Cap1

7.7K 675 191
                                    

Despertó irritado por los berridos que llegaban desde la cama contigua a la suya. Sabía o creía saber que Theo no roncaba, pero el muy bastardo estaba ofreciéndole a Draco esa noche una no tan pequeña muestra de cada uno de los ronquidos que el chico sabía hacer. Draco sintió la necesidad de taparse la cara con su almohada o taparle la cara a Theo hasta callarlo, pero se contuvo.

Tenía mucho calor, hasta tal punto que sentía que todo su cuerpo estaba bañado en una delgada capa de sudor. Aquella noche, las mazmorras que tenían fama de ser la sala común más fría del castillo parecían el pleno centro del infierno, eso o eran las hormonas haciendo acto de presencia.

En cierto momento de la noche, Draco luchó contra las mantas de su cama hasta deshacerse  con una patada de ellas, cogió su varita y ciego por la desesperación del momento lanzó un silencio a la cama de Theo. Suspiró aliviado cuando el silencio volvió a reinar la habitación, y harto de dar vueltas se obligó a dormir lo poco que quedaba de noche.

Lo siguiente que el chico escuchó fue el ajetreo de la habitación. Dio varias vueltas en la cama resignado a levantarse tan temprano un fin de semana y dispuesto a recuperar las horas de sueño que había perdido la noche anterior se tapó con las mantas hasta ocultarse por completo en ellas.

-Harry, despierta o no llegaremos- escuchó decir a alguien en la habitación.

Draco se hubiera extrañado si no fuera porque seguía medio dormido y ningún pensamiento coherente pasaba por su cerebro. Hubiese jurado que se trataba de un sueño si en aquel mismo instante una almohada no hubiese impactado contra su cabeza.

Se levantó de golpe dispuesto a maldecir al maldito Theodore quien entre los ronquidos de anoche y ese ataque tan gratuito se estaba luciendo, cuando se dió cuenta de que lo máximo que alcanzaba a ver era una silueta flacucha y alargada parada justo frente a su cama y mucha luz proveniente de Merlín sabía donde.

—¿Te encuentras bien Harry?—

Draco sintió como perdía toda la sangre del cuerpo y empezó a sudar frío. —¿ por qué no veo una puta mierda?—

—¿ Por qué no llevas las gafas?. Mira, te espero en el gran salón  ¿si?—. Y dicho esto la extraña silueta que a poco se parecía a Theo se marchó.

Draco se quedó solo en la habitación, totalmente confundido y alarmado. Se percató con horror que las mantas de su cama eran de un horrible color rojo, al igual que las cortinas del resto de camas y las alfombras. Dirigió sus manos l al pelo y emitió un ruido de frustración y sorpresa al notar que aquel tampoco era su pelo.

¿Que demonios?

Buscó en la mesita de noche las supuestas gafas mencionadas por aquel individuo, y para horror descubrió que aquellas gafas no eran cualquier gafas, eran las gafasHarry Potter. Con pesar Draco se las colocó y lo que vio a continuación casi le dejó sin aliento.

Se encontraba en Gryffindor, en la habitación de Potter, en la que parecía la cama de Potter, con el pijama de Potter, dentro de Potter...

¡¡Era Harry Potter!!

Saltó de la cama y corrió hasta el baño más cercano, una vez allí se miró al espejo y lo que vio en él solo lo dejo más confundido.

Harry Potter estaba mirándolo desde el espejo con cara sorprendida, tenía ojeras en los ojos como si no hubiera pasado una buena noche. Su pelo estaba igual de desordenado que siempre y su pijama rojo contrastaba con su piel morena.

La cara de Potter era un poema, su cara era un poema.

Draco se acerco más al espejo y observó detenidamente todos los detalles de la cara del moreno. Rozó con la punta de sus dedos la cicatriz de la frente y sintió un escalofrío recorrer todo su cuerpo. Miró también todas y cada una de las pecas que el chico tenía y él nunca había notado. Sintió la necesidad de dirigir sus manos bajo el pijama y averiguar todo lo que El niño dorado escondía, pero era un chico decente y se obligó a no hacerlo.

Draco volvió a la habitación dispuesto a ponerse lo primero que encontrara e ir a hablar con Snape. El día anterior Potter y él ha habían discutido cómo era costumbre en ellos y habían acabado ambos el resto de la tarde encerrados en el despacho de Dumbledore con Snape, la profesora McGonagall y el viejo. Como conclusión y tras pelear un par de veces los profesores habían decidido que lo mejor para ambos sería juntarse todos los jueves para hablar y conectar major. También habían hablado sobre la tolerancia, el respeto y algo así como "ponerse en la piel del otro". Con lo que Draco no contaba era con que cuando hablaban de "ponerse en la piel del otro " realmente lo decían enserio.

Entonces la realidad cayó en él como un cubo de agua fría.

Si él estaba en el cuerpo de Potter, el moreno estaría en su cuerpo. Eso sin pensar que en algún momento del día tendría q mear y ver la cosa de Potter, algo que en cualquier otra situación no le hubiese molestado en absoluto...El rubio suspiró frustrado, si para él era un infierno tener que soportar a Potter, aquella situación le sobrepasaba. Siempre había soñado tocar al moreno, recorrer su piel, besarlo....
Pero todo aquello no era correcto y no iba a aprovecharse de la situación.

Si algún día llegaba a besar a Potter sería porque el chico quería y no porque alguien lo había hechizado.

Salió de la sala común sin saludar a nadie por el camino y tras perderse un par de veces llegó al gran comedor donde observó que la chica Granger le saludaba con excesivo entusiasmo. Intentó buscar a Potter con la mirada, pero no lo encontró, así que sin mas remedio se dirigió a la mesa de Gryffindor, tenía hambre y aunque odiase la idea de juntarse con la panda del moco no tuvo más remedio que tragarse su orgullo y caminar hacia ellos.

Iría a hablar con Snape más tarde.

******

Bueno, digamos q este capítulo es un
Capítulo de prueba...  creo q la idea está clara y puede ser guay.  La historia será cortita, no creo q sean más de tres caps... Pero quien sabe .

Drasly :)

Lugar equivocado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora