Subo el volumen de la radio, con el fin de escuchar bien la canción que está sonando. Sigo subiendo hasta llegar al límite del aparato. Dejó a la mente y a los oídos disfrutar de esa canción. Sé que es la canción, sí, es la canción, sin duda, esa es la voz de Liam Gallagher cantando wonderwall, sé que es wonderwall de oasis. Está música sé ha convertido en un himno desde mi infancia. Hace años que no la he vuelto escuchar. Escucharlo ahora me trae recuerdos de esa época. La voz de Liam Gallagher entra a mis tímpanos, de allí a mi cerebro, transportándome a la época en la que mi hermano la solía poner hasta quedarse grabada en mi mente.
El simple hecho de escuchar wonderwall, sólo ese simple hecho, me hace palpitar el corazón 💓, tal y como el sonido del equipo de música, que venía del cuarto de mi hermano, aporreaba las paredes de nuestra casa. Lo que le ponía de los nervios a mamá, murmurando, este niño me volverá loca por culpa de esa estúpida canción. Y seguía cortando cebollas con más rapidez que antes. Padre desde el comedor me decía que le traiga más cerveza 🍺 y que después vaya a que bajar aquel ruido.
Mientras subía las escaleras, mamá le decía a padre que su hijo estaba loco, que por sus tonterías ella no dormía sin llorar y que padre tomé cartas en el asunto o ella cogería la puerta. Padre se ría, parándola el discurso, pero eso no le hacía gracia a mamá, que dejaba caer lágrimas, quizás sea porque cortaba cebollas.
