gee goes kinky [frerard + smut] [bdsm] [daddy kink]

;gag and swallow;

La mirada felina de Frank se paseaba por sobre todo el contenido del armario, con la mente corriendo a mil millas por hora y con una dolorosa erección que resultaba bastante prominente.

Gerard esperaba casi temblando de la emoción.

El tatuado  sabía que estaba a punto de debutar como Daddy Dom y tenía que dejar una buena impresión, sentar un precedente. No lo pensó mucho, tomó un par de sogas negras y las colgó en uno de sus brazos  junto a un collar con correa y pequeñas  púas, sujetó unas esposas y un antifaz con la otra mano mientras decidía el sabor de lubricante que le apetecía.

Pensó en cherries y en como su color se asimilaba al de los labios de Gerard luego del agasajo que tuvieron en la sala del cine.

Aún sin volverse en dirección a la cama, levantó la voz en dirección a Gerard.
— Tienes diez segundos para desnudarte y estar listo para mí, si volteo y no estás listo... te voy a castigar. — Frank espetó con una voz casi gutural y dejó  todos los artilugios que había escogido sobre el banquito del closet. Ahora entendía  por qué el dichoso banco tenía llantas.

El tatuado comenzó a despojarse de su ropa, mientas contaba en voz alta.

Uno...

Gerard se desvestía lo más rápido que podía, aún cuando su erección lo entorpecía.

Dos...

Un calor excitante se posó en las entrañas de Frank, un deseo animal resurgió.

Tres...

Un repentino bochorno sorprendió a Gerard, se sentía sofocado aún cuando las manos del otro chico no estaban en torno a su cuello.

Cuatro...

Frank quería terminar ya la maldita cuenta regresiva para poder ir embestir al otro chico en la cama.

Cinco...

Gerard temblaba de placer sin siquiera tener a Frank encima aún.

Seis...

Un latigazo bajó a la entrepierna del tatuado y su miembro se hinchó  aún más, como nunca antes.

Siete...

El tatuado tomó el lubricante y esparció un poco en su miembro, con cuidado de no tocarse de más y correrse ahí mismo.

Ocho...

Gerard ya estaba desnudo, listo, con la piel de alabastro perlada por el sudor.

Nueve...

Frank se giró en dirección a la cama, la visión del perfecto trasero del otro chico le dió la bienvenida, su pene se llenó aun más al punto de ser doloroso. Arrastró el banco con los artefactos lo más rápido que pudo y preparó el collar con la correa para ponérselo al otro chico inmediatamente.

Diez...

Y el agasajo comenzó.

El tatuado tomó por sorpresa al más alto y aprisionó su cuello con el collar, provocando que una oleada de escalofríos sacudiera su cuerpo.

Frank no perdió tiempo, estampó la sien del otro chico contra el mullido colchón y aprisionó ambas muñecas con las esposas, por detrás de la espalda, con una mano sostenía las muñecas del otro y con la otra jalaba la correa del collar, cual perra en celo.

Gerard se sentía en el paraíso, podría jurar que la falta de aire ya lo tenía alucinando, sentía el miembro de Frank rodear su entrada, justo cuando iba a empezar a rogar, el otro chico lo penetro con un dedo escurriendo lubricante, con una estocada limpia. Frank comenzó a hacer círculos acompasados para luego introducir otro.