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Tomó otro vaso de licor y dejó caer un poco en la pierna del otro.

–Está fría – se quejó Jake entre risas

–Ya sé – le dio un beso en la mejilla nada discreto

Quería hacerle una pequeña broma antes de levantarse e ir por su hija. Ese día iban a salir los tres: el tío Jake, papá Heath y Matilda.

La chica ya no era una niña, pero gustaba de la compañía de su padrino-tío. Era mejor cuando los tres estaban juntos, tenían a sus hombres consintiendo y engriendola.

Caminaron para llegar con ella. El departamento de Michelle no estaba tan lejos.

–¿Y que has hecho? No te había visto desde hace dos semanas – soltó el rubio

–Nada interesante, solo revisar mi agenda y ver a que compromisos tengo que ir y así. ¿Tú que has hecho?

–Ensayar para la obra – se detuvo frente al edificio – ¿No has hablado con el castaño?– tocó el timbre esperando a que el intercomunicador tuviera algún sonido

–¿Estás celoso?– preguntó y como respuesta obtuvo una risa entre dolorosa y burlona.

Más allá de eso no obtuvo otra respuesta. Cuando estaba por volver a hablar y contarle sobre que estaba pensando en la promesa del castaño llegó su sobrina junto con su madre y padrastro.

La joven corrió a abrazar a ambos.

Como primera parada fueron al cine para ver la película que tanto había esperado la joven en ver.
Después la llevaron a comer helado a su heladería favorita.

Otra de sus paradas fue a un parque normal, con columpios y resbaladillas. Sí, la chica ya estaba mayor, pero no le avergonzaba sentirse una niña si su tío estaba ahí.

Matilda abrazó a Jake como muestra de agradecimiento por ese día tan especial. Era su cumpleaños.

La llevaron también a un parque de diversiones. Subieron los tres juntos varias veces en distintos juegos.

Lo malo es que ninguno se percató de que un paparazzi los andaba siguiendo.

–Vamos, a casa niña preciosa – dijo Heath abriendo la puerta del taxi a su hija.

–Siempre trae a mi tío

–Cariño, aunque quisiera estar siempre contigo tengo que trabajar y lo sabes – volvió a abrazarla y recostarla en su pecho.

–Parece que tu papá es otro – el rubio fingió estar celoso y ofendido, a lo que Jake se rió

–Ambos son mis papás

El ambiente se tensó pero la chica no se percató. Jake levantó la mano y acarició la mejilla de su amigo. La menor se quedó dormida en el hombro de su tío.

Antes de llegar a su casa la despertaron para que se le quitara todo el sueño. Bajaron tranquilamente y la dejaron en casa de su mamá.

De ahí se fueron caminando hasta llegar al bar de siempre, donde fueron les tomaron las últimas fotos.

*

–¡ALEJATE!– el pobre muchacho estaba casi corriendo. No sabía a donde ir, ni siquiera sabía que hacer.

Odiaba que le pasara eso, que tuviera esos ataques por una araña.

–¿Estás bien?– preguntó Harry llegando con un bate

–La araña – dijo subiendose al sofá.

Su hermano menor quería reírse, pero al ver a su hermano tan mal solo fue y la mató. Una vez que le avisó que el baño estaba libre de arañas, corrió e hizo sus necesidades.

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