Final

304 73 12
                                    

-Es tu fin.- soltó una carcajada siniestra, su mano huesuda se convirtió en una hacha. Tomó a Sasuke de la pierna para que no huyera y apuntó el hacha a su cuello.

Como lo hizo antes, Sasuke se encogió y trató de volar lejos pero ella atrapó en su mano.

-Mucho más fácil, te aplastaré. -habló comenzando a apretar su mano.

La presión que ejercía sobre el pequeño cuerpo de Sasuke era el infierno, poco a poco sentía como el aire se le escapaba y sus huesos se aprisionaban.

Su conciencia se nubló y su cuerpo clamaba desfallecer.

Al frente suyo vio una pequeña luz de esperanza, aunque también le causó temor verlo, iba a ser peligroso.

La bruja soltó un grito de dolor cuando el rubio con un ataque cortó la mano con la que sostenía a Sasuke.

-¿Qué crees que le haces maldita bruja?- gritó Naruto llegando hasta Sasuke y tomándolo entre sus manos lo alejó del peligro.

Naruto al verlo todo herido soltó algunas lágrimas.

-No llores, dobe. -alzó su pequeña mano para tocar la nariz del rubio. Sonrió como pudo y cerró los ojos desmayándose. A los pocos segundos, volvió a su tamaño real y el rubio lo abrazó con fuerza oprimiendo las ganas de llorar y enfocándose en la desgraciada bruja que estaba a su frente. Acomodó a Sasuke en el piso y se levantó dejando ver su ceño fruncido y su sed de justicia.

La pelea entre Naruto y la bruja Kaguya empezó, a pesar de que ésta se destacaba por ser poderosa, el rubio mago no se quedaba atrás, en poco tiempo y gracias a su arduo estudio había logrado engrandecer sus poderes.

Con unos fuertes ataques logró ponerla de rodillas y con su más fuerte ataque, una bola de energía de fuente ventosa atravesó el corazón de ella haciéndola caer sin vida. Kaguya murió, el sueño de ser eterna se vio estropeado por él ser que iba a ser utilizado para llevar a cabo su egoísta anhelo.

Sin perder tiempo, Naruto corrió hacia el hada, tomándola en brazos y acariciando su mejilla anhelaba que despertara pero se llevó una desastrosa sorpresa al ver que no respiraba y todo su cuerpo no desprendía calor.

-Sasuke, amor despierta. -le llamó Naruto sellándose a creer lo que su mente le anunciaba. -Vamos cariño, abre los ojos. -lo sacudió un poco. -Por favor, no me hagas esto Sasuke. -negó con la cabeza varias veces, sintiendo como su corazón se encogía en un doloroso latido. -¡Sasuke abre los ojos!- gritó aferrándose al cuerpo que yacía en sus brazos. No hubo respuesta. -No te vayas, te lo suplico....amor...-sus ojos comenzaron a humedecerse rápidamente, un torrente de lágrimas atacó el rostro del rubio. -¡SASUKE!

Pronto, personas comenzaron a reunirse, miraban la escena entre desconcierto, miedo y tristeza. Al final, la maldición se cumplió.

Sasuke murió.
.........

Hechizos y hechizos que llegaban a agotarlo de sobremanera, sin descanso trataba de recuperar a Sasuke. Para él, solo estaba dormido y pese a lo que los demás decían él nunca dejó de intentar.

Entre lágrimas y sollozos lastimeros el mago no perdía tiempo buscando una solución.

El hada yacía congelada en una habitación de la casa del mago, su hermoso aspecto se mantenía como si fuera una fotografía. En cada intento sin resultados, volvía a congelarlo. El rubio mago lo visitaba todos los días manteniendo su promesa de que se volverían a ver. Los varios intentos fallidos y la ermitaña vida que adquirió, fue notada por la gente que comenzó a murmurar sobre un mago que se había vuelto loco, poco a poco los rumores se esparcieron, algunos lo tomaban con tristeza y se compadecían de él, otros en cambio lo miraban despectivamente y creían que exageraba.

Estos mismos rumores habían llegado a los oídos de la Hokage que, absorta por saber si eran ciertos, personalmente se encaminó a la casa de tan obstinado mago.

Golpeó la puerta de la residencia, espero por unos minutos hasta que se asomó un rubio de ojos azules que al ver a la visitante abrió los ojos por la sorpresa pero pronto regresó a su expresión triste.

-Hokage-sama. -hizo una reverencia y la miró de nuevo.

-¿Tú eres el mago de los rumores?- preguntó mirándolo de pies a cabeza.

-¿Rumores? ¿y ahora qué dicen de mí?- sonrió desganado soltando un suspiro.

-Que te habías vuelto loco, pero, por lo que veo estás lúcido, aunque un poco descuidado.

-¿Y eso a usted qué? ¿vino a burlarse?

-Mocoso... -musitó pero se contuvo antes de golpearlo. -¿Es cierto que tienes el cadáver de un hada en tu poder?

-¡No está muerto!- declaró frunciendo el entrecejo. -Tan solo duerme y yo lo despertaré.

-Déjame verlo. -ordenó ella.

-¿S-se lo va a llevar?

-Quiero verlo. -el rubio a cuestas de lo que quería la dejó pasar, teniéndola en la mira por si intentaba hacer algo.

La llevó a la habitación, Sasuke estaba allí, acostado en lo que parecía un ataúd de cristal. La Hokage se acercó y con sumo cuidado tocó la superficie de aquel cofre.

-¿Hielo?- preguntó ella regresando a ver a Naruto.

-Su cuerpo no perece de esa manera.

-Ya lo sé. -su mirada fue al ser que dormía dentro de allí. -Vaya, es sumamente atractivo.

-Lo es. -sonrió de manera sincera, por primera vez desde que lo vio.

-Deberías dejarlo ir. -lo miró con lástima al percatarse de que aquellos ojos azules comenzaron a humedecerse. -No creo que haya solución.

-Vaya, la Hokage ha venido a decirme que me rinda. -respondió con ironía. -Eso jamás.

-No hay nada que hacer.

-¡Hay mucho que hacer!- exclamó dejando libres sus lágrimas. -Despertará, yo sé que lo hará. Si él no está conmigo, prefiero morir.

-No es la manera de afrontar la situación.

-Entonces, ¡¿qué hago?! ¡Maldición! ¡No trate de comprenderme! ¡No sabe lo que se siente!

-Se cómo se siente. -dijo alzando la voz y cerrando los ojos con fuerza. -Por eso sé que es lo mejor. -dijo poniendo su mano en el ataúd.

-¡Alto! ¡No se atreva!- gritó yendo directamente hacia ella. La Hokage lo esquivó con agilidad y antes de que el rubio mago cayera en cuenta, un golpe en su nuca lo hizo perder la conciencia al segundo.

-Lo siento...-susurró Tsunade con tristeza.

Volvió a posar su mano en el ataúd y deshizo la cobertura de hielo.

Abrió los ojos espantada al percatarse de que justamente en el momento en que quitó aquella capa congelada, una soltura de aire saliera por la boca del hada.

-No puede ser...-susurró sin creerlo.

En su mano concentró un poder claramente visible y la dirigió al corazón del azabache. Todavía anonadada sonrió incrédula al sentir un leve y muy lento latir.

-Veo que tus esfuerzos no fueron en vano. -sonrió Tsunade mirando al rubio que yacía inconsciente en el piso.
.............

Se despertó en su cama con su cuerpo adolorido, todo parecía pesarle, hasta los párpados. Cerró los ojos al recibir la luz del sol directamente.

Como un recuerdo fugaz se le vino a la mente lo que había pasado, desesperado se quiso levantar pero su cuerpo no respondió a ninguna acción que el cerebro mandaba.

-No te fuerces. -escuchó una voz delicada y bajita.

-¿Hinata? ¿Dónde está Sasuke?- preguntó angustiado.

-La Hokage se lo ha llevado.

Sin poder evitarlo comenzó a llorar, sabiendo que nunca más volvería a ver a su amado, se lo habían arrebatado.

Sollozó y gritó cuanto pudo, ya nada le quedaba en su mísera vida.

Luego de varias horas, cuando ni las lágrimas eran suficientes, miró hacia dónde se encontraba Hinata, no se había movido de ahí.

-¿Por qué no puedo moverme?- preguntó sin ningún ápice de sentimientos.

-Lady Tsunade te ha bloqueado algunos puntos para que no puedas moverte. Has estado inconsciente dos días. Deberías poder mover tu cuerpo en unas pocas horas más.

-¿De qué me sirve? Ya es tarde.

-Naruto yo... -se debatía por decirle o no. -No, nada... -debía ser discreta.

-Gracias por hacerme compañía, pero quiero que te vayas, necesito estar solo. -pidió, a lo que la Luna sólo asintió triste.

Luego de que ella se marchara suspiró, el silencio lo hacía más vulnerable. Luego de unos minutos y sin que se esperara, alguien entró a su casa y las pisadas resonaban cada vez más cerca.

-Has despertado. -exclamó la Hokage. Naruto sin embargo frunció el ceño mirándola con rencor.

-¿A qué ha venido?- preguntó sin dejar de verla.

-Vine a ver como estabas.

-Pues estoy excelente, puede retirarse Lady Hokage. -dijo con ironía.

-Sasuke...-intentó hablar pero fue interrumpida.

-¡No me hable de él! ¡Ya tuve suficiente con que usted se lo llevara de mi lado! ¡Ya deje de torturarme!

-Veo que no me dejarás hablar.

-¡Quiero que se vaya! ¡Largo!- gritó, si de él fuera la abría sacado pero todavía no podía moverse.

-Me iré, te he dejado algo en la entrada.

-No quiero nada de usted, vieja.

-Mocoso... -musitó y antes de irse, se acercó y rápidamente tocó varios puntos en el cuerpo del rubio. -Me las agradecerás luego.

-Ya váyase. -ella suspiró y salió de ahí.

Naruto se incorporó, su cuerpo le respondía por fin.

Caminó hasta la entrada para botar el regalo que le había dejado Tsunade y se extrañó al ver ahí al ave de Sasuke.

-¿Shisui?

-Tanto tiempo. -voló posándose en la cabeza del rubio.

-¿Qué haces aquí? Hace tiempo que no te veía.

-Pues quise ver como estabas... te ves pésimo.

-¿Tú eres el regalo de la vieja?

-Ya quisieras, pero mi dueño es Sasuke.

-Era tu dueño... -bajó la cabeza y sonrió tristemente.

-No... él ES mi dueño.

-Shisui, Sasuke... -fue interrumpido.

-Está detrás tuyo sentado en una tasa de té.

-¿Eh? ¿De qué hablas? -lo miró interrogante luego, sonrió incrédulo. -¿Te pasó algo en tu migración?

-Imbécil. -oyó una voz, pero no era la del cuervo.

Rápidamente miró hacia atrás con los pelos de punta. Su corazón comenzó a latir con fuerza y sus rodillas temblaron.

Ahí estaba, tan pequeño, tan lindo, tan feliz, TAN VIVO.

-S-sasuke... -susurró cayendo sin poder evitarlo. Sus lágrimas se asomaron de inmediato impidiéndole ver. Shisui suspiró feliz y decidió dejar a la parejita a solas.

El hada voló hacia él y estando ya en el piso, volvió a su tamaño original.

-Dobe... -le sonrió cálidamente acercando su mano a la mejilla del rubio. Éste último se había quedado sin movimiento por la conmoción.

Sin decir nada el rubio de un impulso lo abrazó con todas sus fuerzas llorando y rogando que no fuera un maldito sueño.

-Sasuke, Sasuke, mi Sasuke... -se aferró a él sin poder creerlo todavía.

-Ya está, estoy aquí contigo, ya... -le acariciaba la espalda intentando que se calme.

-¡Sentí morir Sasuke! -sollozó alzando la vista para por fin mirarlo a los ojos, su mirada tal dulce. -No vuelvas a dejarme. -sonrió en medio del llanto.

-Te amo Naruto, he vuelto por ti. -susurró juntando su frente con la del rubio. -Estoy aquí por ti.

-Te amo, te amo, te amo. -repitió el rubio sonriendo sin dejar de verlo. Comenzaba a asimilar la situación. -Bienvenido, amor mío.

-Gracias por esperarme, estoy en casa. -sonrió. El rubio lo tomó de rostro y juntó sus labios con los de Sasuke, en un beso necesitado por ambos.

Una maldición rota, un amor irrompible.





Fin.

La leyenda del hada y el mago (NaruSasu)Where stories live. Discover now