Epílogo

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Querido Jungkook

Guardé estas hojas durante dos años. Dos largos años. No las leo hace meses, pero hoy todo cambió.

Porque hoy te vi. El día trece de diciembre, dos años después de aquella noche en la casa de campo.

Es gracioso, porque eras en la única cosa que pensaba durante el primer año después de tu partida. Y en este último año me esforcé tanto para continuar que terminé bloqueándolo todo.

Pero creo que mi subconsciente estaba pensando en ti, porque me sentí atraído por aquella montaña, para hacer aquella caminata que un día fue familiar. Y eso nos unió de nuevo.

Tu cabello está más corto ahora, y cuando nuestros ojos se encontraron por primera vez en dos años tu expresión fue más defensiva que alegre. Pero eras tú, y mi corazón se detuvo por completo que parecía que el oxígeno en mi sangre había desaparecido y necesité apoyarme en el árbol más cercano para no caer.

Esto debe ser melodramático, pero es la verdad. Creía que jamás volvería a verte y me había conformado. Comencé afrontando un día por vez; como subir a la montaña, un paso después del otro.

Estaba en lo alto de la montaña Peak, con el abrigo cerrado hasta la barbilla para protegerme del frío. No sé por qué subí ese día. El aire helado de invierno provocaba dolor en mis pulmones, pero era un dolor bueno.

Estaba mirando hacia la planicie de Enumclaw, a las áreas rurales llenas de vacas, por mi antiguo colegio más a lo lejos y para el monte Rainier detrás de mí. Cuando escuché una persona caminar, me giré para mirar, solo una mirada, pero entonces tuve que mirar otra vez.

Tú. En un instante, en el momento en que nuestros ojos se encontraron, un remolino de recuerdos giró a mi alrededor, y la imagen más fuerte fue de ti aquella noche en la casa de campo, cuando tus ojos se oscurecieron hasta igualarse al color de aquella noche de invierno.

Quedaste inmóvil, con un pie en lo alto de la montaña y el otro aún en el camino, y me miraste. Me pregunté si te girarías y saldrías corriendo, o si te acercarías y gritarías, gritarías de verdad, dirías todas las cosas que probablemente pensaste durante estos dos últimos años.

Dos años, Jungkook. Ahora tengo dieciocho. Soy mayor de edad. No espero que eso haga la diferencia, pero me pregunto si parezco diferente, si pienso diferente, si soy diferente. Es imposible no pensar en esas cosas, porque, en teoría, dos años representaban todo.

Me giré y te encaré, tú diste ese último paso también llegando a la cima. Como si planearas quedarte. Estábamos separados por pocos metros, pero ninguno de los dos se movió o habló, el invierno entero pasaría sin darnos cuenta, porque, para mí, el mundo se había detenido.

—Lo siento mucho —dije finalmente.

Las dos palabras que quería que tú escucharas más que cualquier otra. Podías salir corriendo, pero en definitiva sabrías que lo sentía mucho y eso bastaría.

Tendría que bastar.

Tu maxilar se contrajo, pero asentiste, y esperé que la rabia surgiera en tus ojos. Pero no sucedió.

—Pensé que jamás volvería a verte.

—Mis padres todavía viven aquí. Vine a pasar las fiestas.

Asentí y di algunos pasos hacia él. Tú no hiciste lo mismo, solo cruzaste los brazos.

—¿Dónde está Voldemort?

Frunciste el ceño, y tus ojos se entristecieron.

—Murió. Tenía trece años. No pasó muy bien este invierno. Boston es frío.

GRECIA "kookmin"Where stories live. Discover now