Capítulo 50

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La cena fue estupenda, Ramon presentó a Linda como la amiga que les había ayudado en esos últimos meses y que estaba ansiosa por conocer al hermano mayor del que él tanto hablaba, ella se sonrojaba cada vez que Tiago la miraba y eso le era muy divertido a Peter.

Rodolfo llegó con un hermoso ramo de flores para Siu y le dio la bienvenida a la familia, eso conmovió especialmente a Raúl pues la opinión de su gemelo era muy importante para él.

Cuando todo terminó y se retiraron a dormir Peter estaba muy nervioso, no sabía qué hacer, no sabía si irse a su departamento o al cuarto de invitados, ni siquiera sabía si quería pasar la noche con Santiago, durante toda la cena evitó su mirada, su presencia lo abrumaba, era como un sol en la habitación, lo deslumbraba y lo quemaba, quería y no verlo, se sentía muy confundido.

- ¿Quieres ir a la cama?

- No lo sé.

La respuesta salió tan rápido que no pudo ser más sincera, no lo sabía, en verdad no sabía si quería estar cerca de él en ese momento, tenía tanto dentro que quería decirle, pero a la vez quería consumirse en su cuerpo, estaba muy confundido.

- Te propongo un trato, esta noche me dejas dormir a tu lado y mañana peleamos todo lo que quieras, hasta cansarnos, pero estuve dos meses en el desierto y lo único que he querido es pasar una noche en tus brazos.

Dos meses, habían sido dos largos meses de dormir solo en esa cama, de no saber si Santiago estaba vivo o muerto, si estaba herido o hambriento, de no saber si pensaba en él, fueron dos largos meses de incertidumbre y de agonía.

Pero ahora estaba allí, pidiéndole dormir a su lado y no podía resistirlo.

Se giró y miró a ese hombre por el que había estado esperando todo ese tiempo, se había recortado la barba y tenía el cabello húmedo por la ducha, Tiago le tendió la mano y Peter la tomó, era tan áspera y firme como lo recordaba.

Ya no quedaba nadie en la planta baja y eso de alguna forma lo hacía sentirse más tranquilo, no sabía si podría lidiar con las burlas de Ramon y los comentarios de Roxana.

Al entrar en la habitación el espació le pareció muy pequeño, la cama muy estrecha y quería salir corriendo, Santiago se sentó en la cama y le tendió la mano de nuevo, Peter tomó asiento a su lado sin mirarlo.

- Tengo algo que decirte antes de cualquier cosa, Cerberos estuvo en nuestro campamento.

- Lo sé, su hermano me dio el mensaje, prometía mantenerte a salvo y veo que lo hizo.

Santiago sonrió al recordar a Andreas temblando de miedo en sus brazos, pero también recordó como limpiaba sus heridas cada tarde y lo reñía por no cuidarse.

- Ya no me cae tan mal, todo lo contrario, le tengo un gran aprecio y respeto, creo que esos dos meses nos unieron de algún modo y quiero que lo sepas de mí, antes de que Valentino te cuente algo.

Peter estaba confundido, no entendía por qué Valentino tendría que decirle algo sobre ello, él no tenía una gran amistad con Valentino, apreciaba y respetaba a su padre y hermana, pero aún le guardaba rencor por ponerlos en esa situación.

- ¿A qué te refieres?

- A Andreas no se le permitía acompañarnos a las misiones nunca, tratamos de mantenerlo alejado de la zona de fuego a toda costa, pero un día el campamento fue atacado y él estaba solo allí, yo llegué a protegerlo y lo conseguí, pero después de ese día él no podía dormir si yo no estaba a su lado, no era nada sexual, pero Valentino hizo un comentario que fue muy hiriente para él, le dijo que se acostaba con el hombre de su mejor amigo y lo llamó puta, nunca había visto a Andreas perder el control así, esa noche lloró y no me dejaba abrazarlo, no quería que pensaras que era capaz de traicionarte.

Jóvenes Extraordinarios 3 Chico ObstinadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora