por semanas, más bien por años.

El; es oscuro, obsesionado con su trabajo y manipulador con sus trabajadores.

Yo; rígidas con mis clientes, y fuerte delante del mundo.

Pero había una gran diferencia en los dos, el me detesta y yo lo aborrezco. Creo que es lo mismo ¿No?

El punto es ¿Cómo puedes llamar amor a quien te hace llorar por las noches? No tiene sentido, no tiene sentido mi amor estúpido por mi "jefe"no tiene sentido que lo odie por las mañanas si por las noches lloró por el.

Han llegado personas a mi vida, que querían darme "todo" solo por mi amor, pero no quiero "todo" no quiero tener todo y después olvidarme de las personas que me tendieron la mano mientras la vida me había golpeado.

Entre a mi camarote mientras me dejaba caer en el suelo.
Y hoy iba a hacer uno de esos días a los cuales el sexo no llega a darme placer.

Si, el placer para mí ya no es el sexo, ya no es que me toquen, ni que me penetren, para ellos solo soy una pequeña muñeca sexual, la cual complace su ego y su maldita pene.

Soy de esas prostitutas "exclusivas" las cuales solo los más adinerados pueden tenerme, lo sé es...Es asqueroso.

La puerta se abrió mostrando a mi "queridísimo" jefe.. –No olviden el sarcasmo–

—Toma— tiro un sostén con una bragas —. Hay cliente, Grettel.

No dije nada solo me límite a tomar lo que me había tirado. No sonreí, no mostré ninguna expresión.

El es frío y yo soy fuego.

El no puede ni verme desnuda, pero yo sí.

El se resiste a mis encantos, pero yo no me cansaré hasta que caiga en ellos.

Me duele, lo sé.

Pero esto es un maldito juego… y solo hay un maldito ganador.

Y ese seré yo.

Tome una gran bocada de aire miestras me "vestía".

Cubrí mi cuerpo desnudo con un abrigó mientras me dirigía a la habitación, recorrí todo el pasillo hasta quedar enfrente a la puerta marrón.

Giré la manecilla y me sumergí en la oscura habitación.

Mi piel erizó con el tacto de una fría mano, giré lentamente hasta quedar enfrente de un hombre.

Frunci el ceño al ver que cubría su rostro con un antifaz.

¿Tan feo es?

Moví mi cabeza borrando ese estúpido pensamiento.

El llego hasta aquí por una cosa y yo estoy aquí solo para obtener dinero, no para entablar una conversación.

Lentamente me fuí quitando el abrigó, hasta quedar en ropa interior, el no se movió.

Al parecer me toca el trabajó.

Llevé mis manos a mi espalda para desabrochar el sostén, al hacerlo lo deje caer.

Levantó su mano, y cuando creí que iba a manosearlos, la llevo a mi mejilla, la acarició e hizo estremecer mi piel.

Se acercó a mí, y cuando creí que me iba a tumbar en la cama, solo me abrazo.

Frunci mi ceño.

¿Pero que diablos?

—No quiero sexo…— susurró. Su comentario me hizo estremecer, perpleja me aleje de él.

El me miró a través del antifaz y me brindo una cálida sonrisa, por Dios ¡Que sonrisa!

—No quiero tener sexo, quiero hacer el amor.

Y sin decir más se fué, dejándome en un mar de dudas.

Cubrí mis pechos al darme cuenta que había quedado desnuda delante de alguien que en realidad no quería tener sexo conmigo.

Aún sus palabras retumbaban en mi mente es como sí en ellas hubieran un mensaje, algo que en realidad no logró descifrar.

Tome el abrigó que se encontraba en el suelo y me fuí de esa fría habitación.

•••

De nuevo yo, el libro será con capítulos cortos, no prometo nada de mil palabras, si desean algo así tengo historias más largas.

Instagram: yesssss2_

No es hacer el amor, es tener sexoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora