CAPÍTULO 11

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El pantalón del hombre adinerado cae en el suelo y una gran protuberancia se dibuja en la tela de su bóxer. Sin esperar más tiempo me acerco gateando a su entrepierna, alzando mi culo en el acto y dejando una bonita vista a quien me está mirando como si con los ojos se comiera. Mi diestra toma el borde de la tela y la baja hasta la mitad de su muslo. ¡Oh mierda! Es tan grande y súper gruesa, sin contar las venas que cubre su base. No sé si entrará en mi boca.

— Anda muñeco... trágala todo. Hace poco estabas gustoso de hacerlo.

Claro que lo estoy, pero jamás había visto, ni tragado semejante tamaño... pero demostraré mis habilidades orales.

Mi lengua va sutilmente al glande que para gusto propio, es cálido, cremoso y jugoso. Lamo bordeando en círculos, mientras mi diestra juega con sus dos bolas en son de estimular. Es increíble, el tamaño que figura, pues el angosto de mi boca cubre totalmente solo la cabeza de su falo.

Sin que yo lo estime, las manos de Kim toman un puñado de hebras que forman mi cabellera y jala suavemente atascando un gruñido ronco desde esa voz profunda. Movido por ese pequeño avance, mi boca baja por el cuerpo venoso y lame por doquier. Boqueando de a poco para obtener un poco de aire, intento meter mi boca en toda esa extensión, pero me es imposible consumar todo.

— E-eso muñeco... puedes meterlo todo en tu preciosa y angosta garganta.

Al instante que termina la frase, ataca mi boca como si fuera una enorme cueva. Balanceándose una y otra vez en mi cavidad, siento desfallecer por la forzosa intromisión de algo grande en mi garganta. Pausa cuando se da cuenta que me falta la respiración para tomar aire, pero ataca de nuevo cuando obtengo suficiente de ella. Una, dos, tres, cuatro no son suficientes para colmar a este hombre. Balanceo, vaivén, meter y sacar hasta tratar de llegar al fondo de mi garganta, es la labor plena de Kim.

Siendo consciente de mi falta de aire, saco bruscamente mi boca de su pene y mi cabello es soltado. Cuando recobro la respiración normal sonrío ladinamente.

— D-déjame hacerte una buena mamada Taehyung. Soy yo...

— Jajajaja como desees muñeco.

Introduzco dos de mis índices a mi boca y las chupo mirando coquetamente a Kim.

Mmmmh~....

Hastiado de la enorme cantidad de saliva, saco mis dedos y mi boca va de lleno a su pene. Mierda, su longitud y grosor es la gloria misma. Tremenda paleta que se maneja. Mi diestra empuña la anchura de su polla y la masturba de arriba abajo, mientras mi boca hace el arduo trabajo de chupar y succionar todo lo posible.

— Oh... Oh... a-así muñeco.

Mi labor de una maravillosa mamada no descansa, aún a costa de que mi garganta está siendo ultrajada. Afónico despertaré...

— Shfffff...~...

Sin previo aviso el castaño vuelve a atacar mi boca, y esta vez mi cabello es tomado con cero amabilidad. Su pene va hasta el fondo de mi garganta constantemente en un vaivén brusco, y yo siento que más allá de faltarme la respiración, vienen unas arcadas...

— Ohhh Ohhh Ohhh Jungkook...

Suelta las hebras de mi cabellera y por fin siento respirar cuando retira su pene de mi cavidad. Un movimiento más y seguro vomitaba.

Aún a costa del pasmo que me encuentro, siento semen caliente y viscoso esparcirse por mi rostro. Lascivamente abro mi boca y saco la lengua, dejando que la llene de este líquido pegajoso y delicioso.

— Te ves en gloria con mi esperma bañando tu hermoso rostro muñeco.

Me trago todo su semen y aspiro suavemente expulsando jadeos de excitación.

Mmmmh!~... surco mi labio inferior y muerdo sutilmente, donde mis dedos pasan por mis tetillas y las pellizco para inducir a Kim. Él no demora en accionar y es ahí cuando su boca empuña mis pezones y las lame deliciosamente.

Hnmg~... es retorcidamente excitante la manera en cómo su lengua juega vilmente con mis botones y las deja erectos.

— Échate en la cama y abre las piernas Jungkook.

Sin esperar una segunda réplica acato lo que me pide. Acomodo mis piernas a los costados y flexiono un poco las rodillas. El castaño sonríe ladinamente y sus manos van a reposarse en mis muslos. Su boca se entierra en mi entrada y su lengua no demora en accionar.

Mmmmmh~...

¡Cielos! Este hombre es el dios de los besos.

Movimientos circulares y fogosos figuran en mi entrada. Una lengua experta y juguetona es el causante de la tembladera de mis piernas, pero si no fuera por Kim que las sostiene fuertemente, hace tiempo ya estarían bien echadas en las sábanas blancas.

Su diestra induce a presionar mi pene erecto que ya está expulsando líquido preseminal, y sin que lo anunciara me corro en su mano.

A-aaah~... Haaah~...

— Si en menos de 5 minutos te corres por mi boca, imagínate qué haré cuando me encuentre dentro de ti muñeco.



¿𝚂𝙴𝙶𝚄𝚁𝙾 𝚀𝚄𝙴 𝙼𝙴 𝙰𝙼𝙰𝚂? ➴ 𝚅𝚔𝚘𝚘𝚔 ➶Where stories live. Discover now