8. Hola Charlie.

352 19 8
                                    

José Ron es Charlie

José Ron es Charlie

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


CAPITULO EXTRA

Parpadeé un par de veces para asegurarme que no se trataba de alguna alucinación o uno de mis momentos de locura interna. Pero efectivamente, Charlie se encontraba al frente mío con un gesto tranquilo pero sorprendido de tenerme al frente.

—Hola Charlie.

Tan solo dos segundos después ya quería que la tierra me tragara, el tono de mi voz había salido tan chillón y aniñado que casi rompe la luna de la ventana. Inmediatamente me puse roja como un tomate ante la estupidez que había hecho.

Charlie no pareció sorprenderse por el tono de mi voz, tan solo un segundo después cruzó los brazos.

—¿Que haces aquí Dulce? —preguntó.

No sabía que responder a esa pregunta, abrí la boca pero de esta solo salió un "ahh..." sin ningún significado. Justo ahora me tenía que estar pasando a mí. Pero Alfonso se me adelantó.

—No es obvio que viene a visitarme.

Los ojos verdes intensos de Charlie se giraron inmediatamente hacia los verdes claros de Alfonso, ahí fue cuando mi mente comenzó a relacionar de una forma inconsciente el parecido físico que había entre los dos muchachos frente a mí. La única diferencia parecía radicar en el hecho de que Alfonso era mayor y sus ojos eran de un color verde más claro acompañado de un gesto frío y desinteresado; mientras que Charlie tenía un gesto tierno y alegre con unos ojos verdes inmensos.

Una idea se me vino a la mente después de analizar el parentesco entre ellos dos. Hice memoria, Charlie me había dicho que tenía un hermano mayor y había escuchado a Alfonso discutir con su padre cuando este lo estaba comparando con su hermano. Más coincidencias ya no podían existir. Aún así la pregunta salió de mis labios.

—¿Cómo conoces a Alfonso?

Ambos intercambiaron una mirada de inmensa tensión e inconformidad.

—Somos hermanos. —contestó Charlie fríamente.

Por unos segundos tuve ganas de correr al recordar otro hecho que ahora parecía ocupar gran parte de mi cabeza. Había coqueteado y bailado con Charlie para que luego su hermano mayor que, es mi especie de maldición tuviera la intensión de violarme en un cuarto dentro de la casa en donde había sido la fiesta. Sentí como mi mente empezó a dar vueltas.

—¿Como lo conoces tú? —preguntó Charlie serio.

—Es un compañero de clase. —respondí.

Alfonso bufó con sarcasmo.
—¿Solo eso?

Entrecerré mis ojos para dedicarle una mirada del todo no muy agradable. Me giré otra vez hacia Charlie que ahora estaba más serio que nunca, por lo visto el pequeño comentario de Alfonso le había dejado pensando o mejor dicho, sospechando. Como una fuerza magnética me empujó a salir fuera de la habitación.

—Tengo que irme. —murmuré. —Ya es tarde.

Intenté salir por la puerta pero Charlie se puso en mi camino.

—¿Puedo acompañarte?

Dudé durante tan solo unos segundos.

—Creo que sería mejor si te quedaras cuidando a Alfonso. Yo puedo ir a mi casa sola sin ningún problema.

Él pareció desilusionado pero volvió a esbozar una sonrisa.

—Créeme, es mejor que te acompañe. Al menos para que tomes el taxi.

Dirigí una mirada por el rabillo del ojo hacia Alfonso, pude notar que sus ojos verdes parecían estar ardiendo en llamas desconocidas.

—Adiós. —me despedí.

Él no me respondió. Salí con Charlie hacia el pasadizo principal que ahora sí se mantenía completamente solitario, un escalofrió recorrió por mi cuerpo, parecía más alguna escena en una película de terror.

—No sabía que lo conocías. —dijo él. —Francamente no me esperaba encontrarte aquí.

—Puedo decir lo mismo. Nunca me dijiste el nombre de tu hermano, ni siquiera me dijiste tu propio apellido... solo sabía tu nombre.

Charlie rió.

—Quizás ya no es necesario que te dé mi apellido ...ya se supone como me llamo.

Asentí con la cabeza.

—Creo que sí.

Caminamos algunos pasos más en total silencio.

—¿Como es que Alfonso terminó aquí? —cuestioné.

—La razón principal creo que ya la sabes...

—Y tú sabes a lo que me refiero. —contrataqué.

—Estaba en una fiesta, cuando tuvo la sobredosis sus amigos llamaron a emergencias y luego llamaron a la casa.

—¿Qué dijo tu padre? —me atreví a averiguar.

—Él estaba de viaje cuando eso pasó. Llegó ayer en la noche porque yo lo llamé para contarle lo que había pasado... no está para nada contento.

—Se supone.

Finalmente salimos del edificio, al igual que la clínica las carreteras se mantenían completamente solitarias y parecía que no había ningún taxi a 100 km a la redonda. Solté un suspiro, esa sería una gran oportunidad para obtener un poco de información sobre Alfonso.

—Veo que no se llevan muy bien. —comenté.

Charlie se tensó para luego relajarse.

—La relación entre nosotros es algo realmente complicada... supongo que siempre hubo rivalidad.

—¿Rivalidad?

—Él siempre fue mejor que yo pero por lo visto fui mejor que él al no drogarme como un estúpido.

Al oír como Charlie llamaba a Alfonso no pude evitar ponerme un poco molesta.

—No deberías hablar de esa manera.

—Es la verdad.

—Igual, sigue siendo tu hermano.

—Piensa lo que quieras. —dijo Charlie entre dientes.

Justo un taxi se detuvo cuando Charlie levantó su mano para hacer la seña. Abrió la puerta de la parte trasera ayudándome a entrar al auto.

—Buenas noches Dulce.

—Buenas noches, Charlie.


•••••

Gracias por leer y comentar.

•••

Próximo capítulo
"Todo regresa a su punto de inicio"

DULCE & ALFONSO (TRENDY) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora