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Jackson

Es frustrante amar a alguien a la distancia, desesperante al igual que doloroso. Pero se sufre más cuando esa persona te ha hecho sentir lo que ninguna otra, además, si lo ha hecho sin tocarte, sin hablarte, sin sentirte, simplemente a la distancia. 
Conocer a Mark en un supermercado fue algo extraño, sobretodo por que al llegar a casa se había olvidado de lo que había ido a comprar. Ver a Mark intentando alcanzar una caja de cereales hizo que su corazón casi saliese de su pecho, su respiración empezó a faltar y su sonrisa no podía desaparecer.

Pero no. No podía hablar con alguien así, alguien que era un ángel a sus ojos, no cuando acababa de escapar de su ciudad natal y todo su cuerpo sufría una gran paliza.
Al llegar a casa ese mismo día su madre lo notó, que su hijo estaba enamorado. Se sentó junto a él, acarició su cabello y Jackson le contó que había conocido un ángel.

Dos meses después, no había vuelto a saber nada de Mark. Estaba dispuesto a reanudar su vida, su madre encontró un trabajo y cerca de su casa había un gimnasio que se presentaba a campeonatos de boxeo. Era su oportunidad perfecta. Fue su mayor regalo entrar a aquel lugar y encontrarse con Mark encarado con un saco,  tan perfecto. 
Recuerda que sus pantalones se ceñian perfectamente a su trasero y que sus músculos, al igual la vena de su cuello, se marcaban notoriamente. Su ceño está ligeramente fruncido y sus labios entreabiertos. Joder, ¿cómo había podido enamorarse de alguien que no conocía?

Estaba jodido.

Un día cualquiera tiempo después, estaba desesperado buscando algo que su madre no podía encontrar y en la mesilla de la mujer encontró aquel poema que le regaló su abuela antes de morir. "Tienes que dárselo a la persona que ames", le dijo ella. Sabía que no estaba razonando, solo pensaba con el corazón, pero ese día camino del gimnasio compró una rosa roja y se atrevió a entregarse a Mark. Aunque todo resultó desastroso, Jackson pudo darse cuenta del pequeño brillo en los ojos del chico, miedo.

Se prometió a sí mismo que no iba a alejarse de Mark, porque le iba a proteger y porque algo dentro de él no le permitía alejarse.

Con los días iba descubriendo pequeños fragmentos de la vida de Mark, como que era hijo único, al igual que dueño del gimnasio. Pero lo que más le sorprendió fue que absolutamente nadie sabía porque Mark boxeaba realmente.

El día del accidente de Mark, Jackson no fue al gimnasio en todo el día. Sabía que el mayor seguramente le odiaría más de lo habitual, pero él realmente no quería ser quien representase a Corea en las regionales. No se sentía preparado y sabía perfectamente que aquello le pertenecía a Mark. Cuando la noticia le llegó, todo su cuerpo se comprimió, su corazón se sentía desgarrado... Una parte de sí mismo estaba postrado en una cama con la cara magullada y sin signos de despertar. 

—Mamá, me voy ya— La mujer le miró mordiendo su tostada y medio sonrió

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—Mamá, me voy ya— La mujer le miró mordiendo su tostada y medio sonrió.

—Que no se te olvide darle a Mark mi girasol cielo— la mujer se acercó a él y le abrazó— Va a despertar pronto cielo.

Por culpa del destino》MarksonWhere stories live. Discover now