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Solo tú.

Everett había querido llorar con el libro que estaba leyendo, todo allí le recordaban a su vaquero, así que lo apartó y buscó en su bolso el libro que Katherine le había regalado, un libro sobre maternidad y paternidad primeriza, ella quería ser una buena madre, quería ver a su bebé crecer fuerte y sano siendo respetuoso y amable.

"Mmh, escucha cariño" Dice contenta "Aquí dice que voy a tener que darte muchos abrazos".

Sigue leyendo con detalle cuando escucha la puerta principal abrirse y sabe que Spencer y Katherine están en casa, mira la hora, son las doce de la noche y ella debería estar durmiendo para descansar lo suficiente, pero unos golpes fuertes en la escalera la alertan. Entonces la puerta se abre de golpe y un furioso vaquero entra allí, la mira con la mandíbula tensa y Everett se da cuenta de cuánto lo había extrañado.

"¡Te vas!" Suelta en un gruñido.

Pero sus esperanzas se desvanecen, Harry la está echando del pueblo y eso solo significaba que había decidido quedarse con Marlen. Su corazón duele, no iba a poder criar a su hijo con un padre, no iba a conocer nunca el lado paternal de Harry y eso la entristece, pero aún más le duele tener que abandonarlo para siempre.

¿Eso es todo?

Se levanta con cautela mientras lo ve tirar la ropa que había acomodado en el clóset a su pequeño bolso, quiere llorar, el hombre que ama no la ama para nada y saber que la quiere lejos crea más heridas internas de las que ella quiere.

Harry se da la vuelta luego de cerrar el clóset con fuerza haciéndola saltar, gruñe caminando hacia la mesa de noche donde saca sus pertenencias y las pone en el bolso. Everett iba a correr a esconder el libro sobre bebés, pero ya era tarde y solo quería llorar de vergüenza, era patética.

"¿Maternidad primeriza?" Ve como Harry ríe "Me lo vas a tener que prestar, pétalo" La mira.

Everett ve como la furia se desvanece y no entiende nada.

"¿La elegiste?" Pregunta en un hilo de voz "¿Me debo ir?".

Harry vuelve a gruñir.

"Sí, tienes que irte, aunque lleves a mi hijo en tu vientre" Dice seco.

Everett asiente llorando en silencio. Entonces lo escucha maldecir y en un pestañear Harry la tiene sobre la cama mientras la besa, ella corresponde sintiendo tantas emociones a través de aquel beso que le es imposible separarse, lo había extrañado mucho.

"¿En serio crees que iba a dejarte ir mocosa?" Murmura frotando sus narices cuando se separa buscando aire "¿Crees que todo el tiempo que llevamos juntos no significan nada?" Besa sus párpados "¿Crees que alguna vez en mi vida te dejaría alejarte más de lo que ya lo has hecho?" Ríe dejando un suave beso sobre sus labios "Eres malditamente mía y ni creas que te vas a escapar, pétalo".

Ella llora abrazándolo con fuerza, Harry ríe sosteniendola, por supuesto que no iba a dejarla.

"Vine a llevarte a casa, a tí y a mi pequeño bebé" Murmura.

"¿Cómo lo supiste?".

Harry no quería que su mujer se enojaba con Spencer, el había pagado un taxi a mitad de la noche para tratar de ayudarlo.

"¿Me creerías si te digo que fue mi instinto de padre?" Bromea.

Ella niega sonriente.

"Fue Katherine y Spencer".

"¿Cómo-".

"Es una larga historia y te la voy a contar camino a casa" La besa nuevamente "Ahora todo lo que quiero es llegar a nuestro hogar y hacerte el amor".

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