ᴄᴀᴘıᴛᴜʟᴏ ₁₂

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𝐓𝐚𝐞𝐡𝐲𝐮𝐧𝐠

Apartando delicadamente su liso y suave cabello de su cuello, procedí a dejar pequeños besos por toda aquella zona desnuda y expuesta solo para mí.

Queriendo complacer cada uno de sus sentidos y avivar su roto y delicado corazón.

Cerrando con este momento y cumpliendo cada fantasía anteriormente pensada sin dar lugar a pensar que sucedería algo así.

Era jodidamente de locos que estuviera pasando.

Deslicé su casi completo desnudo cuerpo, con aún una ropa interior sexy, sin importarme lo más mínimo lo de fuera, como si llevaba la tela más horrible del mundo, que yo se la quitaría igual.

Y dejando su bonito cuerpo antes de lado dándome la espalda para besar cada parte que me placía, ponerlo ahora boca arriba en la cama, justo en mi enfrente.

Posando con delicadeza, como lo hacía todo en este momento, ambas de sus piernas encima de mis muslos, quedando tanto los suyos como los míos tan pegados como Enero y Febrero.

Yo permanecía expuesto para ella, sentado ahora debajo suyo de rodillas para cargarla encima, posando mis brazos en su trasero y espalda baja, sin hacer algún movimiento deprisa. Pues no tenemos prisa alguna.

Ahora sentada encima de mis muslos y piernas, quedando con mis piernas cruzadas ahora debajo de su trasero, aún tapado.

Procedí a acariciar con la totalidad de mis manos cada parte de su espalda, suave y caliente, dejándola con cada roce y caricia, erizada.

Todo mientras buscaba su mirada sin dejar de apartarla de ella, conforme se dignaba a mirarme con vergüenza, lo que me parecía bonito a la vez de raro.

Paré ambas de mis manos en el broche de su sujetador de una tela lencera y suave color rojo, que le pegaba a rabiar y le quitaba ese rol de niña vergonzosa, que para nada era y yo lo sabía.

Al ver su cara algo preocupada, supe que se debía a lo insegura que llegaba a ser, pensando más de una vez que su cuerpo no era bonito, como tantas veces me había contado.

Así que seguí con las caricias intentando hacerla sentir segura.

Le di el primer beso en su mejilla, para que ella procediera a darmelo en los labios, y así lo hizo, dejando un suave y delicado beso pero a la vez avivado y apasionado, lo que me hizo saber que estaría dispuesta a confiar en mí.

Dejé el segundo en su cuello, para bajar con varios terceros por todo aquel y descansar en su clavícula para dejar más de ellos.

Terminando por llevar mis labios hacia sus pechos, aún cubiertos, y dejar pequeños, diminutos besos en la piel que sobresalía de el sujetador, mientras lo desabrochaba con mis manos en su espalda.

Una vez desabrochado y aún con mis labios en sus pechos, respirando cada ves más agitado, por lo que notaba el aire que respiraba en su piel. Dejé salir ligeramente mis dientes de mi boca para agarrar entonces con ella el desabrochado sujetador y apartarlo mediante ella, de una vez.

Sin dejar de apartar mi mirada, ahora de depredador hambriento, de aquellos ojos que me dejaban sin aliento.

Lo deslicé con mi boca la parte de delante y con mis manos la parte de atrás, acabando por recorrer con aquella prenda el largo de sus brazos, hasta bajar hasta el límite y deshacerme de aquella pesada prenda.

La miré excitado, porque es lo que estaba, observando su cara de rareza, supongo que por ser la primera vez que me mostraba sus pechos.

Respondí aquello con unos besos en toda la piel desnuda de sus pechos totalmente al descubierto, y mordiendo lo más suave posible lo que venía siendo el pezón izquierdo, para volver a mirarla y esta vez deleitar mi vista con aquella bonita cara excitada, ligeramente girada hacia arriba dejándome una parte tan peligrosa como el cuello a mi vista.

ᴡᴏɴᴅᴇʀ • 𝒌𝒕𝒉Donde viven las historias. Descúbrelo ahora