Capítulo 12

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Estaba hecho, sentía que se le estaba quebrando el corazón en el pecho, pero era lo correcto debía dejarlo ir, Peter se merecía algo mejor, seria feliz al verlo.

No contaba con lo obstinado que Peter podía llegar a ser.

Le tomó por sorpresa, no podía esperarse que sucediera, pero tampoco opuso demasiada resistencia.

El cuerpo de Peter se estrelló contra el suyo con fuerza inmovilizándolo sobre la cama, los labios del menor se adherían a los suyos con urgencia, desesperados, mientras trataba de arrancarle la ropa del cuerpo, podía detenerlo, podía deshacerse de él fácilmente, pero no quería hacerlo, a Peter le sobraba el valor que a él le faltaba, dejó que le besara la piel húmeda y que le quitara la ropa.

Cuando Peter se enderezó para quitarse la camiseta, Santiago aprecio ese pecho amplio y varonil por primera vez. Se enderezó y mordió el pezón izquierdo de Peter y este siseó de dolor y placer, mordió y chupó un camino por su cuello hasta sus labios, los mordió y lamio desenfrenadamente, jaló de nuevo a Peter a la cama y tomó el control del beso saboreando la boca del menor a profundidad, lo deseaba, deseaba poseerlo y guardarlo en ese lugar para él solo, no dejarlo ir nunca y tenerlo a su antojo, pero no podía.

- No... no puedo.

- Si, puedes y yo lo deseo, te deseo.

Era una batalla en la que él deseaba perder, anhelaba que Peter lograra hacerlo concebir las cosas que el mismo se estaba negando. Fue jalado de nuevo a los labios del menor, fue devorado por esos labios ansiosos mientras las manos del chico lo acariciaban de una forma que jamás había sido tocado, Peter acariciaba sus nalgas y muslos de una forma que le excitaba, mientras él se deleitaba con el pecho firme y los brazos fuertes del menor, sentirse en igualdad de condiciones le producía una sensación extraña en el vientre.

- ¿Tienes condones?

- ¿Que? No.

- Júrame que si te dejo sólo dos minutos no saldrás corriendo.

Santiago se quedó perplejo, no podía prometerlo, estaba al borde de quedarse o salir corriendo de allí, no podía prometer que no entraría en pánico al no sentir el calor del cuerpo de Peter a su lado.

- No te muevas de allí, por favor.

Peter se levantó de la cama y la vista de su cuerpo en plena excitación aterró a Tiago, Peter ni siquiera estaba desnudo y le era intimidante, Tiago se sentía vulnerable al estar desnudo y solo en esa cama, Peter entró al baño y después de un par de minutos y varias maldiciones salio de allí con un par de cosas en las manos, Tiago no se había movido de lugar.

- Ok, no pienses mal, nos los dan en la universidad de vez en cuando, tenía la esperanza de que al mudarme aquí por fin lograría usarlos y.... aquí estamos.

Peter dejo en la cama una pequeña botella de lubricante y un par de condones, Santiago los miró como si no supiera para que servían.

- Mi primera vez fue incomoda, pero confió en ti.

- Yo no confió ni en mí mismo.

Esto era muy incómodo, en el club Andreas tenía el control y parecía saber que hacer, Peter no era tan descarado como Andreas, no podía simplemente levantar el culo y joderse el mismo con sus dedos, jamás lo había hecho, no podía hacerlo frente a Tiago.

- Pero... no he podido dejar de imaginar que hay debajo de esos pantalones asi que... si te tumbas creo que podría...

- Si, si lo que tú quieras.

Jóvenes Extraordinarios 3 Chico ObstinadoWhere stories live. Discover now