needy

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Chelsea había estado obsesionada con su vecino Harry desde los 15 y ahora, que estaba a punto de entrar a la universidad, decidió dar por terminada su obsesión, darse un espacio.

Su madre siempre la había regañado por acosarlo, decía que parecía necesitada por la atención de Harry, pero poco le importaba en ese entonces, él era el primer y único que hombre que le había gustado en realidad.

Chelsea paseaba a los perros de sus vecinos con el fin de recibir un poco de dinero extra, pero la única vez que paseó a Ross, el perro de Harry, había sido arrastrada por él y ciertamente no volvió a ser contratada.

Además, todos le reiteraban a Harry que debía alejarse de Chelsea, que era una niña mimada, egoísta y obsesionada con él. Aunque Chelsea intentaba no hacer caso a los comentarios, sentía el rechazo por parte de él y le dolía.

Una vez escuchó a Harry hablar con su vecina sobre lo molesto que era tenerla encima, que sentía que cada cosa que hacía, ahí estaba Chelsea vigilando, hizo caso omiso al nudo en su garganta y salió de ahí. Desde ese momento, dejó de pasear a los perros al mismo tiempo que Harry, cambio sus lugares frecuentes y dejo de arreglarse tanto.

Todos notaron el cambio que tuvo Chelsea, hasta Harry.

Acostumbrado a la atención que recibía por parte de ella, dejar de verla fue un tanto extraño, hasta decidió preguntarle qué le pasaba a Lauren, la madre de Chelsea.

-No es nada, supongo que su capricho terminó, me alegro de que te haya dejado en paz, Harry.-en ese momento se sintió mal, hasta la madre de Chelsea la juzgaba por el pequeño enamoramiento que tenía ella por él.

Decidió preguntarle a uno de sus vecinos por el servicio que ofrecía Chelsea, aprovecho la situación y anotó su número de teléfono con la excusa de contratarla, quería llamarla y de alguna manera, le hacía falta.

Chelsea había llegado de sus entrenamientos y clases extras, saludo a su madre y a su hermano, subió a su habitación, se encerró y se acostó en su cama.

Sería mentira si no admitiera que todo el tiempo pensaba en Harry y que extrañaba verlo, así fuera a la distancia. Sintió como sus mejillas se empapaban por sus lágrimas y se limpió con el dorso de su mano con actitud, sintió como su celular vibró y vió que se trataba del número de Harry, por un momento pensó que estaba equivocada, pero sabía que era de él, lo había conseguido por medio de su hermano, que trabajaban en la misma empresa.

Pensó que se trataba de una broma, pero su teléfono volvió a vibrar, una y otra vez, hasta que decidió contestar.

-¿Hola?-su voz sonaba casi como un susurró, como si estuviera rota. Por un momento la línea estuvo en silencio y oyó como soltó una maldición.

-¿Chelsea?-su corazón se aceleró, claramente este momento solo lo había imaginado en sus sueños, pero que estuviera sucediendo, la aturdía.

-Sí...¿Harry?

-Sí, yo... Quería hablar contigo.-Chelsea se sintió culpable, quizás quisiera poner una orden de restricción o burlarse de ella.

-Yo sé que te incomodaba y prometo que no volverá a suceder, yo.. lo siento mucho.-su voz se rompió al final y sintió como su corazón se iba rompiendo, tener un amor no correspondido y molestarlo, era lo peor. Sollozó y decidió colgar, miró hacía el techo y apagó su celular, lloró sobre la almohada por horas hasta que entró en un profundo sueño.

///

Al siguiente día Chelsea fue a pasear a los perros, tenía los ojos hinchados y decidió ponerse un par de lentes oscuros, se hizo una simple coleta y salió con unos shorts y un suéter grande que era de su padre. Recogió a cada uno de los perros y todos sus vecinos le preguntaron sobre su estado de ánimo, logrando solo responder con una sonrisa falsa. Fue al parque y decidió trotar un rato, estuvo jugando con los perros por casi media hora y los regreso a sus casas, un poco más animada.

Cuando se dirigía a su casa vio a Harry sentado en el frente, él se levantó rápidamente para poder dirigirse hacía ella pero Chelsea ya estaba volteando para poder ir hacia otra parte.

-¡Chelsea!-corrío hacía ella y la tomó del brazo, causando que huyera de su toque. Lo que los sorprendió a ambos.-Lo siento, sólo quiero hablar contigo, intenté llamarte pero no contestas.

Chelsea le irritaba su actitud ¿Por qué de repente la trataba bien? ¿Es qué ahora le tenía lástima? O peor aún, estaba actuando de la misma manera que ella solo para darle una lección.

-No tengo nada que hablar contigo, ya te dije que dejaré de molestarte. Es suficiente.-Chelsea temblaba y en ese momento, Harry la abrazó para calmarla.

-No debes sentirlo, más bien, yo soy el que lo lamenta, deje que las personas influyeran mi imágen de tí y tu nunca hiciste nada malo. Hasta me agrada que hables conmigo, eres una chica muy madura e inteligente, lo siento Chelsea, en serio lo siento.

Chelsea derramaba sus lágrimas y asintió, entendiendo que nunca iba a poder anhelar a algo más con Harry.

-Gracias, pero yo creo que lo mejor será que me alejé lo más que pueda, es para poder sentirme mejor, debo reinventarme... Creo que solo viví por tí y para tí por mucho tiempo.-le sonrió y Harry solo la miró con tristeza.

-Siento no poder corresponderte.-Chelsea negó con la cabeza.

-No te preocupes, supongo que está bien. Gracias por preocuparte.-Chelsea decidió seguir caminando hasta su casa, con su corazón destruido pero con una nueva perspectiva.

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Hey! Sé que no es ciertamente lo que esperaban, pero es una historia triste, más semejante a la realidad y está inspirada en NASA, In my head y Needy de Ariana Grande.

everybody loves him (harry styles)Where stories live. Discover now