Capítulo 1

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Un pequeño pelinegro, bajaba saltando las escaleras. Vestía unos pantalones azul oscuro junto a un suéter de color celeste. En el lado izquierdo de éste yacía una etiqueta con forma de conejo en la cual se podía leer su nombre.

- ¡Papi!. – Gritó al estar al pie de las escaleras. El mayor se giró para verlo con una sonrisa y sus pequeñas orejitas y colita se agitaron.

- Buenos días mi amor. – El castaño cargó a su pequeño y luego de dejar un beso en su frente, lo sentó en su silla. – ¿Listo para ir a la escuela?.

- Papá está armando mi mochila. – Respondió, mientras se llevaba su vasito con tapita a la boca. El mayor asintió, mientras terminaba de colocar el almuerzo del conejito en una maletita de color azul.

- ¿Hoy lo llevarás tu?. – Preguntó un moreno al terminar de bajar las escaleras.

- Si cariño. – Ambos mayores se dieron un beso en los labios y el pequeño abultó los suyos y levantó sus manitas.

- Yo también quiero... - Dijo y los otros dos sonrieron enternecidos. Ambos se acercaron al pequeño y depositaron un beso en cada mejilla, notando como el menor sonreía.

Luego de desayunar y de despedirse del joven de hoyuelos, el castaño y el menor, salieron tomados de la mano. Caminaron por todo el pueblo, mientras el menor miraba atento las casas y tiendas. Al llegar, el mayor le colocó su pequeña mochila.

Narra Jungkook:

- Bien Kookie...vendré después de clases. Quiero que me esperes aquí ¿de acuerdo?. – Asentí con una sonrisa. Papi siempre me decía lo mismo, no era la primera vez que me dejaba aquí, pero es muy protector conmigo. – Diviértete amor. – Dejé un beso en su mejilla y entré corriendo a aquel lugar.

Atravesé un gran patio lleno de juegos, para poder llegar a la enorme puerta de color rojo. Al ingresar me dirigí a la pequeña salita y me senté en mi mesa, mientras respiraba agitado. No podía correr por mucho tiempo, ya que siempre me cansaba.

- ¡Kookie!. – Di un saltito al escuchar aquel grito, pero no me dio tiempo a reaccionar, cuando unos bracitos estaban envolviéndome. – Te extrañé. – Sonreí y me giré para devolverle el abrazo.

- Pero nos vimos hace dos días Jiminnie – El me observó y formó un pequeño puchero en sus labios rellenitos.

- Pero es mucho tiempo...y Yoonnie y Hobi no quisieron jugar conmigo. – Sonreí y el otro se sentó a mi lado.

Luego de unos minutos, en los que el de mejillas llenitas me contó cómo fue su fin de semana, cada mesita comenzó a ser ocupada por los demás niños. Al entrar la maestra, simplemente pasó lo de siempre, nos dieron algunas actividades para que las resolvamos y en cuanto escuchamos la campana, con mi amigo salimos casi disparados hacia el patio. Llegamos hasta los columpios y nos sentamos, para luego, comenzar a impulsarnos.

- ¿Puedes venir hoy a mi casa Kookie?. – Preguntó, aquel lobito a mi lado y sonreí.

- Le diré a papi. – Levanté la mirada y mi colita se agitó. - ¡Hyungs!

- Hola conejito. – Dijo sonriente Hoseok, mientras dejaba un pequeño beso en mi frente.

- ¿No causaron problemas cierto?. – Preguntó serio el mayor de los dos.

- Yonnie ¿porqué siempre piensa eso de nosotros?. – Preguntó Jimin, haciendo un puchero.

- Porque la última vez que llevaste a Jungkook a casa, ambos terminaron con dolor de panza por comerse todas las galletas...y ya te dije que me dijeras Hyung...soy mayor que tú. – El menor de aquellos tres lobos solo sonrió ocultando sus ojitos, ocasionando que el mayor se sonrojara y desviara la mirada.

Jimin, Yoongi y Hoseok eran hermanastros. El padre de los dos últimos se casó con el papi del menor cuando éste ya había nacido. No entendí mucho de la historia...papi dijo que era un gran alfa al adoptar al hijo de otro. Sus padres y los míos se conocieron cuando ellos llegaron a este pueblo y desde entonces somos amigos. Jimin siempre molesta a Yoongi y Hoseok solo se ríe de las ocurrencias del menor.

- ¡Yonnie y yo nos casaremos y tendremos muchos bebés!. – Y ahí estaba de nuevo...

- ¡¿Pero qué demonios dices ahora?!. – Exclamó el mayor, rojo hasta las orejas.

- ¿No quieres?... – Sus ojos comenzaron a cristalizarse y lo abracé contra mí.

- Jiminnie no llores...Kookie llorará si lo haces. – Mi labio comenzó a temblar y Hoseok le dio un codazo al mayor de todos. Escuchamos un bufido.

- De acuerdo...tu y yo nos casaremos. – El de mejillas rellenitas saltó alegre y se abalanzó contra el mayor mientras reía.

Y así pasó el resto del día, al llegar la hora de la salida, me paré en la entrada con Jimin a mi lado, sujetando mi mano y los dos mayores cerca de nosotros. Yoongi podía parecer indiferente y Hoseok distraerse fácilmente, pero siempre nos cuidaban demasiado. Fruncí mis cejas, al ver como unos arbustos cercanos se movían. Con cuidado, me solté de la mano de mi amigo, mientras ellos hablaban entretenidos y me acerqué, notando como la planta iba quedándose quieta. Algo extrañado, removí las hojas notando como comenzaban a moverse aún más. Sonreí al captar un tenue aroma a nuez y seguí con aquel "juego", hasta que sentí unos brazos pasar por mi cintura y mis piecitos se despegaron del suelo.

- ¿Qué haces aquí bebé?...te dije que te quedaras en la entrada. – Papi me miraba con una leve sonrisa. Mi rostro era algo neutro y volví mi vista hacia aquel arbusto que se encontraba inmóvil. Papi peinó mi cabello con delicadeza y me llevó junto a mis amigos. – Jiminnie dice que quieres quedarte a dormir en su casa. – Asentí volviendo mi atención hacia él.

- Por favor...le prometo que no comeremos galletas. – El pequeño lobito, juntó sus manos y puso sus mejores ojos y el mayor sonrió enternecido.

- Está bien, pero mañana lo quiero a tiempo en clases.

- ¡Si!. – Ambos sonreímos.

- Gracias papi. – Lo abracé y dejé muchos besos en su mejilla. El mayor me bajó y luego de despedirse, Hoseok tomó mi mano al igual que Yoongi tomó la de Jimin y comenzamos a caminar rumbo a su casa.

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Narra Jin:

Me removí por quinta vez en mi cama y suspiré cansado. Levantándome, me dirigí hacia la cocina y me serví un poco de agua.

- Cariño... - Me giré y noté a Namjoon bastante cansado parado a un lado de la puerta. - ¿Ocurre algo?

- No puedo dormir... - Respondí y luego de lavar el vaso, lo dejé secar.

- Kookie está bien...Mark y Jackson saben cómo cuidar de él. – Dijo con una sonrisa y me abrazó por la cintura.

- Lo sé, pero...no me acostumbro...no puedo tenerlo lejos mucho tiempo. ¿Y si le da otro ataque?

- No ha tenido uno en meses. – Me dedicó una sonrisa cálida. - Ya nadie les hará daño. – Habló con voz calmada y me hizo mirarlo a los ojos. – Te prometí protegerlos, y eso es lo que hice y seguiré haciendo.

- No quiero que nadie lastime a mi bebé... - Mis ojos comenzaron a picar y el más alto me abrazó con delicadeza.

- Todo estará bien amor...te lo prometo...

Sin decir más, me llevó cargando hasta nuestra cama y luego de acurrucarnos, dejé que sus caricias y tiernos besos, me llevaran a la paz que estaba necesitando.

"Nadie va a lastimarte bebé...papi te cuidará..."

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Holis, bienvenidos a una nueva y tierna historia (que ya está terminada). Espero les guste y que a mi me de tiempo de seguir con las demás historias que quiero traerles. 😄😄😄

Los quiero mucho y nos vemos en el siguiente capítulo. 😍😍😍

Little Love Vkook - OmegaverseWhere stories live. Discover now