Capítulo IV

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El edificio de departamentos era un tanto viejo y anticuado, eran solo diez pisos, unas viejas canchas de basquetbol en la parte de atrás y un cerco de árboles, no era el lugar más pintoresco de la ciudad, pero tampoco estaba mal. El último piso, en sus buenos tiempos, tenía un asador y unas bancas, ahora solo existían las ruinas de un buen pasado.  Pero a pesar de todo eso de las ruinas y las bancas olvidadas ese lugar era el mejor para huir y pensar. Eso cuando la lluvia no se lo impedía. Era un lugar pacífico y olvidado y a la cual su entrada estaba prohibida. Llego hasta la puerta y se empujó por la cerca para brincarla, se sacudió la ropa, era una tarde-noche fría se cerró la sudadera blanca que pertenecía a su uniforme escolar.

Una ráfaga de aire le despeino el cabello, GuanShan cerró los ojos, fue cuando el aroma a humo le llego a las fosas nasales. Levantó la mirada buscando de donde provenía el olor, si había fuego aquello podía ser peligroso avanzo entre los escombros y las cosas olvidadas hasta llegar al centro, su lugar, que ahora estaba siendo invadido.

-¿qué haces aquí?- grito enojado. Hetian expiro una bocanada de humo blanco y brumoso.

-lo mismo podría preguntarte a ti- respondió calmadamente el chico pelinegro. El pelirrojo bufó enojado, iba irse cuando el otro chico continúo hablando –es una gran vista, se puede ver el faro de la costa norte, apuesto que...- se levantó de la banca en la que estaba sentado lanzó la colilla del cigarro al piso y la apago con la punta de su zapato, Guanshan puso cara de asco Hetian se acercó, la marcada diferencia de estaturas enojaba a Mo pero no se movió ni un centímetro – apuesto a que vienes aquí a pensar en mi hermano-

El más bajo se sonrojo, Hetian se iba a seguir burlando de él, cuando un moretón en el labio inferior de Guanshan llamo su atención.

-¿te gusta pelear?-

-¡claro que no!- grito indignando

-¿no te gusta pelear o no piensas en mi hermano?-

-eres un bastardo- fue la respuesta corta de Guanshan metió las manos a sus bolsillos y dio media vuelta.

- por cierto... conseguiste lo que acordamos- Hetian habló y sin pensarlo tomo del antebrazo al pelirrojo.

-no... -

-no te creo...- Mo se liberó del agarre de Hetian.

-¡Te dije que no!,  si quieres una cita con el tendrás que pedírselo tú mismo, idiota- Hetian levantó ambas cejas sorprendido, el pequeño pelirrojo era más rudo de lo que aparentaba.

Sonrió de medio lado. Saco un cigarro y lo encendió.

-¿quieres uno?- Mo negó con la cabeza – ¿no sabes hacerlo?-

-a JianYi no le gustan los fumadores- dijo con el ceño fruncido.

-¿y a ti?-

-tampoco- Hetian sonrió de nuevo y de un movimiento rápido arrojó el cigarro aun encendido por la baranda del techo.

-¿Dime sabes cocinar? – guanshan frunció el ceño-mi hermano ama la comida casera…  sin embargo desde que llegamos a vivir aquí solo hemos pedido comida a domicilio—

El pelirrojo lo miró interrogante como sin entender nada hetian sonrió y prosiguió-si le cocinas algo podrás estar con el y hacerlo feliz-

Shan se sonrojó. Miró hacia el piso dudoso.

-pero tu pagas los ingredientes-

-es un trato-y paso su brazo sobre  los hombros del pelirrojo.




NOTAS: muy corto…  y me tarde mucho verdad?!

No, no es como ningún otro amor Où les histoires vivent. Découvrez maintenant